sábado, 7 de diciembre de 2024

Borges, Mitchell’s y yo: cuando me enteré de que tenía una librería, pero no era mía


La historia de una librería de inicios del siglo XX, un padre librero y el máximo exponente de la literatura argentina en busca de obras en inglés

 

Por Susana Mitchell

03 Dic, 2024

 

“(...) En lo que se refiere a libros (Borges) tenía una naturaleza adquisitiva. Se sentaba en el suelo y empezaba a retirar libros de los estantes más bajos. Los examinaba y los leía con la página casi tocándole la nariz. Le vi hacer esto en casa de los Bioy, en la biblioteca pública en donde era un modesto empleado y en Mitchell’s, la librería inglesa, donde era conocido y se le permitía revolver todo lo que quisiera.” La que escribe es Estela Canto, de quien Jorge Luis Borges estuvo perdidamente enamorado y le dedicó El Aleph. Ella tenía 28, él 45. Pero esa es otra historia. De la que vengo a hablarles hoy es de la librería que llevaba mi apellido, pero no era mía, y de la relación de Borges con ese lugar, que, a partir de ahora, tendrá en mi existencia una filiación imaginaria para siempre. Gracias Juan.

¿Y de dónde salió todo esto? Tal descubrimiento, epifanía, si me permiten, vino de la mano de un gran escritor, al cual conocí, por casualidad, hace poco, en el Malba. Era una tarde preciosa y el motivo de la convocatoria, más lindo todavía: la entrega del Premio Clarín de Novela. Porque para los que amamos los libros, el reconocimiento a los que escriben, siempre es una fiesta.

Como sea, el gran escritor en cuestión es Juan Mendoza, autor de la Interpretación de las pesadillas y de Los archivos: Papeles de la Nación. ¡Imagínate lo que fue ese encuentro! En una charla casual, con alguien que me acababan de presentar, me entero de que tenía una librería, que no era mía y que además Borges tenía mucho que ver con ella. Más tarde también sabría qué Mendoza tenía en su poder un libro inédito, el cual hablaba del “asunto” y también de que mi papá iba a nuestra librería (que no era nuestra), con mi abuela, a comprar libros en inglés que le pedían en la escuela. O al menos algo así fue lo que me respondió cuando le consulté acerca del lugar que llevaba nuestro apellido y que el dueño se llamaba igual que él. Como fuera, para una sola tarde era un montón. Pero fue solo el comienzo.

El diálogo y después

Luego de esta experiencia reveladora donde me enteré de que tuve una librería, que no era mía, le propuse al escritor y ensayista argentino, que interpretáramos esta “partitura” a dos voces. Que lo contáramos. Con la humildad que lo caracteriza respondió que la nota correspondía que la escribiera yo y que en todo caso me haría llegar su colaboración a la causa. Y así fue. Transcribo textualmente lo que me hizo llegar:

 Escribe Mendoza sobre esa noche en el Malba: “Cuando los presentaron, tras el acto de decir sus nombres, él enseguida exclamó: ‘Encantado de conocer a una verdadera Mitchell. Mitchell, como la librería’. –añadió–. Ella atinó a escrutar aún más con la mirada al caballero. Todo eso sucedió en el hall del Malba una noche, a instancias de un evento privado. Entre las pistas que se permitió dar el autor, agregó las siguientes señas: Borges se refiere al asunto. Hay un libro de María Esther Vázquez. Y otro de Estela Canto. De pronto, el mozo se acercó para darles a ambos una copa de champagne”.

