Cristina Pérez
Argentina, especial para BBC Mundo
¿Puede un encuentro anticiparse 50 años a las circunstancias
que lo harán históricamente memorable?
¿O será uno de esos extraños episodios de lo que llamamos
azar porque se trata simplemente de un mecanismo que no comprendemos y que
también rige las operaciones del espíritu?
Esa sería una buena respuesta borgiana para explicar la foto
adelantada a su tiempo que permitió capturar la reunión entre Jorge Bergoglio y
Jorge Luis Borges mucho antes de que el primero de estos argentinos se
convirtiera en Papa.
Era el año 1965 y el entonces maestrillo jesuita de
Literatura convocó al ya célebre escritor para darles un curso a sus alumnos
del Colegio Inmaculada Concepción de la provincia argentina de Santa Fe.
El papa Francisco cuando era Jorge Bergoglio y
trabajaba en el Colegio La Inmaculada Concepción con Jorge Luis Borges.Image copyright Colegio Inmaculada
BBC Mundo reconstruyó los pormenores de aquél momento que
uniría a dos de las figuras más trascendentes de la historia argentina en una
fotografía que terminaría de explicarse recién en el siglo siguiente.
Tomada en agosto de 1965, la imagen muestra al maestrillo
jesuita Jorge Bergolio –a quienes sus alumnos llamaban "Carucha" por
su "cara de nene"– mientras recibe al ya renombrado Borges en la sala
de visitas del colegio.
Su rostro, con ademán gentil, se muestra complacido al dar
la bienvenida al hombre ciego que acaba de ingresar al establecimiento donde
aceptó dar unas clases de literatura gauchesca invitado por el religioso de 29
años, que aún no se ha ordenado sacerdote.
En medio de ambos, otro joven maestrillo, que también dicta
clases de letras, inclina la cabeza rehuyendo a la cámara.
"Escúchame: ¡hace 50 años de esta foto! Bergoglio era
el profesor de letras en ese entonces... ¡no era el Papa!", le dice a BBC
Mundo Jorge Gonzalez Manent, "el tercer Jorge de la foto", como él se
llama a sí mismo.
"Yo no sabía que tenía que recordar ese momento para
refrescarlo tanto tiempo después", se disculpa, mientras hurga en su
memoria por detalles de la única imagen existente conocida hasta ahora entre
ambos hombres.
Gonzalez Manent, quien tiene hoy 80 años, no llegó a
ordenarse sacerdote y dejó los hábitos para convertirse en publicista. La
fotografía que nos facilita es de su propio archivo: "Yo era director de
la revista del colegio y tenía que recopilar material gráfico para el
anuario".
"Esta foto la sacó gente de el periódico El Litoral y
la copia de papel con la que trabajé –que está en el museo del colegio– tiene
atrás la diagonal trazada para la diagramación de la revista", precisa.
Juegos del azar
La búsqueda de los protagonistas de entonces nos lleva a las
memorias entrañables de alumnos de 4to y 5to año del secundario que iban a ser
protagonistas, sin saberlo, de una asociación anticipatoria que marcaría sus
vidas de asombrosas maneras.
Uno de ellos es Rogelio Pfirter, un diplomático argentino de
vasta trayectoria, que acaba de ser nombrado Embajador en el Vaticano.
"Parece un juego borgiano del azar convertirse en el
embajador de su profesor del secundario convertido ahora en Papa", le dice
Pfirter BBC Mundo.
"Esa es una simbología que me emociona. El tiempo ha
jugado para hacernos andar por distintos caminos y unirnos al final. Haber
tenido a estos dos hombres juntos es una experiencia que mis compañeros y yo
llevamos grabada como algo excepcional.
Un cuento
Borgiano
Y lo excepcional se remonta a aquéllos días de colegio,
luego del curso dictado por Borges, como lo relató el entonces cardenal
Bergoglio al prologar el libro "De la edad feliz", que evoca esas
vivencias y está escrito por otro de los alumnos, el hoy periodista Jorge
Milia.
"Como ejercicio literario les pedía que escribieran
cuentos; me impresionó su capacidad narrativa. De los cuentos escritos
seleccioné algunos y los escuchó Borges", recuerda Bergoglio en el texto
fechado el 1 de mayo de 2006.
"Él también quedó impactado y alentó la publicación;
además quiso prologarla", continúa el hoy papa, en un texto que parece
dialogar con aquél prólogo de Borges al introducir el libro de los alumnos,
llamado "Cuentos Originales", el hoy adquiere a su pesar un indudable
tono profético.
"Este prólogo no solamente lo es de este libro sino de
cada una de las aún indefinidas series posibles de obras que los jóvenes aquí
congregados pueden, en el porvenir, redactar", escribió Borges.
"Es verosímil que alguno de los ocho escritores que
aquí se inician llegue a la fama, y entonces, los bibliófilos buscarán este
breve volumen en busca de tal o cual firma que no me atrevo a profetizar",
continuó el escritor, el 7 de octubre de 1965
Jorge Milia, que se sentía la oveja negra entre aquéllos
alumnos por llevarse demasiadas materias a marzo, terminó siendo el autor del
libro que preservó esas preciadas memorias y recuerda cómo Bergoglio les
presentó a Borges: "Les traigo al escritor que no necesita
presentación".
Y Borges era un viejo zorro sumamente seductor. Cuando lo
dejabas articular dos palabras el mundo cambiaba y era todo magia",
rememora Milia.
De lo que significaron sus alumnos Bergoglio llegó a
escribir: "Los quise mucho. No me fueron ni me son indiferentes. Pasó el
tiempo y no me olvidé de ellos."
El día en que Bergoglio afeitó a Borges
Entre las gemas de aquéllos recuerdos se destaca una
anécdota desconocida que nos refirió entre sonrisas Jorge Gonzalez Manent y que
aporta un inimaginable momento de intimidad entre el hoy Papa y el genio de las
letras.
"Recuerdo que lo íbamos a buscar al hotel. Y ese día
subió Bergoglio a buscarlo a la habitación y tarda más de lo que se supone para
ir a un tercer piso".
Este es la parte del texto que muestra el
momento en que Jorge Luis Borges se saluda con el futuro Papa.Image copyright Colegio Inmaculada
"Cuando vienen, yo disimuladamente le hago el gesto de
¿qué pasó? –porque algo había pasado– y Jorge también disimuladamente me dice:
'el viejo me pidió que lo afeitara'. Y ese había sido el motivo de la tardanza.
Eso es un gesto de Borges y un gesto de Bergoglio", recordó Manent.
El año pasado se cumplieron los 50 años de aquél célebre
curso dictado por Borges en el colegio jesuita y Maria Kodama, su viuda, fue la
invitada de honor.
"Hicieron un homenaje recordando que Borges había
estado allí con el Papa –que entonces era el sacerdote jesuita Jorge Bergoglio–
y me invitaron para que yo hablara con los alumnos de esa camada y fue muy
emocionante", recuerda Kodama.
"Algunos vinieron con la foto para mostrármela",
le cuenta a BBC Mundo, para revelarnos emocionada que ella misma le llevó de
regalo las obras completas de Borges al ya Papa Francisco en el año 2014.
"Fue un muy lindo momento. El és una persona muy
simpática. Le di la obra y quedó encantado".
Fuente : BBC Mundo
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