El Hotel Dorá, calzada de por medio de su casa, en Maipú
963, fue uno de los lugares donde frecuentemente almorzaba y comía Borges,
además de sentarse a beber su té de la tarde. Borges le recomendó este lugar al
pintor mexicano José Luis Cuevas, cuando en 1958 visitó por primera vez el
país, para exponer y éste le solicitó ilustrar su obra.
El día anterior a su partida a Europa, a donde viajó con
María Kodama, fue a comer al Hotel Dorá con su hermana Norah. Borges pidió lo
de siempre: Mesa de Borges arroz blanco
hervido con un agregado de muy poca manteca y queso rallado. No tomó ninguna
sopa como ocasionalmente lo hacía, pero si comió su postre preferido: una
porción de dulce de leche. Cuando su hermana le preguntó qué había desayunado
esa mañana él le dijo que, como siempre, "cereales con leche".
El 9 de julio de 1985, de pura casualidad, crucé unas
palabras con Borges. Recuerdo la fecha porque era el día después de mi
casamiento y antes de partir para la luna de miel, mi mujer y yo habíamos ido a
saludar a mis padres que se alojaban en el hotel Dorá, en la calle Maipú al
novecientos. Mi madre me tomó del brazo y me acercó al comedor. Las mesas
estaban vacías, salvo una, y ahí estaba Borges,
Ticket Barsentado junto a una mujer, que posiblemente fuera Estela
Canto, con quien hablaba por momentos en inglés y por momentos en castellano.
Diría que me sentí en frente de un personaje ficticio y, paralizado por la
fascinación de comprobar que su figura se correspondía con las imágenes de la
publicidad, lo examiné como se mira a las estatuas, que no pueden devolvernos
la mirada. Llevaba un traje oscuro, una corbata prolija, y en su plato había un
austero montículo de arroz blanco. Mi padre me convenció de que fuéramos a
charlar con él. Esperamos que terminase de almorzar y cuando el mozo, que lo
trataba de "maestro", le trajo una taza con un saquito de té, nos
acercamos a su mesa. Mi padre inició el diálogo y Borges, que se mostró
encantado con la idea de conversar, nos regaló algunas fábulas de su erudición.
Habló de Dios, del minotauro, y criticó duramente a Ortega y Gasset ("lo
conocí en su visita a Argentina y me pareció cero") / Borges y la mecánica
cuántica (fragmento), Alberto Rojo
Fuente : Hotel Dará
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