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viernes, 11 de marzo de 2022

Es traductor de Borges al ucraniano, tiene 75 años y no piensa dejar Kiev: “Aquí me voy a morir”

Sergio Borschevsky recibió en su apartamento de la capital ucraniana al enviado especial de Infobae y contó cómo es su vida hoy y por qué no piensa marcharse a pesar de los bombardeos rusos

 

Por Joaquín Sánchez Mariño

11 de Marzo de 2022

 

(Kiev, enviado especial) Sergio Borschevsky nació en la capital ucraniana el 31 de marzo de 1946, un año después del fin de la segunda guerra. “Yo vi la ciudad destruida, entonces ahora veo todos los edificios derrumbados y pienso en mí infancia”, dice.

 

Junto a él está su esposa, Olena, de 70 años. Ninguno de los dos se irá de Kiev, aunque su vida hoy sea un secuestro. Cada tarde, cuando cae el sol, Sergio y Olena salen de su casa, en el piso 8 de un complejo de edificios post soviético, y se dirigen a lo de su hija. Allí pasan la noche en el refugio, y a las siete de la mañana, cuando se levanta el toque de queda, vuelven a su departamento.

 

“Aquí está mí computadora, y tengo que revisar mí correo y responder todos los días. Además escribo artículos. Necesito estar acá, necesito mi computadora”, dice. Sergio siente que aunque no pueda tomar las armas, sus palabras son una forma de participar de esta guerra.

 

Muchos de esos artículos los escribe en español. En esa lengua hablamos, la misma que estudió en la Facultad de Traductores de la Universidad Taras Shavshenko.

 

“En Kiev teníamos una sola librería de literatura extranjera, pero era pura propaganda cubana. Así que no podía acceder a muchos autores en ucraniano. Entonces llegó Borges. Lo conocí a través de las traducciones al polaco. Ellos traducían muchas obras, y yo hablo polaco, y mi esposa es traductora del polaco. Y a través de ese idioma intentábamos conocer más libros”, cuenta.

 

Su vínculo con la obra de Jorge Luis Borges se convirtió en su vínculo con la Argentina. Por sus traducciones recibió la Orden de Mayo y fue invitado a la Feria del Libro de Buenos Aires, que visitó en el 2019.

 

“Me gustó mucho Buenos Aires, es una ciudad formidable para vivir, pero Ucrania es mi patria”, dice. Todo por estos días se trata de la patria.

 

Ahora, recita: “En la antigua Confitería del Águila, en Florida a la altura de Piedad, oímos la historia. Se debatía el problema del conocimiento. Alguien invocó la tesis platónica de que ya todo lo hemos visto en un orbe anterior, de suerte que conocer es reconocer; mi padre, creo, dijo que Bacon había escrito que si aprender es recordar, ignorar es de hecho haber olvidado”.

Sergio tradujo a Borges, Julio Cortázar, Gabriela García Marquéz, Pablo Neruda y Gabriela Mistral al ucraniano.

Sergio tradujo a Borges, Julio Cortázar, Gabriela García Marquéz, Pablo Neruda y Gabriela Mistral al ucraniano.

 

Es un fragmento de La noche de los dones, de El Libro de Arena.

 

-Resuena bastante con lo que pasa hoy ese fragmento…

 

-Claro, por eso lo elegí. Yo conozco este libro casi de memoria.

 

También tradujo a Cortázar, a García Marquéz, a Neruda y a Gabriela Mistral. Tiene muchos de esos libros en su casa, y los muestra orgulloso. “Tengo más de 40 traducciones hechas”, cuenta.

 

Olena también entiende español, pero no interrumpe. Deja que sea él el que hable, sabe que disfruta de la conversación y no quiere robarle protagonismo. Cada tanto, cuando sucede algo gracioso o no nos entendemos, se miran entre ellos, dicen algo en ucraniano y se ríen. Ella fue su alumna en la facultad, y muy poco tiempo después ya estaban enamorados. Durante años, se la pasaron cada uno en su computadora traduciendo libros de un idioma a otro. Todo cambió en el mundo, Ucrania está sumida en el caos, pero ellos sostienen su rutina. “¿Por qué nos tenemos que ir? Esta es mi ciudad. No pertenece ni a Putin ni a su Estado Mayor, ni al Ministro de Defensa de Rusia…”.

Sergio junto a Maria Kodama, durante su visita a Buenos Aires en 2019.

