Chano, Bambi, Seby y Diega dieron comienzo al ciclo de siete conciertos agotados, mediante una vibrante y emotiva función con la totalidad de sus éxitos y algunas sorpresas
2 de agosto de 2024
Puede ser en la inmensidad de un estadio a cielo abierto como el de Vélez, el Diego A. Maradona de La Plata o el Más Monumental de River Plate. O bien en un espacio cerrado y algo más acotado. Pero lo cierto es que al margen de las características, las dimensiones y la capacidad del lugar elegido existe un fenómeno que permanece inalterable y muy lejos de extinguirse: el emotivo y constante ida y vuelta entre Tan Biónica y su público; una relación afectiva que crece y se agiganta con el paso del tiempo, se hace cada vez más estrecha y que parece no vislumbrar un final.
Eso es lo que se vivió anoche durante la primera de las siete e inolvidables “últimas noches mágicas” previstas en el Movistar Arena (repite hoy y los próximos 3, 4, 17, 18 y 20 de este mes).
Bajo el lema “Desde cerca”, la banda conformada por Santiago “Chano” Moreno Charpentier, Gonzalo “Bambi” Moreno Charpentier, Seby Seoane y Diega Lichtenstein decidió reencontrarse una vez más con sus fieles seguidores pero en esta oportunidad cobijada por un ámbito de mayor proximidad y perfil intimista. Así, cara a cara con un “piberío biónico” que continúa sumando nuevos y cada vez más jóvenes adeptos y que corea cada tema de viva voz como si fuera el último, Tan Biónica fue edificando un atractivo y contagioso concierto signado por sus variadas situaciones y sobre todo por un espíritu altamente celebratorio.
Dicho clima festivo ya comenzó a percibirse a través de “Seven Nation Army”, de The White Stripes, sonando de fondo para acompañar a un video con imágenes históricas del grupo y servir a su vez de preámbulo a los acordes de “El huracán”, “Vámonos”, “Arruinarse” y “Música”, los primeros temas de una velada que se extendería por más de 120 minutos.
“Gracias amigos por estar acá. Yo sé que es un esfuerzo muy grande para algunos de ustedes y están aquí bancándonos, queriendo un lindo show y queriendo una noche que la recuerden para siempre. Les tengo una buena noticia: se la vamos a dar, se la vamos a dar”. Con estas palabras, un exultante Chano sentado al piano le da la bienvenida a una enfervorizada multitud para luego interpretar “Loca” seguida de “La otra manera” y “Tus horas mágicas”. De riguroso negro con detalles plateados, Bambi (bajo), Seby (guitarra) y Diega (batería) atraviesan con sus respectivos instrumentos la delgada pasarela conectada con el escenario y se suman al cantante en “Un poco perdido” y “Lunita de Tucumán” rodeados por un océano de brazos extendidos.
Por su parte, los sones electrónicos de “El duelo” y “Ella” transforman al Movistar Arena en una auténtica y gigantesca rave, con el sector campo convertido en una pista de baile incandescente y el cuarteto a pleno arengando a una audiencia dispuesta a todo. La calma se hace presente cuando Bambi toma el rol de cantante en “Pastillitas del olvido” y luego le pasa la posta a su hermano Chano que obsequia rosas a la multitud mientras le presta su voz a una sentida versión de “Claramente”.
Tres gigantes pantallas led con forma triangular dan vida a la impactante escenografía que suele secundar a Tan Biónica en sus presentaciones en vivo. Y a ella se suma toda una parafernalia de luces, rayos láser, llamaradas, humo, explosiones y papel picado que engalanan un show cuidado hasta el más ínfimo detalle y diseñado al mismo nivel que cualquier producción internacional. Sin embargo, a fin de cuentas lo que más importa son las canciones, las buenas canciones, algo que esta banda posee de sobra y constituye su más preciado tesoro. Por cierto, “Beautiful” y “La manera que eligió para matarme” asoman como un claro ejemplo de ello.
Ya sea desde el bajo, la guitarra acústica, los sintetizadores o el keytar, Bambi oficia de director musical de un ensamble instrumental muy sólido y aceitado (aunque por momentos suene un tanto sobrecargado y saturado) que se completa a la perfección con la guitarra de Seby y el pulso firme de Diega desde la batería. No obstante, es Chano quien con su carisma y entrega sin límites acapara la totalidad de las miradas y contagia a través de una impronta que por fortuna parece haber recuperado la alegría, el disfrute y las ganas de cantar.
“Una vez me preguntaron: ‘¿Maradona o Messi?’. Y yo contesté: ‘Borges’. Me parece el argentino más brillante. Él tiene un poema llamado ‘Poema de los dones’ donde retrata cómo fue quedándose ciego, comparando su ceguera con un atardecer. Y eso me inspiró a componer este tema”, relata Chano a modo de introducción no solo de “Poema del cielo” sino también de un conmovedor set acústico.
A bordo de una pequeña tarima ubicada en el extremo opuesto al escenario principal y acompañándose por sendas guitarras acústicas, un piano y un cajón peruano, los cuatro músicos desgranaron piezas tales como “Yo te espero”, “Tus ojos mil” y “Mis madrugaditas” que desataron una ovación generalizada. Ese fue también el momento donde sorpresivamente interpretaron una desnuda y despojada versión de la bellísima “Angelical”, a modo de homenaje a Juana La Loca, la agrupación nacida en los noventa y siempre liderada por Rodrigo Martín (“una de nuestras bandas nacionales favoritas de cuando teníamos 18 años”, confesó Chano).
El frenesí y la invitación al baile y al movimiento volvieron a ponerse de manifiesto mediante las irresistibles “Hola mi vida”, “Ciudad mágica” y “Mis noches de enero”.
Pero todavía había más: “Ustedes son nuestro único norte. Lo único y más importante del arte es ser queridos por ustedes. ¿Una más?”, pregunta Chano y la respuesta afirmativa de sus fanáticos no se hace esperar. De este modo, “Obsesionario en La Mayor” y “La melodía de Dios” marcan el epílogo de una auténtica e intensa noche mágica que, sin dudas, se rehúsa a ser la última. ¿Se sumarán nuevos capítulos a esta historia? Solo Tan Biónica conoce la respuesta.
Fuente: La Nación
Fuente Video
Tan Biónica - Borges + Poema de los Cielos
Fuente: You Tube
https://www.youtube.com/watch?v=rZ4KCzoIMEw