Y vuelvo sobre aquello que les comenté más arriba: Juan Mendoza es el autor de un libro inédito, justamente sobre este tema que reúne a Borges con la librería Mitchell, cuyo título no revelaré dado que aún no ha sido entregado a la imprenta. Sin embargo y muy generosamente, Mendoza me compartió un pedacito de esa obra, en exclusiva para Infobae Cultura y para mí, claro. Y dice así. “Borges no distinguía con demasiada rigurosidad entre libros públicos y privados, de su propiedad o pertenecientes a los fondos de la Biblioteca. Hacía el mismo uso de los libros de la biblioteca pública que hacía de sus libros particulares. (…) Al punto de llevar a la Biblioteca volúmenes pertenecientes a su biblioteca personal. Sólo así se comprende el hallazgo de ejemplares que, lo sabemos, Borges leyó y anotó muchos años antes de ser el Director de la Biblioteca. Borges tomaba notas y subrayaba volúmenes. Dejaba su pequeña ‘letra de insecto’ de color negro en los retiros de tapa o en las hojas de guarda. Este hecho nos ha obsequiado el fondo de notas más importantes que la Biblioteca conserva. (…) Los libros subrayados por Borges, que se hallan entre los fondos de la Biblioteca Nacional, se incrementan. Pasan de ser setenta en el listado que confecciona Paula Ruggeri en los años 90 a ser trescientos entre los años 2002 y 2003 –durante la provisoria dirección de Silvio Maresca–. Más tarde pasan a ser setecientos en el trabajo que Laura Rosato y Germán Álvarez inician entre 2003 y 2004 y llegan a ser mil volúmenes al momento de la edición de Borges, libros y lectura en 2010. (…) Teníamos que individualizar los ejemplares de Borges, esos ejemplares tenían cierta característica dentro del fondo de un millón de libros de la Biblioteca Nacional, y eso era que estaban comprados en librerías. La etiqueta de cada una de ellas indicaba que podía haber pertenecido a Borges. Dentro de esas librerías en inglés, una de las principales fue Mitchell’s Book Store, fundada por Edward Mitchell en 1907, a la que acudían personalidades como Joaquín V. González, Julio A. Roca y Enrique Larreta, y que quedaba en Cangallo (hoy Perón) 570. Y no se asume como el gran comprador de libros que en efecto fue. Sabemos de su afición por los estantes de la librería Mitchell’s –Cangallo 580–, donde de tan asiduo era a menudo confundido con un vendedor. En un libro, con la letra de Borges, encontramos una inscripción de amor: “Jueves 2 de agosto, lugar y hora habitual. Te siento intensamente, igualmente te quiero.” En un libro de Duckworth:Browning. Background and Conflict. 1st. ed., London, Ernest Benn Limited. En retiro de tapa: etiqueta de Mitchell’s Book Store, Cangallo 580, Buenos Aires. Asiento 121 de la Biblioteca Nacional.”

Y la cosa sigue y sigue, pero la dejo aquí para generar más suspenso y que luego vayan y compren el libro cuyo título es aún un misterio, pero que más temprano que tarde conoceremos. Tranquilos. Todo a su debido tiempo.

 

Lo más cerca que estuve de Borges

 Entonces llego a una conclusión: la librería Mitchell’s fue lo más cerca que pude estar de Jorge Luis Borges. Y pienso: peor es nada. Soy una privilegiada. ¿Quién puede decir que tuvo una librería (que no era de ella), donde nada más ni nada menos que Borges era uno de sus clientes más frecuentes? En fin.

Como sea, la librería Mitchell o Mitchell´s English Bookstore fue fundada en 1907, por Edwuard Mitchell (Londres,1867). Antes de continuar quiero decirles que mi bisabuelo también nació en ese año, pero se llamaba William. Sigo. Primitivamente, la librería ocupó un local en la calle Cuyo, hoy Sarmiento, al 600, de donde se mudó a Cangallo 580, local vecino de la famosa tienda Gath y Chaves. Cuenta la historia que un día Mitchell (el de la librería que no era mía) se ganó la lotería y decidió trabajar por cuenta propia, y así comenzó su labor librera. La famosa casa de libros habría de conquistar al público como el centro más completo y surtido en obras clásicas y modernas de literatura en lengua inglesa.