Sergio junto a Maria Kodama, durante su visita a Buenos Aires en 2019.

 

-Los hombres entre 18 y 60 no se pueden ir del país por la Ley Marcial. Pero usted tiene 75 años. Cualquiera diría: ¿por qué no se van?

 

-Es mi ciudad y es mi apartamento. Yo vivo aquí. En mis años de niño vi esto destruido por alemanes nazis. Yo lo vi, porque nací en el ‘46. Y yo veía Kiev destruido, nací un año después de la guerra. Y ahora cuando veo estas imágenes de ciudades destruidas por el ejército ruso, recuerdo mi niñez. Y puedo decir que yo no pienso salir de aquí. Yo moriré en esta ciudad. ¿Ahora o después? No sé, pero en esta ciudad.

 

-¿Tomaron la decisión en conjunto con su esposa?

 

-Sí, porque ella nació en Kiev también, cinco años más tarde que yo. Aquí está nuestra hija con su familia. Yo no sé cómo dejar a mi nieto mayor, que tiene 18 años, que es estudiante. ¿Yo debo salvar mi vida siendo viejo, teniendo 75 años, y dejarlos a ellos aquí, siendo más jóvenes? Nunca.

 

-¿Cómo pasan sus días?

 

-Tenemos toque desde las siete de la mañana a las ocho de la noche, entonces dormimos en lo de nuestra hija porque tiene refugio y salimos a las siete de ahí y venimos al departamento, donde pasamos todo el día. Cada uno de nosotros tiene su edad y tomamos medicinas, entonces yo tengo que tomar pastillas cada día para la tiroides. Por lo demás, tenemos suerte de tener electricidad y tener agua. En muchas partes de Ucrania no la hay. ¡Yo tengo suerte de haberme podido afeitar y bañar hoy!

 

-¿No le da miedo estar acá? Es un piso alto, no muy seguro para los bombardeos.

 

-Pero es mi casa. Aquí está mi computadora, aquí veo mi correspondencia y escribo mis artículos. Además recibo mensajes de Ucrania y de América Latina, y debo responder. Y divulgar lo que escribo. Además soy investigador del centro de estudios rusos. Yo escribo corto porque la gente no tiene tiempo hoy para leer.

 

-¿Cómo vive el resto de Kiev estas horas?

 

-Ustedes tuvieron posibilidad de verlo, los obstáculos para los tanques, los erizos para los vehículos. Así vivimos.

 

-¿Qué significa “slava ukraine”, ese lema que escuchamos en cada esquina?

 

-Significa “gloria a Ucrania”. Es una consigna bastante vieja. La aprovechó el Ejército Rebelde de Ucrania en los años 40. Luchaba tanto contra los nazis alemanes como contra los ocupantes soviéticos.

"¿Por qué nos tenemos que ir? Esta es mi ciudad. No pertenece ni a Putin ni a su Estado Mayor, ni al Ministro de Defensa de Rusia", dicen Sergio y Olena en la puerta de su apartamento en Kiev

"¿Por qué nos tenemos que ir? Esta es mi ciudad. No pertenece ni a Putin ni a su Estado Mayor, ni al Ministro de Defensa de Rusia", dicen Sergio y Olena en la puerta de su apartamento en Kiev

 

-¿Su mujer es de familia rusa?

 

Olena: Mis padres provienen de Rusia, pero yo nací en Kiev, soy ucraniana. Tengo dos hermanas que también son ucranianas. Son patriotas.

 

-¿Tenían alguna simpatía por Rusia antes de la guerra?

 

Olena: Ninguna simpatía.

 

-¿Cómo se explica que la patria de su familia esté invadiendo su patria?

 

Olena: Toda la vida ellos hicieron lo peor para Ucrania. Todo lo que pueden.

 

Sergio: Ucrania vive ahora la época de San Martín, de Rivadavia… la de-colonización. Lo que los pueblos latinoamericanos pasaron en el siglo XIX. La Unión Soviética, que fue el apodo de Rusia (pues la Rusia zarista pasó a ser la URSS), fue el último imperio del mundo. En América Latina tenemos Estados independientes que tuvieron su guerra por la independencia. Es lo que pasa ahora con Ucrania: es el proceso de de-colonización.

 

-¿Rusia está intentando volver a colonizar Ucrania?

