Escritores notables –entre los que se encontraban Oliverio
Girondo, Conrado Nalé Roxlo, Horacio Quiroga, Leopoldo Lugones, Eduardo Mallea,
Raúl Scalabrini Ortiz y Jorge Luis Borges–, fundaron la revista cultural Martín
Fierro en el año 1924. El éxito fue inmediato y eso les permitió alquilarse una
oficina en Tucumán y Florida para que funcionara como redacción. A solo a dos
cuadras de la Richmond
de Florida y Corrientes, una confitería ideada por el arquitecto belga Jules
Dormal (quien, entre otros trabajos, nos legó el Teatro Colón).
Agregamos que la confitería se inauguró el 17 de noviembre de 1917 y tuvo dos hermanas: las Richmond de Esmeralda y Corrientes (clásico punto de reunión de los estudiantes); y de Suipacha y Corrientes (clase media baja). Ambas cerraron sus puertas hace mucho tiempo.
Los martinfierristas se reunían todos los días, a partir de
las siete de la tarde, en la
Richmond de Florida. Iniciaban las concurridas reuniones
cantando su himno. Borges (25 años) y los jóvenes poetas se ponían de pie para
entonar la célebre “La donna è móbile” que Giuseppe Verdi compuso para su ópera
Rigoletto. Pero en vez de decir: “La donna é móbile, qual piuma al vento, muta
d’accento e di pensier” (La mujer es cambiante, como la pluma al viento, cambia
de tono y de pensamiento”); ellos cantaban:
“¡Un automóvile, dos automóviles, tres automóviles, cuatro
automóviles! ¡Cinco automóviles, seis automóviles, siete automóviles, un
autobús!”.
Recién después de haber entonado su himno, al que se sumaba
gente de otras mesas, comenzaba la famosa tertulia de los hombres de letras en
la confitería Richmond.
Fuente : Blogs La Nacion
No hay comentarios:
Publicar un comentario