Mitchell´s , además de libros, ofrecía papelería fina, útiles de escritorio, fantasías y anexos. Fue la primera casa que tuvo la iniciativa de importar a Buenos Aires las famosas lapiceras-fuente (plumas estilográficas) y creó un servicio especial de reparaciones a cargo del hijo homónimo, el cual se había especializado en la misma fábrica extranjera. Mitchell trajo al país los primeros libros de texto para la enseñanza del idioma inglés y difundió en Londres y Buenos Aires, una variada serie de tarjetas postales en colores que reproducían escenas de costumbres, edificios y paisajes de la capital del Río de la Plata, todos ellos extraídos de láminas de los primeros pintores y litógrafos argentinos.

La librería contó con una amplia clientela porteña, además de la de origen británico y estadounidense, quienes consideraron a Mitchell’s como la preferida de la ciudad. La frecuentaron, en distintos períodos, Joaquín V. González, el general Julio A. Roca, al igual que su hijo. También Enrique Larreta, Mariano de Vedia y Mitre, Rafael Alberto Arrieta, Fernando Pozzo, el general Agustín P. Justo, Victoria Ocampo y Jorge Luis Borges. Además de algunos ilustres visitantes extranjeros, de paso por Buenos Aires, como Rabindranath Tagore y Franklin D. Roosevelt entre otros.

El recuerdo de Mitchell’s aún perdura, especialmente por una edición que hizo de dos álbumes históricos de vistas y escenas de la antigua ciudad de Buenos Aires. Y en 1910 encargó a Londres una reproducción fotográfica de Recuerdos del Río de la Plata (la encontré en un negocio de antigüedades luego de hablar con Mendoza y ahora la tengo en casa).

Final que en 1941 falleció Miguel Regan, el encargado de la librería, y más o menos por la misma fecha se retiró don Eduardo Mitchell (que no era mi papá, era el dueño y fundador de la librería que no era mía). Estos hechos fueron el principio del fin. En 1955, luego de una etapa crítica, la librería se declaró en quiebra. Y mi padre y yo nos quedamos sin la librería de filiación imaginaria. Igual, fue lindo mientras duró. ¡Ah! y gracias Juan por esta bellísima historia. Única.

Fotos: Gentileza de la autora.

 

Fuente: Infobae

https://www.infobae.com/cultura/2024/12/03/borges-mitchells-y-yo-cuando-me-entere-de-que-tenia-una-libreria-pero-no-era-mia/

Jacinto Chiclana (Astor Piazolla – Jorge Luis Borges)


 Se estrenó el 1 dic 2024  CAPILLA CATÓLICA DEL COLEGIO LA DOLOROSA 

LOJA - ECUADOR

La interpretación coral de la milonga "Jacinto Chiclana", compuesta por Astor Piazzolla sobre un poema de Jorge Luis Borges y con arreglos de Darío González, presentada por el coro de la Casa de la Cultura, Núcleo del Guayas, en el II Encuentro Coral Internacional "CANTA, LOJA CANTA", fue un momento de gran intensidad musical y literaria.

Bajo la dirección del maestro Juan Carlos Urrutia Palacio, el coro logró transmitir la profunda melancolía y el lirismo de esta obra maestra, fusionando a la perfección la poesía de Borges con la música de Piazzolla. La interpretación coral, con sus armonías ricas y su emotividad, realzó la belleza de la letra y la complejidad rítmica de la composición.

Esta presentación fue un verdadero homenaje a la música argentina y a la literatura universal, demostrando la versatilidad del coro y la riqueza del repertorio coral. La milonga "Jacinto Chiclana" se convirtió en uno de los momentos más destacados del Noveno Festival de Artes Vivas 2024, dejando una profunda impresión en el público asistente.

Fuente: You Tube

https://www.youtube.com/watch?v=66L7LcJo6OU

Verónica Abdala y Nicolas Helft en "Los 7 Locos" con Cristina Mucci


23-11-2024

Canal de la Ciudad

Fuente: You Tube

https://www.youtube.com/watch?v=tKcWQSw2twM

lunes, 25 de noviembre de 2024

Jorge Luis Borges: recuperan el tomo clave de la Primera Enciclopedia de Tlön

15 noviembre 2024

 

El mexicano Jorge Volpi coordinó la redacción del onceno tomo, con la participación de 20 jóvenes “tlönistas” de Hispanoamérica y edición facsimilar del sello español Páginas de Espuma.

