Por Ana Quiroga
El cuento de Jorge Luis Borges que se analizará en este
trabajo, El fin, fue incorporado a Ficciones en 1956. Acerca del mismo Borges
comenta en el prólogo a la edición de ese año:
"Fuera de un personaje - Recabarren - cuya inmovilidad
y pasividad sirven de contraste, nada o casi nada es invención mía en el
decurso breve de [El fin]; todo lo que hay en él está implícito en un libro
famoso y yo he sido el primero en desentrañarlo o, por lo menos, en
declararlo."
Ese libro famoso es el Martín Fierro de José Hernández.
Podría decirse que El fin es un texto largamente anticipado por su autor. Ya en
1953, en su estudio El "Martín Fierro" , Borges insinúa el argumento
de este cuento. Al analizar la payada de La Vuelta… entre Fierro y el moreno,
escribe:
"Podemos imaginar una pelea más allá del poema, en la
que el moreno venga la muerte de su hermano" .
Más adelante sostiene:
"el desafió del moreno incluye otro, cuya gravitación
creciente sentimos y prepara o prefigura otra cosa, que luego no sucede más
allá del poema"
Tal vez podría pensarse en El fin como una reposición por
parte de Borges de eso que "no sucede más allá del poema" de José
Hernández.
2. El título
El sintagma "el fin" conforma el título y aparece
también hacia el final del cuento. En las últimas líneas, "el fin" es
la muerte de Martín Fierro vista por Recabarren. También "el fin" es
la tarea que el negro tenía que cumplir, vengar la muerte de su hermano.
Asimismo, la pelea entre los dos protagonistas marca
"el fin" de un contrapunto largamente sostenido. La payada evocada al
comienzo del cuento ha quedado inconclusa. El negro sigue frecuentando la
pulpería "como a la espera de alguien" . El continuo rasgueo de su
guitarra marca un compás de espera. El regreso de Fierro pone fin al intervalo
y permite que surja el enfrentamiento latente.
"Dejá en paz la guitarra, que hoy te espera otra clase
de contrapunto" .
La lucha de los cuerpos es aludida como otro contrapunto que
reemplaza al duelo verbal.
"El fin" alude también a los finales literarios.
Está "el fin" del poema de Hernández, donde el moreno y Martín Fierro
se enfrentan en el orden de las palabras y los presentes intervienen para que
no se concrete la pelea; está el fin que Borges ha conjeturado, el otro fin.
Podríamos ver estos dos finales enfrentados, concertando entre sí otro de los
contrapuntos que operan en el cuento (tal vez como un duelo entre dos autores,
que tal vez podría pensarse en términos de una disputa por ocupar el lugar del
"autor nacional")
Si, como Borges afirma en el comentario citado al comienzo
de este trabajo, "todo lo que hay en [El fin] está implícito en el [Martín
Fierro]" entonces podríamos leer en los siguientes versos de Hernández un
punto de intersección entre ambos textos:
"Yo no sé lo que vendrá,
tampoco soy adivino;
pero firme en mi camino
hasta el fin he de seguir:
todos tienen que cumplir
con la ley de su destino."
Borges recrea en "El fin" otro final posible para
el personaje de Fierro, distinto del definido por Hernández y por el dominio
del principio de la legalidad que instaura La Vuelta... En El fin los
antagonistas se rigen por un principio de justicia por mano propia, siguen su
ley individual. En La vuelta.. ese precepto ha sido desterrado, Fierro evita la
pelea, los presentes se interponen y triunfa la conciliación por sobre el
ajuste de cuentas.
3. Los personajes
El primer personaje que aparece en El fin es Recabarren, el
dueño de la pulpería, quien ha sufrido la parálisis de un lado de su cuerpo y
ha perdido el habla. Quisiera señalar el gesto menardiano de Borges al declarar
(en el comentario prologar citado al comienzo de este trabajo) que sólo el
personaje de Recabarren, a excepción del resto del cuento, es invención suya.
Aunque más no sea por un símil físico y gestual, hay un llamativo parecido
entre Vizcacha, el personaje de Hernández y Recabarren, el patrón de la
pulpería en El fin: ambos están postrados, asistidos por un chico y utilizan un
cencerro para llamar la atención.
