miércoles, 7 de octubre de 2015

Acerca de El fin, de Jorge Luis Borges




 Por Ana Quiroga

El cuento de Jorge Luis Borges que se analizará en este trabajo, El fin, fue incorporado a Ficciones en 1956. Acerca del mismo Borges comenta en el prólogo a la edición de ese año:

"Fuera de un personaje - Recabarren - cuya inmovilidad y pasividad sirven de contraste, nada o casi nada es invención mía en el decurso breve de [El fin]; todo lo que hay en él está implícito en un libro famoso y yo he sido el primero en desentrañarlo o, por lo menos, en declararlo."

Ese libro famoso es el Martín Fierro de José Hernández. Podría decirse que El fin es un texto largamente anticipado por su autor. Ya en 1953, en su estudio El "Martín Fierro" , Borges insinúa el argumento de este cuento. Al analizar la payada de La Vuelta… entre Fierro y el moreno, escribe:

"Podemos imaginar una pelea más allá del poema, en la que el moreno venga la muerte de su hermano" .

Más adelante sostiene:

"el desafió del moreno incluye otro, cuya gravitación creciente sentimos y prepara o prefigura otra cosa, que luego no sucede más allá del poema"

Tal vez podría pensarse en El fin como una reposición por parte de Borges de eso que "no sucede más allá del poema" de José Hernández.


 2. El título

El sintagma "el fin" conforma el título y aparece también hacia el final del cuento. En las últimas líneas, "el fin" es la muerte de Martín Fierro vista por Recabarren. También "el fin" es la tarea que el negro tenía que cumplir, vengar la muerte de su hermano.

Asimismo, la pelea entre los dos protagonistas marca "el fin" de un contrapunto largamente sostenido. La payada evocada al comienzo del cuento ha quedado inconclusa. El negro sigue frecuentando la pulpería "como a la espera de alguien" . El continuo rasgueo de su guitarra marca un compás de espera. El regreso de Fierro pone fin al intervalo y permite que surja el enfrentamiento latente.

"Dejá en paz la guitarra, que hoy te espera otra clase de contrapunto" .

La lucha de los cuerpos es aludida como otro contrapunto que reemplaza al duelo verbal.

"El fin" alude también a los finales literarios. Está "el fin" del poema de Hernández, donde el moreno y Martín Fierro se enfrentan en el orden de las palabras y los presentes intervienen para que no se concrete la pelea; está el fin que Borges ha conjeturado, el otro fin. Podríamos ver estos dos finales enfrentados, concertando entre sí otro de los contrapuntos que operan en el cuento (tal vez como un duelo entre dos autores, que tal vez podría pensarse en términos de una disputa por ocupar el lugar del "autor nacional")

Si, como Borges afirma en el comentario citado al comienzo de este trabajo, "todo lo que hay en [El fin] está implícito en el [Martín Fierro]" entonces podríamos leer en los siguientes versos de Hernández un punto de intersección entre ambos textos:

"Yo no sé lo que vendrá,
tampoco soy adivino;
pero firme en mi camino
hasta el fin he de seguir:
todos tienen que cumplir
con la ley de su destino."

Borges recrea en "El fin" otro final posible para el personaje de Fierro, distinto del definido por Hernández y por el dominio del principio de la legalidad que instaura La Vuelta... En El fin los antagonistas se rigen por un principio de justicia por mano propia, siguen su ley individual. En La vuelta.. ese precepto ha sido desterrado, Fierro evita la pelea, los presentes se interponen y triunfa la conciliación por sobre el ajuste de cuentas.

3. Los personajes

El primer personaje que aparece en El fin es Recabarren, el dueño de la pulpería, quien ha sufrido la parálisis de un lado de su cuerpo y ha perdido el habla. Quisiera señalar el gesto menardiano de Borges al declarar (en el comentario prologar citado al comienzo de este trabajo) que sólo el personaje de Recabarren, a excepción del resto del cuento, es invención suya. Aunque más no sea por un símil físico y gestual, hay un llamativo parecido entre Vizcacha, el personaje de Hernández y Recabarren, el patrón de la pulpería en El fin: ambos están postrados, asistidos por un chico y utilizan un cencerro para llamar la atención.