 

Gustavo H. Mayares

 

Hace ocho décadas aparecía ‘Ficciones’, la colección de cuentos más célebre de Jorge Luis Borges. El volumen contenía la versión definitiva de uno de los textos emblemáticos del argentino: “Tlön, Uqbar, Orbis Tertius”, que por primera vez había visto la luz en el número 68 de la revista Sur, correspondiente a mayo de 1940.

Se trata de un relato en los que la narrativa borgeana alcanza los mayores logros para la lengua castellana y la literatura universal, que ha fascinado y fascina tanto a lectores como a críticos e investigadores de todo el mundo, quienes siguen auscultando en sus entresijos.

Compilado aquel mismo 1940 en la ‘Antología de la literatura fantástica’, del propio Borges, Silvina Ocampo y Adolfo Bioy Casares, es el autor de ‘La invención de Morel’ quien en el prólogo a esta colección califica al cuento como “fantasía metafísica” donde “lo fantástico está, más que en los hechos, en el razonamiento”.

En concreto, Borges refiere en este relato al onceno tomo de la ‘Primera Enciclopedia de Tlön’, que a su vez refiere a un “tercer planeta” y a un país donde termina desplegándose todo el universo borgeano; un mundo de fluidez inconcebible donde “las cosas se duplican” al tiempo que “propenden asimismo a borrarse y a perder los detalles cuando los olvida la gente”.

“Es clásico el ejemplo de un umbral que perduró mientras lo visitaba un mendigo y que se perdió de vista a su muerte. A veces unos pájaros, un caballo, han salvado las ruinas de un anfiteatro”, nos anoticia Borges.

Y bien, esa singular rareza apócrifa de un falso país, ese tomo onceno de la maravillosa ‘Enciclopedia…’ acaba de tomar vida de la mano de Jorge Volpi, quien decidió rescatar la idea borgeana en una edición falazmente facsimilar del volumen, que ha llegado a sus manos tras

mucho tiempo de búsqueda y fruto de una casualidad que transcurre en los límites entre lo real y lo imaginario.

Editado por el sello español Páginas de Espuma, estamos ante un artilugio que replica forma y fondo de ese ya mitológico onceno tomo, de un total de cuarenta, que va desde “Hlaer” a “Jangr”, con textos de una nueva generación de “tlönistas” integrada por 20 jóvenes redactores iberoamericanos todos menores de 40 años, uno por cada país de lengua hispana, coordinados por el escritor mexicano.

Entre los autores están Marina Closs (Argentina), Carlos Fonseca (Puerto Rico), Gabriel Mamani Magne (Bolivia), Lorena Salazar Masso (Colombia), Daneirys Machado (Cuba), Paulina Flores (Chile), Natalia García Freire (Ecuador), Fátima Villalta (Nicaragua), Andrea Chapela (México), Miluska Benavides (Perú) y Gonzalo Baz (Uruguay).

También Alejandra Marín (Costa Rica), Michelle Recinos (El Salvador), Irene Reyes-Noguerol (España), Rodrigo Fuentes (Guatemala), Luis Lezama (Honduras), Nicolle Alzamora (Panamá), María Pía Escobar (Paraguay), Scarlet Sánchez (República Dominicana) y Leonardo Mendoza Rivero (Venezuela).

Todos ellos acometieron exitosamente la titánica tarea que —según el narrador del cuento— expone Alfonso Reyes: “harto de esas fatigas subalternas de índole policial, propone que entre todos acometamos la obra de reconstruir los muchos y macizos tomos que faltan: ‘ex ungue leonem’. Calcula, entre veras y burlas, que una generación de ‘tlönistas’ puede bastar.”

