El autor rescata una
entrevista que le hizo Dante Escóbar a Jorge Luis Borges. El protagonista,
involucrado en el escándalo de Focssap, escribió el libro “Las obsesiones de
Borges”.
Por Freddy Zárate
La Paz - domingo, 14
de agosto de 2022
Hace algunos días atrás me encontraba realizando unos
trámites en predios de la Universidad Mayor de San Andrés. En esa espera,
escuché a uno de los administrativos llamar el nombre de Dante. Tras una
segunda llamada, me percaté que se trataba de Dante Benito Escóbar Plata, que
en ese momento se encontraba de espaldas, reflejaba un lento caminar por los
años venidos encima y de aspecto descuidado.
Fue entonces que decidí abordarlo, y por ello, pude
enterarme que estaba a la espera de un informe de kardex, pues resulta que
había vencido algunas materias en la penitenciaría. Al caminar por los pasillos
de la universidad, se me ocurrió preguntar sobre el periódico Primera Plana y
su labor literaria de los años 80 y principios de los 90. Quedé intrigado al
escuchar esa faceta de su vida. Es así, que entablamos una fugaz conversación
sobre ello, quedando varios temas en el tintero. Acordamos en reunirnos en otra
ocasión, pero, hasta el día de hoy no volví a tener noticias de Dante Escóbar.
Dante Escóbar y el
caso Focssap
¿Pero quién es el personaje? Dante, es un nombre que, quizá,
en la actualidad resulte familiar por el millonario desfalco del Fondo
Complementario de la Seguridad Social de la Administración Pública (Focssap),
ocurrido en los años 90. Para contextualizar el hecho, recurrimos a la
investigación del periodista Gerardo Irusta Medrano, quien develó los
pormenores de la captura de Dante Escóbar en el libro El último refugio del
Ángel (La Paz, 1998). Según refiere el autor, “los agentes de inteligencia le
pusieron el nombre clave de ‘Ángel’ a Dante Escóbar, para referirse a sus
movimientos en sus comunicaciones internas”, por eso el título del texto.
Por ese tiempo, se encontraba como presidente de la
República, el general Hugo Banzer Suárez, quien tenía como ministro de Gobierno
a Guido Nayar Parada. Es así, que el 14 de mayo de 1998, el ministro se
encontraba en la ciudad de Santa Cruz, cuando recibió una imprevista llamada:
“- Hola, ¿señor ministro?
- Sí, el ministro Nayar al teléfono, ¿Quién habla?
- El coronel Freddy Soruco, señor ministro, desde Mar del
Plata...
- Qué tal coronel Soruco, como le va... Estaba a la espera
de sus noticias
- Bien señor ministro. Le llamo para informarle que acaba de
ser detenido DABES (Dante Benito Escóbar), hace pocos minutos...
- ¿Esta seguro?
- Si señor ministro. Está totalmente cambiado el rostro,
está poco menos que irreconocible, y está siendo trasladado en este momento a
Buenos Aires para comprobar plenamente su identidad. Volveré a llamarlo desde
Buenos Aires”.
Tras varias horas de espera, el ministro de Gobierno tuvo
plena certeza de la detención de Dante Escóbar, quien figuraba con el nombre de
Juan Carlos Pareja Álvarez. Con el apoyo de las fichas dactiloscópicas se supo
que se había capturado a Dante, pero, además, el propio Escóbar habría admitido
su identidad verdadera ante las autoridades policiales argentinas. Casi
inmediatamente, la prensa nacional difundió la noticia de la captura del hombre
más buscado en Bolivia.
Un aspecto que no pasó desapercibido ante la opinión pública
fue que el ex gerente del Foccsap se había hecho una cirugía estética que le
cambió el rostro. Su pelo estaba ondulado, se había afeitado la barba y
cambiado la forma de la nariz. Esta situación ameritó que el ministro Nayar,
junto con el embajador de Bolivia en la Argentina, Manfredo Kempff Suárez,
sostuvieran reuniones con un consorcio jurídico de abogados argentinos
–contratados por la Cancillería boliviana– para que lleven adelante el proceso
de extradición de Dante Escóbar.
Con el pasar de los días, el ministro Guido Nayar fue
recibiendo en su despacho varios informes de sus asesores con los antecedentes
de Escóbar y su accionar en la administración pública: “Surgió al poder de
Focsap, bajo el amparo de importantes personajes del MNR durante la presidencia
de Víctor Paz Estenssoro (1985-1989), tuvo la capacidad de mantenerse en ese
cargo durante la presidencia de Jaime Paz Zamora (1989-1993) en medio de un
constante tráfico de influencias. Luego tuvo la habilidad de convertirse en un
ferviente militante del presidente Gonzalo Sánchez de Lozada (1993-1997) con
cuyo entorno de colaboradores también formó otro círculo de influencias para
mantenerse en el cargo hasta la finalización de esa gestión, cuando se volvió
militante adenista”.