Si bien en este texto hay un narrador en tercera persona, se observa una alternancia entre dos puntos de vista predominantes. Si utilizamos un lenguaje cinematográfico, podríamos decir que en algunos momentos hay tomas subjetivas desde Recabarren. El narrador utiliza los ojos del pulpero como una mediación para contar. En la primera oración del cuento nos dice lo que el pulpero ve:

"Recabarren, tendido, entreabrió los ojos y vio el oblicuo cielo raso de junco."

Cuando el ángulo de esa visión se agota, se termina la mediación y aparece la mirada del narrador:

"Recabarren vio el chambergo, el largo poncho oscuro, el caballo moro, (...). A unas doscientas varas dobló. Recabarren no lo vio más..."

A partir de ese momento, la historia es narrada desde otro punto de vista, hasta que la escena final es contada nuevamente según lo que ve el pulpero.

Me parece necesario destacar la ubicación física de Recabarren. Desde su catre, sus ojos dominan el ámbito de su "pieza" y lo que ocurre a través de la ventana:

"Afuera, más allá de los barrotes de la ventana, se dilataban la llanura y la tarde..."

Todo lo que pasa afuera el pulpero lo ve entre "barrotes" y recuadrado por la ventana, como si fuera una pintura. Este recorte visual tiene consecuencias en la narración, sobre las que volveré más adelante.
Sobre el cuerpo de Recabarren el texto nos dice que "se le había muerto bruscamente el lado derecho y había perdido el habla" . Recabarren, que no puede hablar, comparte esa cualidad de mudez e inefabilidad con el paisaje:

"Hay una hora de la tarde en que la llanura está por decir algo; nunca lo dice o tal vez lo dice infinitamente y no lo entendemos, o lo entendemos pero es intraducible como una música..." .

En esa llanura que tal vez dice infinitamente hay un rasgo del orden de lo divino. La mitad de Recabarren que se con-funde con el paisaje comparte esa infinitud; su otra mitad, está "muerta." Podríamos pensar que Recabarren es una metáfora de lo finito y lo infinito que hay en el hombre. Hay en El fin una idea de que los hombres mueren, pero no su destino. Fierro muere pero el moreno se convierte en él, toma su destino de perseguido. En esta perpetuación de un hombre en otros está la inmortalidad.

El tema del destino aparece en el cuento signando la vida de los tres personajes principales Recabarren acepta "las cosas cotidianas que ya no cambiaría nunca por otras" , la parálisis, el rigor de América y la soledad.

La vida del moreno está marcada por el objetivo de la venganza; por ella espera siete años, para dar por "cumplida su tarea de justiciero" . La primera vez que se lo nombra en el texto es señalado como "el ejecutor". El moreno es quien ejecuta la música, pero también será el "ejecutor" de Fierro. Hay un esbozo inicial del negro que encubre su violencia. En las primeras líneas se nos dice de él que es "inofensivo". Incluso cuando reta a Fierro a pelear es absolutamente sutil:

"Con el otoño se van acortando los días" .

Por su parte, el personaje de Fierro, enuncia la aceptación de su destino:

"Mi destino ha querido que yo matara y ahora, otra vez, me pone el cuchillo en la mano."

En el combate, cuando los cuerpos se entrecruzan, el destino de Fierro comienza a ser ya el del moreno.

"Se entreveraron y el acero filoso rayó y marcó la cara del negro" .

Cabe recordar que en la primera parte del poema de Hernández, antes de matar al moreno, éste le marca la cara a Fierro (el ejecutor queda marcado).

En las últimas líneas de El fin hay una correspondencia casi textual con los siguientes versos de José Hernández:

Limpié el facón en los pastos
desaté mi redomón,
monté despacio y salí
al tranco pa el cañadón.

El cuento de Borges dice:

"Limpió el facón ensangrentado en el pasto y volvió a las casas con lentitud, sin mirar para atrás."

