Te veremos volver,
HJCK
El 15 de septiembre de 1950 se fundó la emisora HJCK. A
pesar de que hace 13 años solo mantiene su señal en vivo a través de la web,
una de las piedras angulares de la cultura en Colombia está por volver.
Por: Camila Builes
Las escaleras de madera rechinan. En vez de dos golpes secos
se escuchan tres: dos pasos y el impacto de un bastón. Por las escaleras del
edificio de la calle 17, en Bogotá, sube con dificultad Jorge Luis Borges,
detrás de él, como un guardaespaldas, va Álvaro Castaño. Es 1963 y está a un
mes de terminar, Castaño ha logrado que Borges recite en la HJCK. Borges,
envuelto en la penumbra de su ceguera, no puede leer los versos escritos en el
libro que acaban de ponerle en sus manos. Castaño le propone que recite Soneto
a Buenos Aires, piensa que el argentino se lo sabe de memoria.
Casi nadie habla, al principio por la sorpresa de tener a
Borges en la emisora y después porque en el aire flota una sensación de pena
por el nerviosismo del escritor argentino. “No se preocupe”, se anima a decirle
Castaño. Borges voltea su rostro hacia la voz y comienza a recitar el poema: “Y
la ciudad, ahora, es como un plano / De mis humillaciones y fracasos; / Desde
esa puerta he visto los ocasos / Y ante ese mármol he aguardado en vano”. Una
tras otra, las palabras que salen de sus labios parecen arrebatar del cielo
pedazos de luz y ponerlos en esa sala, el desasosiego que había en el estudio
desaparece. Castaño sigue cauteloso la intervención para recordarle cualquier
palabra, cualquier frase olvidada. Entonces pasa. Borges se calla de repente,
aprieta el bastón con ambas manos y le da un golpecito a la mesa: olvidó la
parte que seguía.
Castaño busca los ojos de Borges, pero solo encuentra una
cabeza gacha, hace un esfuerzo inútil por acudir a su memoria y recordar el
pasaje que sigue, pero él también lo ha olvidado. Sale corriendo de la cabina y
llama a una de sus amigas adicta a la obra del argentino, una amiga que, como
él, se jactaba de saber de memoria los poemas de Borges. Ella también lo ha
olvidado. Parece un hechizo, piensa Castaño, y cuando cuelga el teléfono ve a
Borges salir del estudio, bajar por las escaleras y desaparecer de la mano de
su asistente. La grabación sigue rodando: se escuchan pasos alejándose, como
caminando a un abismo y luego el silencio.
Solo bastó que Jorge Luis Borges dejara la emisora para que
Castaño recordara: “Aquí la tarde cenicienta espera / El fruto que le debe la
mañana; /Aquí mi sombra en la no menos vana/ Sombra final se perderá, ligera”.
Ese momento quedó grabado en el casete número 24. Uno de los
tesoros mejor guardados por Álvaro Castaño, que inmortalizó a la emisora HJCK
como una de las piedras angulares de la cultura en Colombia. El lugar que logró
registrar las voces más importantes del siglo pasado, desde Baldomero Sanín
Cano, hasta Cobo Borda. Desde Jorge Zalamea, hasta García Márquez. Desde José
Emilio Pacheco, hasta María Mercedes Carranza.
Una aventura que comenzaron el 15 de septiembre de 1950
Eduardo Caballero Calderón, Hernando y Alfonso Martínez Rueda, Alfonso
Peñaranda, Gonzalo Rueda Caro y Álvaro Castaño; y que, pese a todos los
pronósticos, lograron mantener con vida durante medio siglo. El mismo Álvaro
Castaño, que murió en 2016 con 96 años, recordaba cómo un publicista que
contrataron para diseñar la imagen de la emisora intentó persuadirlos: “La
publicidad es una cosa muy seria, es una etapa del proceso industrial; una
técnica que requiere conocimientos en mercadeo, en investigación de la opinión
pública, en análisis de medios. ¿Ustedes saben qué cosa es el mercadeo? ¿Saben
qué es el survey?”. Castaño y sus compañeros entendían lo que el publicista
decía, pero no les importó para nada la mercadotecnia. Si en ese entonces se
hubieran dejado impresionar por el survey y el mercadeo, la HJCK no habría
nacido siquiera.
Sin embargo, con el traslado vertiginoso de los medios a la
web y una pérdida importante de patrocinadores, la HJCK no supo mantenerse en
pie al comenzar el nuevo siglo. El 21 de noviembre de 2005, apoyado junto a la
mesa de control de la cabina, Álvaro Castaño preguntó: “¿Salimos? ¿Ya estamos
solo en Internet?”. Esa fue la despedida a 55 años al aire en la frecuencia
89.9 FM, la que fue la emisora cultural más importante y antigua del país daba
un paso al lado y migraba todo su contenido al ciberespacio.
Durante 10 años, la HJCK sobrevivió en la web a través de sus
archivos y nada, ni las vicisitudes de los primeros años, ni las incitaciones
de los anunciadores que patrocinarían otro tipo de música, ni el desaliento de
ver pasar los meses y los años convencieron a la familia Castaño de terminar
con la marca, de silenciarla.
Luego de que en 2016 Caracol Televisión negociara con los
Castaño la administración de esta frecuencia, donde ahora opera Blu Radio, la
HJCK.com solo mantiene su señal en vivo de música clásica. Pero las cosas van a
cambiar, más pronto que tarde. Hay una esperanza de ver volver a la HJCK, su
imperio, su nombre y su fuego.
Fuente: Blu Radio
https://www.bluradio.com/cultura/te-veremos-volver-hjck-190573-ie412
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