Anna Nowacka
Borges es un escritor mágico y además nunca podemos estar
seguros de que lo que hemos escrito sobre él o su obra constituye una verdad
única. Leyendo sus obras el lector se da cuenta de que sus ensayos o cuentos
contienen un elemento mágico y están llenos de significados al mismo tiempo.
El último volumen de sus cuentos, La memoria de Shakespeare,
ha sido objeto de una multitud de interpretaciones. El tomito se compone de
cuatro cuentos y todos los cuentos son interesantes desde el punto de vista del
lector.
El primer cuento, “Veinticinco de agosto, 1983”, trata de un
hombre que entra en un hotel en el que alquila una habitación. Cuando llega a
su habitación encuentra a su doble pero mayor, de 84 años quien le presenta su futuro. En el
cuento la narración se opera en primera persona y además, el narrador puede
identificarse con el autor por la identidad de nombres y apellidos: Jorge Luis
Borges. En el cuento Borges habla con el doble de su futuro, de su muerte y de
sus obras. El tomito apareció tres años antes de su muerte, por ende, el lector
tiene la impresión de que el narrador–Borges presiente su muerte y se prepara
para ésta resumiendo su existencia.
Hablando de su vida llega a la conclusión de que la obra que
pensaba que sería la obra perfecta, no es tal. En el cuento Borges dice que no
se debe escribir la obra con la intención de escribir una obra perfecta porque
muchas veces las intenciones no se cumplen y al final se sufre una derrota. La
última frase convence al lector de que el cuento trata también de la
literatura, del sentido de escribir. Además, en el cuento lo que merece ser
destacado es el ambiente que nos hace pensar en la obra de Shakespeare El sueño
de una noche de verano. En la comedia de Shakespeare ocurren milagros y,
asimismo, tiene un ambiente de sueño. Algo parecido ocurre en el cuento de
Borges que parece ser muy onírico.
El cuento “Tigres azules” también parece ser muy enigmático,
ya que su protagonista, un profesor de lógica, tiene afición a los tigres
azules. Un día decide ir a la India, donde puede encontrarlos para comprobar si
lo que había escuchado sobre su existencia, era verdad. Los habitantes del
pueblo hacían todo para convencerlo de que los tigres azules existían pero el
profesor no podía verlos. El personaje del cuento estaba intrigado por la
montaña que había en el pueblo, aunque los habitantes le prohibieron subir a
ella porque constituía un sitio santo para ellos. Por este motivo una noche
decidió subir sin permiso. En la montaña encontró unas piedras mágicas que eran
capaces de multiplicarse pero estas piedras fueron su maldición porque no sabía
cómo explicar este fenómeno. El cuento “Tigres azules” habla de que no se puede
explicar todo con la mente porque la mente humana parece ser muy estrecha y,
por eso, a veces hay que abordar las cosas como son, sin explicarlas. Leyendo
el cuento otra vez el lector se da cuenta de que Borges en realidad habla de
las interpretaciones en las que no se puede explicar todos los elementos
exactamente porque no siempre dos más dos son cuatro. Según mi opinión, todos
los cuentos de Borges son así y, en consecuencia, no existe una única manera de
interpretarlos y cada persona los interpreta de manera diferente.
El tercer cuento habla de Paracelsius. Es un hombre famoso
en el pueblo donde vive, por las habilidades que tiene: el hombre sabe echar
una rosa en el fuego y después hacerla resucitar. Un día vino a su casa un
desconocido que quería ser su alumno y además le trajo toda su propiedad, pero
quería ver cómo resucitaba la rosa. Parecelsius echó la rosa en el fuego pero
no la resucitó en compañía del desconocido. Cabe añadir que al final, cuando
Paracelsius estuvo solo, resucitó la rosa. En este cuento suceden cosas muy
importantes. En primer lugar hay que decir que Borges juega con esquemas de
fábula. Al principio el lector piensa que Paracelsius engaña a la gente, que es
un tramposo pero al final del cuento Borges nos sorprende por cómo se
desarrolla la fábula. Sin embargo, lo más importante es que Borges usa el
símbolo de la rosa, que es muy importante en la cultura europea. Shakespeare
también usaba este símbolo. Cuando Julieta pidió a Romeo si podía cambiar su
nombre dijo que la esencia de rosa no está en el nombre. En la tragedia Romeo y
Julieta, Shakepeare habla de lo que se puede expresar en el nombre y de lo que
no se puede expresar en el nombre.
Creo que el significado de la rosa en el cuento de Borges es
diferente. Borges usa la rosa para hablar de algo indescriptible y no nombrado.
Borges dice que no toda la gente tiene el derecho de conocerlo, a veces se debe
usar el corazón en vez de la mente porque no se puede entender todo con la
mente. Leyendo este cuento se puede pensar también en otra alternativa. La rosa
puede significar el arte que no se puede expresar exactamente y que no es
accesible a todos.
El último cuento a mi parecer es el más misterioso. El
personaje del cuento recibe la memoria de Shakespeare, gracias a la que más
tarde puede conocer las emociones de éste. Sin duda se puede decir que
Shakespeare influyó en gran parte en la literatura y en la gente. Bloom una vez
dijo que Shakespeare nos había inventado. Sus opiniones sobre los sentimientos
humanos son siempre actuales y sin duda se puede decir que Shakespeare nos
creó. En mi opinión, Borges en su cuento dice que Shakespeare está en cada persona
e influye en todo el mundo.
Escribiendo este texto pensaba por qué Borges habría elegido
este título para su libro. La respuesta es solo una. Shakespeare influyó en
todo el mundo pero influyó también en la persona de Borges y se puede observar
esta influencia en los cuentos de Borges. Borges admira a Shakespeare y,
asimismo, la intertextualidad juega un papel importante en sus obras.
Fuente : Espati
Revista on-line de la Facultad de Filología Hispánica de
Poznan
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