Si bien en este texto hay un narrador en tercera persona, se
observa una alternancia entre dos puntos de vista predominantes. Si utilizamos
un lenguaje cinematográfico, podríamos decir que en algunos momentos hay tomas
subjetivas desde Recabarren. El narrador utiliza los ojos del pulpero como una
mediación para contar. En la primera oración del cuento nos dice lo que el
pulpero ve:
"Recabarren, tendido, entreabrió los ojos y vio el
oblicuo cielo raso de junco."
Cuando el ángulo de esa visión se agota, se termina la mediación
y aparece la mirada del narrador:
"Recabarren vio el chambergo, el largo poncho oscuro,
el caballo moro, (...). A unas doscientas varas dobló. Recabarren no lo vio
más..."
A partir de ese momento, la historia es narrada desde otro
punto de vista, hasta que la escena final es contada nuevamente según lo que ve
el pulpero.
Me parece necesario destacar la ubicación física de
Recabarren. Desde su catre, sus ojos dominan el ámbito de su "pieza"
y lo que ocurre a través de la ventana:
"Afuera, más allá de los barrotes de la ventana, se
dilataban la llanura y la tarde..."
Todo lo que pasa afuera el pulpero lo ve entre
"barrotes" y recuadrado por la ventana, como si fuera una pintura.
Este recorte visual tiene consecuencias en la narración, sobre las que volveré
más adelante.
Sobre el cuerpo de Recabarren el texto nos dice que "se
le había muerto bruscamente el lado derecho y había perdido el habla" .
Recabarren, que no puede hablar, comparte esa cualidad de mudez e inefabilidad
con el paisaje:
"Hay una hora de la tarde en que la llanura está por
decir algo; nunca lo dice o tal vez lo dice infinitamente y no lo entendemos, o
lo entendemos pero es intraducible como una música..." .
En esa llanura que tal vez dice infinitamente hay un rasgo
del orden de lo divino. La mitad de Recabarren que se con-funde con el paisaje
comparte esa infinitud; su otra mitad, está "muerta." Podríamos
pensar que Recabarren es una metáfora de lo finito y lo infinito que hay en el
hombre. Hay en El fin una idea de que los hombres mueren, pero no su destino.
Fierro muere pero el moreno se convierte en él, toma su destino de perseguido.
En esta perpetuación de un hombre en otros está la inmortalidad.
El tema del destino aparece en el cuento signando la vida de
los tres personajes principales Recabarren acepta "las cosas cotidianas
que ya no cambiaría nunca por otras" , la parálisis, el rigor de América y
la soledad.
La vida del moreno está marcada por el objetivo de la
venganza; por ella espera siete años, para dar por "cumplida su tarea de
justiciero" . La primera vez que se lo nombra en el texto es señalado como
"el ejecutor". El moreno es quien ejecuta la música, pero también
será el "ejecutor" de Fierro. Hay un esbozo inicial del negro que
encubre su violencia. En las primeras líneas se nos dice de él que es
"inofensivo". Incluso cuando reta a Fierro a pelear es absolutamente
sutil:
"Con el otoño se van acortando los días" .
Por su parte, el personaje de Fierro, enuncia la aceptación
de su destino:
"Mi destino ha querido que yo matara y ahora, otra vez,
me pone el cuchillo en la mano."
En el combate, cuando los cuerpos se entrecruzan, el destino
de Fierro comienza a ser ya el del moreno.
"Se entreveraron y el acero filoso rayó y marcó la cara
del negro" .
Cabe recordar que en la primera parte del poema de
Hernández, antes de matar al moreno, éste le marca la cara a Fierro (el
ejecutor queda marcado).
En las últimas líneas de El fin hay una correspondencia casi
textual con los siguientes versos de José Hernández:
Limpié el facón en los pastos
desaté mi redomón,
monté despacio y salí
al tranco pa el cañadón.
El cuento de Borges dice:
"Limpió el facón ensangrentado en el pasto y volvió a
las casas con lentitud, sin mirar para atrás."