 

De qué trata “Tlön, Uqbar, Orbis Tertius”

Todo comienza con un artículo sobre Uqbar que Bioy Casares cita del volumen XXVI de ‘The Anglo-American Cyclopaedia’ durante un encuentro con Borges en una quinta de Ramos Mejía. Ante el espejo que los acechaba desde el fondo del corredor, “Bioy Casares recordó que uno de los heresiarcas de Uqbar había declarado que los espejos y la cópula son abominables, porque multiplican el número de los hombres”.

Esa cita, sin embargo, no aparece en otras ediciones de la mencionada enciclopedia, sino solo en la de 1917, con “cuatro páginas adicionales (que) comprendían al artículo sobre Uqbar”. El narrador nota que, según ese artículo, “la literatura de Uqbar era de carácter fantástico y que sus epopeyas y sus leyendas no se referían jamás a la realidad, sino a las dos regiones imaginarias de Mlejnas y de Tlön...”

Ya en la Biblioteca Nacional, “en vano fatigamos atlas, catálogos, anuarios de sociedades geográficas, memorias de viajeros e historiadores: nadie había estado nunca en Uqbar”. Luego, a través del azar y de “fatigas subalternas de índole policial”, se llega a ‘A First Encyclopaedia of Tlön’, en cuya “primera página y en una hoja de papel de seda que cubría una de las láminas en colores había estampado un óvalo azul con esta inscripción: Orbis Tertius”.

En ese volumen improbable de 1001 páginas —tantas como las noches de Scheherezade y el sultán Shahriar (es decir, de infinitas páginas)— el narrador descubre “la historia total de un planeta desconocido, con sus arquitecturas y sus barajas, con el pavor de sus mitologías y el rumor de sus lenguas”.

 

“Con sus emperadores y sus mares, con sus minerales y sus pájaros y sus peces, con su álgebra y su fuego, con su controversia teológica y metafísica. Todo ello articulado, coherente, sin visible propósito doctrinal o tono paródico”, dice Borges. Se trata de la obra mayor de los hombres, consistente en la “gigantesca idea” no de crear un país como Uqbar, sino un “planeta ilusorio”, un vasto “tercer mundo” y su enciclopedia de 40 volúmenes.

“Tlön será un laberinto, pero es un laberinto urdido por hombres, un laberinto destinado a que lo descifren los hombres”, nos advierte el narrador hacia el final del relato. Y los hombres todavía tratan de descifrarlo…

 

Fuente: Minuto 1

https://www.minutouno.com/sociedad/jorge-luis-borges-recuperan-el-tomo-clave-la-primera-enciclopedia-tlon-n6082651


 

Jacinto Chiclana | Astor Piazzolla & Jorge Luis Borges

 

Mezzosoprano Eylül Elif Arslan Gitar Barış Önder

Estambul  - Turquía

 

Fuente: You Tube

https://www.youtube.com/watch?v=dCZ8Eg8c9ao

 

 

domingo, 27 de octubre de 2024

Tan Biónica: una nueva noche mágica e íntima, la cita de Borges y el tributo a Juana La Loca


 Chano, Bambi, Seby y Diega dieron comienzo al ciclo de siete conciertos agotados, mediante una vibrante y emotiva función con la totalidad de sus éxitos y algunas sorpresas

2 de agosto de 2024

Gabriel Hernando

 

Puede ser en la inmensidad de un estadio a cielo abierto como el de Vélez, el Diego A. Maradona de La Plata o el Más Monumental de River Plate. O bien en un espacio cerrado y algo más acotado. Pero lo cierto es que al margen de las características, las dimensiones y la capacidad del lugar elegido existe un fenómeno que permanece inalterable y muy lejos de extinguirse: el emotivo y constante ida y vuelta entre Tan Biónica y su público; una relación afectiva que crece y se agiganta con el paso del tiempo, se hace cada vez más estrecha y que parece no vislumbrar un final.

Eso es lo que se vivió anoche durante la primera de las siete e inolvidables “últimas noches mágicas” previstas en el Movistar Arena (repite hoy y los próximos 3, 4, 17, 18 y 20 de este mes).