 

-Claro. Rusia, y Putin en persona, quieren restablecer el imperio. Sabemos que la popularidad de Putin crece cuando gana una guerra pequeña. Así ganó la guerra en Georgia y su imagen subió. En el año 2014 pasó lo mismo con Crimea. La tomó, y subió su popularidad. Entonces no solamente Putin es el culpable sino también la gente por festejarlo. Pero ahora esa gente tiene pánico. Hay miles de personas saliendo de Rusia por la frontera de Finlandia.

 

-Pronto es su cumpleaños, ¿cierto? ¿Tiene algún deseo?

 

-Sí. El 31 de marzo, si Putin no interviene, cumplo 76 años. Mí deseo es poder festejarlo en mi ciudad, y que sea libre.

 

Fuente: Infobae

https://www.infobae.com/america/mundo/2022/03/11/es-traductor-de-borges-al-ucraniano-tiene-75-anos-y-no-piensa-dejar-kiev-aqui-me-voy-a-morir/

 

lunes, 23 de septiembre de 2019

Borges y una rola de los Doors



ALFREDO C. VILLEDA

Norman Thomas di Giovanni es uno de los más célebres traductores de Jorge Luis Borges al inglés y ha contado a V. S. Naipaul una anécdota extraordinaria. En algún momento de los cuatro años que llevaba entonces con esa labor, en 1969, llega a “Las ruinas circulares”, ese relato sobre una persona que sueña que solo existe en los sueños de otra, que busca a su vez al hombre perfecto, y comienza así: “Nadie lo vio desembarcar en la unánime noche”.

Puede imaginarse cuánto se ha escrito sobre ese “unánime”, expone Di Giovanni, quien propuso a Borges dos traducciones, “circundante” y “envolvente”, antes de preguntarle: “¿Qué quiere decir realmente con noche unánime, Borges?”. La respuesta lo dejó pasmado: “Di Giovanni, es solo un ejemplo de la irresponsabilidad con la que escribía antes”.

A diferencia de casi todo experto en el argentino y de su legión de lectores, Naipaul aventura polémicos juicios sobre la obra de aquél. Dice por ejemplo en uno de los capítulos de El escritor y el mundo (Debate 2018), volumen de ensayos: “Lo irónico es que lo mejor de Borges no es ni misterioso ni difícil. Su poesía es accesible; una gran parte, incluso romántica”. Según el trinitario, “tiene alrededor de una docena de relatos memorables”. Y reincide: “Los rompecabezas y bromas de Borges pueden crear adicción, pero hay que reconocer lo que son; no siempre pueden resistir las interpretaciones metafísicas a las que se los somete. No obstante, hay mucho en ellos que atrae a la crítica erudita”.

Finalmente Di Giovanni usó para la traducción al inglés la palabra “envolvente”, pero a muchos eruditos, dice el exigente y quisquilloso Naipaul, Nobel de Literatura 2001, no les hizo ninguna gracia perder su noche unánime.

En otra dimensión cultural, ha pasado medio siglo desde que Robby Krieger escribió la canción “Touch Me”, primera de los Doors que, contra su voluntad, fue orquestada a propuesta del productor Paul A. Rotchild. Y aunque ya hizo las paces con los metales y cuerdas de aquel momento, hoy prefiere escucharla con la adaptación reciente, con un nuevo solo del propio guitarrista.

Cuenta a Rolling Stone que esa fue la única rola a la que Jim Morrison le puso peros, al título, pues originalmente venía como “Hit Me”, con la idea del juego del blackjack, y el Rey Lagarto temía que se le tomara literal, como dispárame o golpéame, por lo que ambos acordaron titularla “Touch me”. Encima de este disenso resuelto, sin embargo, Krieger se ríe de una estrofa de esa canción, “¿No ves que no tengo miedo?”, y se pregunta: “¿Miedo de qué? Ni siquiera sé lo que significa”. Y confiesa haber tomado de Joan Baez otra parte, que nadie conoce bien a bien a qué pieza pertenece, ni la propia cantante: “Ahora te amaré hasta que el cielo detenga la lluvia”.

Como es notorio con Borges y Krieger, hay juegos de palabras en sus expresiones culturales que acaso no tengan mayores pretensiones. “Cosas que escribe uno”, comentó alguna vez José Emilio Pacheco al fusilero a propósito de uno de sus versos mayores.

Fuente: Milenio

sábado, 20 de enero de 2018

José Hernández y Borges, traducidos por primera vez en la India




Dos clásico argentinos se leerán tanto en hindi como en bengalí.
         