Aquí se registra una doble repetición: el moreno de El fin
repite los gestos de Martín Fierro (que conocemos por otro libro) y de esta
manera se reafirma su destino de ser el otro; Borges, por su parte, rescribe
las mismas palabras que otro autor escribió.
4. Las imágenes
Leemos en El fin un permanente fondo musical que se extiende
durante todo el cuento. Después de abrir los ojos, lo segundo que percibe
Recabarren es el rasgueo de la guitarra "que se enredaba y desataba
infinitamente" El diálogo entre el moreno y Martín Fierro lleva el
acompañamiento de la guitarra del primero. Este sonido permanecerá
invariablemente como un fondo del relato, hasta que el moreno deja el
instrumento. En la pelea final, el narrador sugiere un sonido musical
proveniente de la llanura.
El autor utiliza diversos recursos visuales en función de la
narración. Recordemos la importancia de la mirada de Recabarren, privilegiada
como una posición desde la cual se cuentan los hechos. En el pulpero los ojos
cumplen no sólo la función visual, sino también la verbal ( "Recabarren le
preguntó con los ojos…").
Las referencias a la luz parecen estar en función de enfocar
una escena específica, y tal vez una de las más memorables del cuento: la pelea
final. La frase oblicua y breve del moreno, en donde expresa su reto (
"con el otoño se van acortando los días" ), expresa la urgencia por
salir a pelear, y genera la réplica inmediata de Fierro: "con la luz que
queda me basta" .
En el momento del combate se nos informa que "la luna
resplandecía" . Podemos, entonces, imaginar la escena que ve Recabarren
desde su catre: dos hombres trabados en lucha, encuadrados por la ventana de la
pieza del pulpero, detrás de los barrotes. Se diría que son dos prisioneros,
llevados a ese trance por un destino implacable. Me parece oportuno citar unos
versos de uno de los poemas magistrales de Borges donde reaparece este tema,
Ajedrez :
(…)
No saben que la mano señalada
Del jugador gobierna su destino,
No saben que un rigor adamantino
Sujeta su albedrío y su jornada.
También el jugador es prisionero
(La sentencia es de Omar) de otro tablero
De negras noches y de blancos días.
(…)
En La Vuelta, Hernández escribe un destino para Fierro donde
este consigue eludir la cárcel. El Martín Fierro de Borges puede escapar a la
cárcel de los hombres, pero no al rigor del destino.
Notas
1 Borges, Jorge Luis, en Artificios, (Alianza Editorial,
S.A., Madrid, 1993), pág. 6.
2 Hernández, José, Martín Fierro (contiene "El gaucho
Martín Fierro" y "La vuelta de Martín Fierro"; Editorial Losada
S.A., Buenos Aires, 2000).
3 Borges, Jorge Luis, en colaboración con Margarita
Guerrero, en "El Martin Fierro" (Alianza Editorial, S.A., Madrid,
1999), pág. 86.
4 Pág. 81, "El Martín Fierro", edic. cit.
5 Borges, Jorge Luis, "El fin" en Artificios,
(Alianza Editorial, S.A., Madrid, 1993), pág. 68.
6 Pág. 71, "El fin", edic. cit.
7 pág. 211, Martín Fierro, edic. cit.
8 pág. 68, "El fin", edic. cit.
9 pág. 69, "El fin", edic. cit.
10 pág. 68, "El fin", edic. cit.
11 pág. 69, "El fin", edic. cit.
12 pág. 72, "El fin", edic. cit.
13 pág. 68, "El fin", edic. cit.
14 pág. 72, "El fin", edic. cit.
15 pág. 71, "El fin", edic. cit.
16 pág. 71, "El fin", edic. cit.
17 pág. 71, "El fin", edic. cit.
18 pág. 58, Martín Fierro, edic. cit.
19 pág. 72, "El fin", edic. cit.
20 pág. 68, "El fin", edic. cit.
21 pág. 71, "El fin", edic. cit.
22 pág. 71, "El fin", edic. cit.
23 Borges, Jorge Luis, Ajedrez, en "El Hacedor"
(Emecé Editores, S.A., Buenos Aires, 1986).
Fuente : Artnovela
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