Bajo el lema “Desde cerca”, la banda conformada por Santiago “Chano” Moreno Charpentier, Gonzalo “Bambi” Moreno Charpentier, Seby Seoane y Diega Lichtenstein decidió reencontrarse una vez más con sus fieles seguidores pero en esta oportunidad cobijada por un ámbito de mayor proximidad y perfil intimista. Así, cara a cara con un “piberío biónico” que continúa sumando nuevos y cada vez más jóvenes adeptos y que corea cada tema de viva voz como si fuera el último, Tan Biónica fue edificando un atractivo y contagioso concierto signado por sus variadas situaciones y sobre todo por un espíritu altamente celebratorio.

Dicho clima festivo ya comenzó a percibirse a través de “Seven Nation Army”, de The White Stripes, sonando de fondo para acompañar a un video con imágenes históricas del grupo y servir a su vez de preámbulo a los acordes de “El huracán”, “Vámonos”, “Arruinarse” y “Música”, los primeros temas de una velada que se extendería por más de 120 minutos.

 

 “Gracias amigos por estar acá. Yo sé que es un esfuerzo muy grande para algunos de ustedes y están aquí bancándonos, queriendo un lindo show y queriendo una noche que la recuerden para siempre. Les tengo una buena noticia: se la vamos a dar, se la vamos a dar”. Con estas palabras, un exultante Chano sentado al piano le da la bienvenida a una enfervorizada multitud para luego interpretar “Loca” seguida de “La otra manera” y “Tus horas mágicas”. De riguroso negro con detalles plateados, Bambi (bajo), Seby (guitarra) y Diega (batería) atraviesan con sus respectivos instrumentos la delgada pasarela conectada con el escenario y se suman al cantante en “Un poco perdido” y “Lunita de Tucumán” rodeados por un océano de brazos extendidos.

Por su parte, los sones electrónicos de “El duelo” y “Ella” transforman al Movistar Arena en una auténtica y gigantesca rave, con el sector campo convertido en una pista de baile incandescente y el cuarteto a pleno arengando a una audiencia dispuesta a todo. La calma se hace presente cuando Bambi toma el rol de cantante en “Pastillitas del olvido” y luego le pasa la posta a su hermano Chano que obsequia rosas a la multitud mientras le presta su voz a una sentida versión de “Claramente”.

Tres gigantes pantallas led con forma triangular dan vida a la impactante escenografía que suele secundar a Tan Biónica en sus presentaciones en vivo. Y a ella se suma toda una parafernalia de luces, rayos láser, llamaradas, humo, explosiones y papel picado que engalanan un show cuidado hasta el más ínfimo detalle y diseñado al mismo nivel que cualquier producción internacional. Sin embargo, a fin de cuentas lo que más importa son las canciones, las buenas canciones, algo que esta banda posee de sobra y constituye su más preciado tesoro. Por cierto, “Beautiful” y “La manera que eligió para matarme” asoman como un claro ejemplo de ello.

Ya sea desde el bajo, la guitarra acústica, los sintetizadores o el keytar, Bambi oficia de director musical de un ensamble instrumental muy sólido y aceitado (aunque por momentos suene un tanto sobrecargado y saturado) que se completa a la perfección con la guitarra de Seby y el pulso firme de Diega desde la batería. No obstante, es Chano quien con su carisma y entrega sin límites acapara la totalidad de las miradas y contagia a través de una impronta que por fortuna parece haber recuperado la alegría, el disfrute y las ganas de cantar.

 “Una vez me preguntaron: ‘¿Maradona o Messi?’. Y yo contesté: ‘Borges’. Me parece el argentino más brillante. Él tiene un poema llamado ‘Poema de los dones’ donde retrata cómo fue quedándose ciego, comparando su ceguera con un atardecer. Y eso me inspiró a componer este tema”, relata Chano a modo de introducción no solo de “Poema del cielo” sino también de un conmovedor set acústico.