Aquí se registra una doble repetición: el moreno de El fin repite los gestos de Martín Fierro (que conocemos por otro libro) y de esta manera se reafirma su destino de ser el otro; Borges, por su parte, rescribe las mismas palabras que otro autor escribió.

4. Las imágenes

Leemos en El fin un permanente fondo musical que se extiende durante todo el cuento. Después de abrir los ojos, lo segundo que percibe Recabarren es el rasgueo de la guitarra "que se enredaba y desataba infinitamente" El diálogo entre el moreno y Martín Fierro lleva el acompañamiento de la guitarra del primero. Este sonido permanecerá invariablemente como un fondo del relato, hasta que el moreno deja el instrumento. En la pelea final, el narrador sugiere un sonido musical proveniente de la llanura.

El autor utiliza diversos recursos visuales en función de la narración. Recordemos la importancia de la mirada de Recabarren, privilegiada como una posición desde la cual se cuentan los hechos. En el pulpero los ojos cumplen no sólo la función visual, sino también la verbal ( "Recabarren le preguntó con los ojos…").

Las referencias a la luz parecen estar en función de enfocar una escena específica, y tal vez una de las más memorables del cuento: la pelea final. La frase oblicua y breve del moreno, en donde expresa su reto ( "con el otoño se van acortando los días" ), expresa la urgencia por salir a pelear, y genera la réplica inmediata de Fierro: "con la luz que queda me basta" .

En el momento del combate se nos informa que "la luna resplandecía" . Podemos, entonces, imaginar la escena que ve Recabarren desde su catre: dos hombres trabados en lucha, encuadrados por la ventana de la pieza del pulpero, detrás de los barrotes. Se diría que son dos prisioneros, llevados a ese trance por un destino implacable. Me parece oportuno citar unos versos de uno de los poemas magistrales de Borges donde reaparece este tema, Ajedrez :

(…)
No saben que la mano señalada
Del jugador gobierna su destino,
No saben que un rigor adamantino
Sujeta su albedrío y su jornada.

También el jugador es prisionero
(La sentencia es de Omar) de otro tablero
De negras noches y de blancos días.
(…)

En La Vuelta, Hernández escribe un destino para Fierro donde este consigue eludir la cárcel. El Martín Fierro de Borges puede escapar a la cárcel de los hombres, pero no al rigor del destino.

Notas

1 Borges, Jorge Luis, en Artificios, (Alianza Editorial, S.A., Madrid, 1993), pág. 6.
2 Hernández, José, Martín Fierro (contiene "El gaucho Martín Fierro" y "La vuelta de Martín Fierro"; Editorial Losada S.A., Buenos Aires, 2000).
3 Borges, Jorge Luis, en colaboración con Margarita Guerrero, en "El Martin Fierro" (Alianza Editorial, S.A., Madrid, 1999), pág. 86.
4 Pág. 81, "El Martín Fierro", edic. cit.
5 Borges, Jorge Luis, "El fin" en Artificios, (Alianza Editorial, S.A., Madrid, 1993), pág. 68.
6 Pág. 71, "El fin", edic. cit.
7 pág. 211, Martín Fierro, edic. cit.
8 pág. 68, "El fin", edic. cit.
9 pág. 69, "El fin", edic. cit.
10 pág. 68, "El fin", edic. cit.
11 pág. 69, "El fin", edic. cit.
12 pág. 72, "El fin", edic. cit.
13 pág. 68, "El fin", edic. cit.
14 pág. 72, "El fin", edic. cit.
15 pág. 71, "El fin", edic. cit.
16 pág. 71, "El fin", edic. cit.
17 pág. 71, "El fin", edic. cit.
18 pág. 58, Martín Fierro, edic. cit.
19 pág. 72, "El fin", edic. cit.
20 pág. 68, "El fin", edic. cit.
21 pág. 71, "El fin", edic. cit.
22 pág. 71, "El fin", edic. cit.
23 Borges, Jorge Luis, Ajedrez, en "El Hacedor" (Emecé Editores, S.A., Buenos Aires, 1986).

Fuente : Artnovela


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