¿Cómo
sería irse de cañas con Rulfo, Vargas Llosa, Octavio Paz, García Márquez,
Cortázar, Carlos Fuentes y Borges? Nunca más lo sabremos, pero el gran
caricaturista mexicano Abel Quezada (el inventor del tapado) los imaginó
tomándose un café para la revista del New York Times. Este trabajo puede
verse en Madrid, forma parte de la exposición La libertad y la vida, sobre el
premio Nobel peruano.
Soy poco afecto a las exposiciones sobre escritores, pero
ésta vale la pena tan solo para ver la portada de Quezada. Yo, por supuesto,
jamás me he ido de cañas con ningún grande.
Lo más cerca que he estado fue una vez, en el añorado bar
Santander, que estaba en Augusto Figueroa (ahora hay en su lugar una zapatería
cool, signo de cómo ha evolucionado el barrio de Chueca).
Era un bar de los de antes, con cañas golpeadas en mármol y
pinchos del norte. Entramos mi chica y yo, que éramos fijos, y vimos que en la
barra estaba Bryce Echenique. Nos dio mucho gusto verlo, pues por esas fechas
devorábamos sus libros. Somos algo tímidos y sobre todo respetamos los momentos
de soledad de los escritores; no vaya a ser que estén pensando en una gran idea
y se la arruinemos con nuestra interrupción.
Pero sí hubo un momento que nuestras miradas se cruzaron. Yo
solo atiné a levantar un poco la tercera caña y decirle, inclinando la cabeza:
“Maestro”. Él contestó con otro movimiento y siguió bebiendo a solas.
Fuente : Herrera – Historietas e Historias
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