A bordo de una pequeña tarima ubicada en el extremo opuesto al escenario principal y acompañándose por sendas guitarras acústicas, un piano y un cajón peruano, los cuatro músicos desgranaron piezas tales como “Yo te espero”, “Tus ojos mil” y “Mis madrugaditas” que desataron una ovación generalizada. Ese fue también el momento donde sorpresivamente interpretaron una desnuda y despojada versión de la bellísima “Angelical”, a modo de homenaje a Juana La Loca, la agrupación nacida en los noventa y siempre liderada por Rodrigo Martín (“una de nuestras bandas nacionales favoritas de cuando teníamos 18 años”, confesó Chano).

El frenesí y la invitación al baile y al movimiento volvieron a ponerse de manifiesto mediante las irresistibles “Hola mi vida”, “Ciudad mágica” y “Mis noches de enero”.

Pero todavía había más: “Ustedes son nuestro único norte. Lo único y más importante del arte es ser queridos por ustedes. ¿Una más?”, pregunta Chano y la respuesta afirmativa de sus fanáticos no se hace esperar. De este modo, “Obsesionario en La Mayor” y “La melodía de Dios” marcan el epílogo de una auténtica e intensa noche mágica que, sin dudas, se rehúsa a ser la última. ¿Se sumarán nuevos capítulos a esta historia? Solo Tan Biónica conoce la respuesta.

Fuente:  La Nación

https://www.lanacion.com.ar/espectaculos/musica/tan-bionica-una-nueva-noche-magica-e-intima-la-cita-de-borges-y-el-tributo-a-juana-la-loca-nid02082024/

 

Fuente Video

Tan Biónica - Borges + Poema de los Cielos

Fuente: You Tube

https://www.youtube.com/watch?v=rZ4KCzoIMEw

Jorge Luis Borges: Su Viaje Sensorial por Marruecos

 


 Cultura y Ciencia, Slider

 

En 1984, cuando el más universal de los escritores argentinos, Jorge Luis Borges, visitó Marruecos, ya llevaba varios años sin visión. Sin embargo, su ceguera no le impidió experimentar una vivencia sensorial conmovedora.

 Santiago de Luca, director de la revista literaria internacional SureS y coordinador del Espacio Argentina-Maghreb “Jorge Luis Borges”, rescata este episodio poco comentado en la vida de Borges, revelando la sensibilidad que el escritor excepcional tenía hacia una cultura singular y auténtica.

Para De Luca, “Borges y Marruecos se encontraron físicamente al final de su vida, pero pareciera que se conocían desde siempre: Marruecos es borgesiano y Borges habita las metáforas de Marruecos”.

 Por iniciativa del difunto SM Hassan II, Borges fue el invitado de honor en el 7º Congreso Mundial de Poesía, celebrado en octubre de 1984 en Marrakech, bajo la presidencia del ex presidente senegalés y cantor de la negritud, Léopold Sédar Senghor.

 “Borges no podía ver Marruecos (ya que era no vidente) pero lo sentía. Podía tocarlo, olerlo y, según algunos testimonios, disfrutó enormemente del universo sonoro” que emanaba de una sociedad vibrante.

 De Luca añade que “al caer la noche, Borges se conmovía con los llamados a la oración que ascendían de las mezquitas cercanas”. Esta emoción fue captada y luego narrada por su esposa, María Kodama, quien lo acompañaba durante su estancia en la ciudad ocre.

 En la plaza Jamaa El Fna, Borges, sin entender el idioma, fue cautivado por los sonidos musicales y las actuaciones de los “Hlaikiyas” (cuentacuentos públicos) que pueblan este espacio emblemático.

 Para De Luca, “Borges se reconoció entre esos narradores porque él era, a su manera, un cuentacuentos como ellos. Pertenecía a esa antigua estirpe de narradores marroquíes”, que transportan al espectador hacia horizontes similares a los universos borgesianos.

