Por Daniel Guzmán.
En los años cuarenta Jorge Luis Borges no era tan famoso,
como lo sería en la segunda mitad del siglo XX. En ese contexto Bernardo Canal
Feijóo, que lo conocía desde mucho tiempo atrás, quería invitarlo a venir a
Santiago del Estero. Bajo la presidencia de Jorge Fernández Reuter, la
Sarmiento, con la ayuda de Canal Feijóo, pudo cumplir el objetivo de concretar
la visita de Borges a nuestra provincia. Canal ya no estaba en la provincia,
pero era el nexo para la venida de intelectuales metropolitanos a nuestra
tierra.
En 1949 se realiza un convenio entre la Biblioteca Sarmiento, Ateneo
Hebraico- Argentino, La Brasa, Junta de Estudios Históricos, y el Colegio Libre
de Estudios Superiores, para realizar homenajes, conferencias, y enfrentar
gastos económicos. De esta manera se pudo tener en Santiago, a Jorge Luis
Borges. Era muy leído por los intelectuales locales, y en las reuniones de las
citadas entidades, siempre se quiso escuchar su voz, pues se había convertido
en referente de la literatura nacional.
Cuatro charlas desarrolló en Santiago
del Estero en octubre de 1949: En el Jockey Club y la Biblioteca Sarmiento: “El
Martin Fierro y la literatura gauchesca”. En la Biblioteca Sarmiento:
“Literatura fantástica”. Y en el Salón de Radio el Norte: “La cabala” A sala
llena se escuchó a Borges en cada una de sus presentaciones, agradeciendo en
cada una de ellas, la amabilidad de sus anfitriones. Y en la Sarmiento, ofreció
dos de sus conferencias, respondiendo al homenaje que se le brindó en la
antigua biblioteca.
Borges en el recorrido de la misma, elogió su sala de
lectura, sus libros, y la tarea que se venía realizando desde su nacimiento.
Diálogo con escritores locales El público que lo siguió en el salón de actos
con gran admiración, estuvo formado por la mayoría de los escritores locales, y
por eso Borges estableció diálogo con la literatura santiagueña, y producto de
ello, prometió volver de nuevo, (promesa hecha realidad en 1969).
Borges, que
era admirador de Sarmiento, visitó la sección de la Sala de Lectura, dedicada
al citado intelectual, y dedicó un momento al Facundo, que fue el libro que
pidió para leerlo un momento, y con ese instante memorable terminó su visita a
la Biblioteca, un día caluroso de octubre de 1949.
Fuente: El Liberal - Santiago
del Estero - 03/07/2016
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