Jorge Luis Borges, el argentino más universal, y José Hernández, autor del Martín Fierro, llegan a la India por primera vez. Mediante el Programa Sur, que subsidia traducciones de obras de autores argentinos en otras lenguas a través de la Dirección de Asuntos Culturales de la Cancillería Argentina, se publicó en hindi Ficciones: diez cuentos, la selección de relatos Borges.

Esta novedad editorial está acompañada del Martín Fierro en bengalí, la segunda lengua más hablada de la India, después del hindi, y además la lengua oficial de Bangladesh.

Es la primera vez que Borges se traduce a una de las dos lenguas oficiales de la India (la otra es el inglés que dejó la colonización británica) y en esto trabajó sin pausa la embajada argentina. El libro es una selección de diez cuentos de Ficciones, entre los que están algunos de los más famosos de Borges, como El Sur, La biblioteca de Babel o Funes el memorioso.
 

Ficciones surgió de la fusión de dos libros: "El jardín de senderos que se bifurcan, compuesto por ocho relatos, entre ellos dos narraciones breves, Pierre Menard, autor del Quijote, y La Biblioteca de Babel. El segundo libro es Artificios, que tiene nueve cuentos. Tres de ellos, los más conocidos, son La muerte y la brújula, Funes el memorioso, y El Sur. Este último, según dijo Borges en alguna entrevista, era su "mejor cuento".

La presentación del volumen tuvo lugar el pasado la semana última en la Feria del Libro de Nueva Delhi, capital de la India. Allí estuvieron reunidos el editor indio con los traductores. Y si algo se puso de relieve fue el esfuerzo por llevar el universo de Borges a la lengua hindi, ya que antes sólo podía ser leído en inglés.

En tanto, el Martín Fierro, de José Hernández, que ya tiene traducciones a más de una treintena de idiomas, en esta ocasión tiene una edición especial bilingüe española-bengalí. La obra gauchesca tiene ilustraciones originales del artista argentino Pablo Ramírez Arnol, que vive en Bombay, lo que hace del volumen una edición única.

La traducción al bengalí del Martín Fierro fue un proceso largo. Se trata de una poética que abunda en giros regionales y tiene un glosario gauchesco, por lo cual exigió que la agregaduría cultural de la embajada asesorara los traductores literarios.

El foco del Programa Sur es apoyar la traducción de la literatura argentina en el exterior. Financia la edición de obras nacionales en cualquier otro idioma. Según ha expresado la Cancillería se trata del programa más importante entre los países hispanohablantes. Desde su creación ha subsidiado las traducciones de más de 1254 obras a 47 lenguas en 43 países diferentes.

Fuente: Primera edición


lunes, 25 de diciembre de 2017

"Los traductores de las Mil y una noches" de Jorge Luis Borges




 Por Miriam Badillo

Jorge Luis Borges habla de una “dinastía enemiga” cuando se refiere a los diversos traductores del célebre texto árabe del siglo XIII que conocemos como Las mil y una noches, también nombrado, más bellamente en mi opinión, como Libro de mil noches y una noche. ¿Acaso los traductores forman parte de una estirpe enemiga como indica el argentino? En este caso y para iniciar, Borges se refiere a tres traductores en concreto, de nacionalidad y tiempo distintos: Jean Antoine Galland, francés; Eduardo Lane y Richard Burton, ambos ingleses. Hacia la mitad del texto, el “mero literato” argentino da cuenta de la traducción de Mardrus, francés, y hacia el final de las versiones alemanas, en particular se ocupa de la de Enno Littman.

De acuerdo con Borges las traducciones de las Noches hechas por estos caballeros tenían como finalidad aniquilarse entre sí. Es decir, cada uno defendía la propia versión como la correcta, dependiendo, claro está, de lo que en sus mentes (y en su tiempo) tal término pudiera significar. Podemos tener una idea de esto último cuando revisamos las características de sus traducciones, reseñadas por el escritor argentino.

La versión de Galland (la primera de todas), de acuerdo con Borges, ha sido la más difundida y, en su tiempo, elogiada. Por su lado, Borges la califica de la siguiente manera.


Palabra por palabra, la versión de Galland es la peor escrita de todas, la más embustera y más débil, pero fue la mejor leída. Quienes intimaron con ella, conocieron la felicidad y el asombro. Su orientalismo, que ahora nos parece frugal, encandiló a cuantos aspiraban rapé y complotaban una tragedia en cinco actos.