 Aunque visitó Marruecos solo una vez, Jorge Luis Borges logró crear, a través de sus lecturas y su imaginación, un vínculo profundo con el reino y con su rico patrimonio cultural y espiritual, que aparece en su obra como un lugar simbólico, un espacio donde se cruzan los mundos, donde resuenan los ecos del infinito y de lo místico.

 En su odisea literaria, Borges fue “muy receptivo a la literatura árabe en general, como la poesía preislámica o Jahiliya que comentó en su obra. Asimismo, su lectura de Las mil y una noches fue la más poderosa realizada en español”.

 La poeta venezolana Ana María del Re, presente también en Marrakech en 1984, recuerda su conversación con Borges sobre su estancia en la ciudad ocre. “Cada mañana, el muecín me despierta y eso me llena de alegría. Me emocionan las oraciones de los fieles”, le contó Borges a Ana María. Esta confesión reveló el gran atractivo que siempre tuvo la mística sufí para Borges.

 Fascinada por este tipo de comunión que parecía envolver a Borges durante su estancia en Marrakech, María del Re escribió que “a lo largo de su obra, hay continuas alusiones a la cultura oriental, su historia, sus tradiciones, sus mitologías; hay toda una recreación de ese pasado lejano”.

 Las historias como las que se cuentan desde hace siglos en Jamaa El Fna habrían despertado en Jorge Luis Borges un gran asombro por el mundo árabo-musulmán. En uno de sus poemas escritos en Ronda, España, Borges alababa la magia de Marruecos y del Oriente en general, con estos términos: “en la delicada oscuridad de la ceguera, un silencio cóncavo de patios, un ocio de jazmín y un leve murmullo de agua, que evocaba recuerdos de desiertos”.

 A pesar de las pocas menciones de este episodio en la vida de Borges, su único viaje a Marruecos, dos años antes de su muerte, fue un encuentro entre un escritor y un espacio que había explorado a menudo a través de sus lecturas, ayudado por una imaginación fecunda a pesar de su ceguera.

 Los testimonios disponibles indican que Marruecos ofreció a Borges una experiencia sensorial e intelectual intensa.

 Aunque tardía, la experiencia marroquí de Borges aportó profundidad a su obra, confirmando su estatus de escritor universal, capaz de trascender las fronteras del tiempo y del espacio.

 En el imaginario borgiano, las medinas de Marruecos y sus callejones sinuosos parecen ser espacios directamente sacados de sus propios escritos, amueblados por laberintos literarios. Estos lugares, que mezclan el pasado y el presente y donde cohabitan lo sagrado y lo profano, resonarían con las obsesiones literarias inextricables de Borges, cuyos aficionados albergan la esperanza de que el célebre escritor haya podido confrontar en tierra marroquí sus exploraciones literarias con la realidad.

Fuente: Marruecom

https://marruecom.com/2024/08/16/jorge-luis-borges-su-viaje-sensorial-por-marruecos/


 

James Joyce según Borges


 Jorge Luis Borges se pronuncia tempranamente sobre James Joyce, quien en 1922 ha publicado el ‘Ulises’, novela todavía no editada en español. Dice en el ensayo titulado “El ‘Ulises’ de Joyce”, incluido en ‘Inquisiciones’ (1925): “Soy el primer aventurero hispánico que ha arribado al libro de Joyce…” Le seguirán otros ensayos en libros y artículos en la prensa para ratificar la veneración borgeana por el irlandés, a quien compara con Shakespeare.

También su “perplejidad” tras la aparición del ‘Finnegans Wake’. Será en 1960 cuando el argentino terminará por definir oralmente todo lo que para él es el universo literario de Joyce, en una de las muchas conferencias magistrales que brinda entonces alrededor del mundo.

Es en la Universidad Nacional de La Plata donde asegura: “Si tuviera que perderse todo lo que se llama literatura moderna, y hubiera que salvar dos libros, y esos dos libros los hubiera que elegir, digamos, en todo el mundo, serían, en primer término, el ‘Ulises’, y luego el ‘Finnegans Wake’”.

 

Fuente: You Tube

https://www.youtube.com/watch?v=8aSp1MZnAU8