El 28 de marzo de 1977 estuvo en la Escuela Técnica
convocado por la Sociedad Rural y el Club de Leones.
Borges junto a
Roberto Herrera. Foto La Semana, 1977.
“¿Borges en Cañuelas? ¿Cómo es posible? Pero lo fue…” es el
comienzo de una crónica publicada por la profesora Graciela Raffo en el
periódico La Semana de Cañuelas.
El escritor –de cuyo nacimiento se cumplen hoy 120 años–
estuvo en la Escuela Técnica de Cañuelas el lunes 28 de marzo de 1977, el mismo
año en el que recibió el título de doctor honoris causa otorgado por la
Universidad de La Sorbona.
El autor de El Aleph llegó a la ciudad invitado por la
Sociedad Rural y el Club de Leones. Una foto que acompaña la edición de La
Semana lo muestra caminando por un pasillo de la ENET del brazo del Dr. Roberto
Herrera Lizarralde, integrante de los leones.
Tras una breve presentación a cargo de Guillermo Bullrich
Casares, Borges inició su conferencia sobre literatura gauchesca, haciendo un recorrido
por obras y autores del género.
“Poco después de las
18 se presentó ante un público heterogéneo, en el que se destacaba la presencia
de numerosa gente joven. Su figura alta y delgada, sus lentos e inseguros
movimientos, sus grandes ojos claros que parecen mirar más allá de sí mismo,
produjeron en todos una corriente de simpatía y respeto” detalló la profesora
Raffo en su crónica.
Habló finalmente de Ricardo Güiraldes, a quien conoció y
trató como amigo. Explicó que un capataz de la estancia La Porteña, Segundo
Ramírez, fue el inspirador de su reconocida novela. Ya en su título expresa el
sentido último que Güiraldes quiso dar a su obra. “Segundo” indica que hay un
primero; y “Sombra” que hay alguien que lo proyecta. ¿Quién es este don Segundo
Sombra? Es el reflejo, la imagen, la sombra de todos los gauchos de la historia
y la literatura. Todos se encarnan y condensan en él. La obra es más que una
novela, una elegía, un canto a la muerte de una forma de vida; un epitafio a
aquel “pastor ecuestre de nuestras pampas”, según la definición que Borges dio
del gaucho.
“Los que sólo lo conocían a través de su vasta obra quizá
esperaron encontrarse frente a un conferenciante complejo, de estilo elaborado
y denso (…). Pero quien nos habló esa tarde fue el Borges maestro, capaz de
evidenciar la amplitud y profundidad de sus conocimientos en una forma
interesante y accesible para todo el mundo (…). Su palabra fluida, ágil, rica
en imágenes, elocuente hasta en sus silencios, captó de inmediato la atención
de los oyentes. Y la mantuvo sin descanso durante los 55 minutos que duró la
exposición” concluyó Raffo.
Fuente: Info Cañuelas
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