Otra de las habilidades de Escóbar fue la de afianzar
amistades y lealtades con fines instrumentales. Por ejemplo, nombró como su
padrino de matrimonio al dirigente Guillermo Fortún. Convenció al diputado
adenista Fernando Kieffer “de que él era un candidato ideal a ser su suplente
en base a su curriculum vitae”. Pero, al encontrarse en el ojo de la tormenta,
el Comité Ejecutivo de Acción Democrática Nacionalista (ADN), resolvió pedir a
la Corte Nacional Electoral –ahora Órgano Electoral Plurinacional– que el
ciudadano Dante Escóbar, que había resultado electo como diputado uninominal
suplente por La Paz, sea inhabilitado ante las graves denuncias que pesaban en
su contra y hasta que éste aclarase su situación ante los tribunales de
justicia.
Paralelamente a sus funciones en el sector público, Dante
Escóbar fue catedrático en la materia periodismo en la carrera de Ciencias de
la Comunicación de la Universidad Católica Boliviana: “Escóbar asistía a sus
clases universitarias cada día en un coche particular diferente mostrando un
poder inusual para un funcionario de la administración pública”.
También se sabe que era propietario de Primera Plana, un
periódico de escasa circulación que tenía la pretensión de posicionarse a nivel
nacional, cubriendo noticias, deportes y un significativo suplemento cultural
que tenía en su planilla a un importante grupo de periodistas. A esto se suma
la tenencia de bienes inmuebles, automóviles, cuentas bancarias, que fueron
destinados al lavado de dinero de fondos desfalcados.
Por todo ello, Dante Escóbar fue sindicado como el principal
autor de la estafa de $us 10 millones de dólares por el caso Focssap, la compra
de 25 hectáreas en la urbanización Ventilla de El Alto, entre otros. Las
acusaciones que pesaron en su contra fueron por asociación delictuosa, cohecho
activo, falsedad ideológica, uso de instrumento falsificado, conducta
antieconómica y apropiación indebida. Recibió por parte de la justicia
boliviana tres sentencias por el caso Foccsap: estuvo recluido en los penales
de San Pedro y Chonchocoro de La Paz.
El encuentro entre
Dante Escobar y Jorge Luis Borges
La labor literaria de Dante Escóbar fue totalmente opacada
por el caso Focssap. Es así, que en la actualidad, se desconoce el encuentro
que tuvo Escóbar con el afamado escritor argentino Jorge Luis Borges el año
1985; del que salieron algunos fragmentos en el periódico Presencia Literaria
de La Paz en 1986.
Pero, al tener un extenso y valioso material de aquella
entrevista, es que Escóbar publicó el libro Las obsesiones de Borges. Una
entrevista de Dante Escóbar Plata (Buenos Aires: Editorial Distal, 1989).
Siguiendo el relato de Dante, “eran apenas las 17 horas de una tarde del último
mes del invierno de 1985, cuando Jorge Luis Borges accedió a recibirme gracias
a gestiones de un colega periodista. Cuando supo que era boliviano, él se
interesó y me recibió para conversar solo media hora. Sin embargo, al terminar
la charla, habían transcurrido cuatro días, con interrupciones breves y
aisladas”.
La entrevista se realizó en la biblioteca del escritor,
donde tuvo como punto de partida algunas referencias sobre la literatura
boliviana: “Vea este libro (Índice de la poesía boliviana contemporánea de Juan
Quirós), –dice Borges– es un compendio de la poesía boliviana que me llegó en
estos últimos meses... Me lo han recomendado y tengo deseos de conocer lo que
se ha escrito en Bolivia en los últimos diez años... Es tan poco lo que sé...”.
A lo cual Escóbar alega: “Sin embargo, usted se ha declarado
admirador de Jaimes Freire, Reynolds y Tamayo”.