La virtud de la versión de Galland (doce volúmenes entre 1707-1710) radica en alumbrar el lado mágico y maravilloso de las Noches, en trabajar con el asombro, tan valorado por Borges. El defecto de la traducción de Galland radicaría en los maquillajes que aplicó a lo que consideraba de mal gusto, entiéndase por ello todas las referencias carnales o eróticas.

La versión que trataría de “aniquilar” la de Galland sería la del orientalista inglés Eduardo Lane (1839, más de un siglo después). Para Borges se trata de una versión “de admirable veracidad”, más apegada al original, de modo que Lane se distanciaba de Galland quien “ignoraba toda precisión literal”; sin embargo, a semejanza del traductor francés, la versión de Lane, acompañada de extensas notas eruditas, también “desinfecta” las Noches. Aunque la justificación del inglés no sea la defensa del buen gusto sino la moralidad y el pudor de un traductor que quería que su versión pasará la prueba de la “mesita de la sala” de los hogares ingleses de la primera mitad del siglo XIX. Propósito que sustentaba su decisión de extirpar pasajes o cuentos enteros por considerarlos obscenos.

La tercera traducción que Borges revisa en extenso es la de Richard Burton, aventurero inglés. De su versión dice “el Burton de la leyenda de Burton es el traductor de las Noches”. Burton se revela en contra de la literalidad de Lane y favorece amplias licencias de la imaginación y el estilo. La novedad más importante de Burton fue devolverle a las Noches su original erotismo, además de las no menos importantes, y extensas, notas sobre “las costumbres de los hombres islámicos” a fin de interesar a un público más refinado y erudito.

Borges da cuenta también de otra versión francesa, la del doctor Mardrus: Livre des mille nuits et une nuit, de 1899. Versión apreciada por su literalidad y veracidad, sin embargo, Borges da ejemplos de amplias descripciones que no están en el original, con lo cual desmiente su célebre veracidad; sin embargo, dice Borges: “Su infidelidad, su infidelidad creadora y feliz, es lo que debe importar”. Por lo demás, Mardrus evoca lo sobrenatural con un rastro de ironía, lo que habla de la percepción distinta de lo maravilloso del mundo oriental.

Hacia el final Borges se ocupa de las versiones de las Noches en alemán: Gustavo Weil (1839-1842), Max Hennig (1895-1897), Felix Paul Greve y, por último, Ennio Littman (1923-1928). De las tres primeras no destaca nada que atraiga de verdad su atención. De la de Littmann se ocupa un poco más para decir lo que sigue.


Suministra las notas necesarias para la buena inteligencia del texto: una veintena por volumen, todas lacónicas. Es siempre lúcido, legible, mediocre. Sigue (nos dicen) la respiración misma del árabe. Si no hay error en la Enciclopedia Británica, su traducción es la mejor de cuantas circulan.


A pesar de la Enciclopedia Británica, Borges no está de acuerdo con la superioridad de la versión de Littmann. Justifica su divergencia del modo siguiente: “Mi razón es ésta: las versiones de Burton y de Mardrus, y aun la de Galland, sólo se dejan concebir después de una literatura. Cualesquiera sus lacras o sus méritos, esas obras características presuponen un rico proceso interior.” A Borges le parece poca cosa que la única virtud de Littmann sea la de no mentir: “El comercio de las Noches y de Alemania debió producir algo más”.


Considero que la idea de Borges sobre la traducción es clara: desdeña la literalidad por mediocre, árida, insípida; se inclina por la infidelidad por creadora, por su carácter de mezcla, de “comercio” entre literaturas de tiempos y geografías diversas. Para él el traductor sería el encargado de establecer los intercambios y ofrecer una novedad enriquecedora para la literatura, para el imaginario literario universal. Cosa que los amantes de las belles infidèles pueden lograr. Él piensa de este modo y hay quienes no, creo que esa divergencia sustenta la rivalidad que el argentino denomina “dinastía enemiga” al referirse a los traductores y las dos maneras, generales, de traducir: más libre o más literal. Discusión que sigue vigente, con sus matices, hasta hoy. Por otro lado, a través del texto de Borges podemos percatarnos del modo cambiante en que un texto es recibido y leído de un tiempo a otro, en este caso, de como el exotismo asombroso expresado en las Noches y destacado por Galland, por ejemplo, arriba a las siguientes versiones más bien como muestrario de divergencias culturales y formas de representar al mundo en culturas distintas.

Fuente : Pájaros  Negros