Las autoridades de EEUU han aprobado la primera píldora que
dispone de un sistema digital de seguimiento que determina si el paciente se lo
ha tomado o no, algo que ha levantado cierta inquietud entre los especialistas
A lo
largo de la historia ha habido muchos chivatos. La mayoría han sido tratados de
traidores y vilipendiados por ello, especialmente Judas, el traidor por
antonomasia. Con el paso de los siglos han surgido más delatores, que acaba de
sumar a un nuevo miembro, menos retórico y más electrónico, pero igualmente
eficaz a la hora de delatar a aquellos que le rodean. Lo curioso es que, esta
vez, nuestro chivato es una pastilla.
Hace apenas dos semanas que la Administración de Alimentos y
Medicamentos de EEUU (FDA, por sus siglas en inglés) aprobó el primer
medicamento que dispone de un sistema digital de seguimiento que determina si
el paciente se lo ha tomado o no. “Abilify MyCite tiene un sensor comestible
insertado en la píldora que registra si se tomó”, explica la propia agencia en
un comunicado.
Cuando un paciente ingiere este pequeño Judas, la píldora
envía un mensaje desde el sensor a un parche que debe pegarse en la espalda.
Luego, el parche transmite la información a una aplicación móvil para que
puedan controlar la medicación que han tomado a través de su teléfono.
Por último, y ahí está una de los aspectos más polémicos de
este nuevo ingenio, los pacientes también pueden firmar un consentimiento para
que su médico y sus familiares puedan acceder a los datos a través de un portal
web, que muestra la fecha y la hora exactas en que se ingirieron las píldoras.
El medicamento en cuestión es un antipsicótico que se suele
utilizar para el tratamiento de la esquizofrenia, los episodios maníacos
asociados con el trastorno bipolar y como tratamiento complementario de la
depresión grave en adultos.
Desde la FDA aseguran que la posibilidad de controlar el
seguimiento de tratamientos para enfermedades mentales puede ser útil para
algunos pacientes. Sin embargo, algunos especialistas entrevistados por medios
como 'The Washington Post' o 'The New York Times' consideran que comenzar a
utilizar este tipo de medicamentos en pacientes con esquizofrenia puede
aumentar más su desconfianza y su paranoia.
Estos especialistas también plantean sus reservas sobre los
posibles problemas de privacidad que pueden generar este tipo de medicamentos,
y cuestionan el hecho de que los pacientes puedan sentirse presionados a la
hora de seguir un tratamiento.
Curiosamente,
no todas las interpretaciones históricas de Judas coinciden con la imagen
bíblica del gran traidor. En una de las obras de Jorge Luis Borges, el genial
escritor argentino le define como el único de los apóstoles que se sacrificó
haciendo de delator, “el peor delito que la infamia soporta”, ya que Jesús le
necesitaba para ser crucificado y que la historia siguiera su curso.
Quedará en manos de la historia saber si este nuevo
medicamento, desarrollado por la empresa Proteus Digital Health, es considerado
simplemente como un chivato que viola la privacidad de los pacientes o, por el
contrario, se piensa en él como un actor necesario que abrirá una nueva vía
para realizar el seguimiento de los tratamientos.
Fuente : Tecnoxplora
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