Borges responde: “Sí... pero eso no basta para conocer la
literatura boliviana actual. Tal vez lo que ocurre en Bolivia sea como lo que
pasó en México, por supuesto con grandes excepciones, donde la cultura mexicana
era el rechazo de la cultura española. Después de la independencia, en vez de
abrirse a toda la cultura occidental se cerró en lo aborigen, en el culto al
indio. Era un grave error. Incluso en algunas regiones no les enseñaban el
castellano a los indios... Pero es curioso comprobar cómo conocen, sin embargo,
la literatura norteamericana, tanto a los clásicos como a los contemporáneos, a
Emerson, a Conrad... Qué bueno que ustedes los bolivianos se acuerden aún de
Ricardo Jaimes Freire... sus Leyes de la versificación, son una obra maestra”.
En otro pasaje de la conversación, Dante Escóbar pregunta:
“¿Qué opina de los reportajes que le hacen?”
Borges manifiesta: “Caramba, aquí sí tengo que ser sincero
porque ese género no me gusta; es reprochable y lo es porque el entrevistador,
generalmente un periodista, asume el predestinado papel de interrogador fiscal,
como el que equivocadamente asume ciertos profesores ineptos que, en vez de
dejar hablar al alumno, lo interrumpen descortésmente con nimiedades para
ocultar su ignorancia. Esto se observa hasta en los noticiosos de la televisión
donde el que relata las informaciones juega al juez moralista, al vulgar
inquisidor e intercala sus propios traumas, aversiones o preferencias,
generalmente superfluas”.
Al respecto, Dante le dice: “Espero no haber cometido esas
impertinencias...”.
Borges responde: “No, claro que no, porque lo que sostuvimos
fue un diálogo, una conversación con su propia fluidez y no un interrogatorio
fiscal, y me cuesta decirles no a los periodistas y aunque les acepte, no dejo
de estar incómodo. Pero si me piden un reportaje para un diario del interior, o
en su caso, de Bolivia, pienso que puedo ayudarlos y lo hago contento. No sé,
me llama la atención su país, donde hay gente que se interese por lo mío y los
artículos que usted publicó sobre mí en La Nación. Bueno, quiero contarle que
una vez, en una librería encontré un libro que hablaba sobre Borges. Lo había
escrito Marcial Tamayo, al que después conocí. Mi memoria asocia a Bolivia con
Ricardo Jaimes Freire, el poeta más preciosista del modernismo y luego tienen a
Reynolds y al mismo Tamayo...”.
Siguiendo con el mismo tema, Escóbar consulta al escritor:
“Qué es lo que más le preguntan en las entrevistas?”.
Borges confiesa: “De todo... A veces me preguntan de
política, que no sé nada, y uno se ve obligado a dar respuestas banales porque
si una persona se especializa en algo, no tiene por qué ser particularmente
inteligente en otras. Otras veces tratan de que hable mal de otros escritores y
cuando no hablo mal, se desilusionan. Y, bueno, últimamente, dicen que yo me
paso la vida esperando el Premio Nobel”.
Luego, Dante pidió a Borges dar un consejo a los jóvenes
escritores.
Borges responde: “Yo no me siento maestro de nadie y no lo
soy, pero puedo decirles que un escritor debe leer mucho no por obligación sino
por placer. Yo siempre aconsejé a mis alumnos que si un libro les aburre,
déjenlo y nunca lean un libro por su fama ni porque sea moderno o antiguo. La
lectura debe ser una de las formas de felicidad y jamás se dejen impresionar
por la reputación del autor, porque al leer y buscar, estarán en la búsqueda
mínima de la felicidad personal. Se debe encontrar la felicidad en la lectura
porque es el único modo inteligente de leer, sin ser esclavo de las
bibliografías, de las citas, de las acotaciones entre paréntesis que atiborran
fechas y libros críticos que divagan sobre la creación del autor”, entre temas
varios.
Con el pasar de los años, el llamativo diálogo entre Dante
Escóbar y Jorge Luis Borges fue totalmente olvidado dentro de círculos
universitarios y académicos de nuestro país. Pero es necesario recobrar la
entrevista realizada por Dante para nuestro presente, por la importancia del
personaje. Y tal vez, fue una de las últimas entrevistas concedidas antes de su
partida.
Lo curioso del caso es que el diálogo lo protagonizó el
entonces periodista boliviano Dante Escóbar Plata, que en ese tiempo se perfilaba
como una gran promesa de las letras. Sin embargo, pasó a la acera de las
iniquidades de la corrupción. En este caso concreto, la ambición por alcanzar
poder, prestigio y dinero de forma ilícita, fue mucho más seductor que
continuar en las sendas de la literatura, que, en nuestro medio, para algunos
está destinado la indiferencia, el menosprecio y el olvido.
Fuente: Pagina Siete - Bolivia
https://www.paginasiete.bo/letra-siete/mi-encuentro-con-dante-KC3554158