martes, 8 de septiembre de 2015

Borges en Pringles


Las calles de Pringles: Jorge Luis Borges (3 entre 36 y 40)

La ordenanza de 1988, estableció que la calle 3 en el tramo entre 36 y 40, se denomine Jorge Luis Borges, para recordar al “escritor argentino que se constituyó en una de las figuras más destacadas dentro de las letras universales, unido por vínculos afectuosos a Coronel Pringles y que visitara reiteradamente nuestra ciudad”.

Borges rodeado de Aldo Pirola, Luis Comerio y Joaquín de Adúriz

En el año 2006, alumnos de 3er. año Polimodal de la Escuela Media Sagrado Corazón, bajo idea y coordinación de la profesora María Victoria de Adúriz, realizaron una publicación titulada BORGES EN PRINGLES – PRINGLES EN BORGES, que consultamos para escribir este artículo.

Allí se recuerda que la primera vez que Borges visitó Pringles fue en 1970, en ocasión del aniversario de la creación de nuestro partido, que en aquellos años se conmemoraba el 10 de julio (fecha de la Ley 1479 de creación de Coronel Pringles y Coronel Suárez). El acto fue organizado por la Comisión Municipal de la Dirección de Cultura (que cumplía funciones en forma honoraria) en el local de Casa de Cultura (que por ese entonces funcionaba en la Sociedad Cosmopolita). Lo acompañaba Haydée Santillán, quien era secretaria de Borges en la Biblioteca Nacional (la i por la e del apellido de la familia pringlense corresponde a un error en la inscripción del Registro Civil, que permaneció en el tiempo).

En la entrevista que le hicieron para la publicación BORGES EN PRINGLES…, ella recuerda esa jornada: “Yo me había comprado la mejor ropa, los mejores zapatos […] afuera no se podía transitar […]. En el cine (que entonces funcionaba en la Cosmopolita) habían arreglado el escenario con una alfombra roja […]. Estaba todo lleno…”.

En el acto, realizó la presentación el Secretario de la Intendencia, Joaquín R. de Adúriz, y dos poesías de Borges fueron recitadas por la profesora Esther Lina Agostini. A continuación, Borges habló sobre el tema LOS MALONES Y LA CONQUISTA DEL DESIERTO, en cuya exposición se refirió a dos obras fundamentales de la Literatura Argentina: MARTÍN FIERRO, de José Hernández, y UNA EXCURSIÓN A LOS INDIOS RANQUELES, de Lucio V. Mansilla, “siendo escuchado con creciente interés por parte del numeroso público”, como recuerda la crónica del diario EL ORDEN.

La Municipalidad había organizado una cena –recuerda Adúriz- en el restaurant del Hotel Avenida, donde compartió la mesa con el homenajeado, y con “el director de cine Hugo Santiago y su traductor al inglés, el Dr. Giovanni. [Allí] Surgió el compromiso para viajar en la mañana siguiente a Coronel Suárez […]. Borges quería tocar el busto de su bisabuelo Manuel Isidoro Suárez, el ´vencedor de Junín´”. Y en ese viaje:
… es el Dr. Lozano quien junto al Sr. Piccone le cuentan a Borges anécdotas y sucesos vinculados fundamentalmente a la picaresca o al drama derivado de la grandeza y la miseria de la política criolla lugareña. Borges escuchaba entusiasmado y yo los observaba como un testigo elegido por no sé qué hada buena. Allí es cuando Lozano cuenta vivencias de sus comienzos como médico en Pringles vinculadas a la vida de entonces, hasta llegar a su correligionario y colega el Dr. Manuel B. Cabrera que daría origen a uno de los cuentos más felices de Borges y que publicara en su obra EL ORO DE LOS TIGRES, indicando el origen de su relato.

Efectivamente, en ese volumen Borges publica el cuento LA PROMESA, que comienza:

En Pringles, el doctor Isidro Lozano me refirió la historia. Lo hizo con tal economía que comprendí que ya lo había hecho, como era de prever, muchas veces; agregar o variar un pormenor sería un pecado literario.

La segunda ocasión, fue para el 10° aniversario del Club de Leones de Coronel Pringles, el 15 de noviembre de 1975. La iniciativa fue del entonces presidente del Club Leo (club que reunía a los jóvenes, generalmente alumnos del nivel secundario), Gustavo Pérez Santellán, a través de su tía Haydée. La conferencia fue en el Colegio Sagrado Corazón y Borges llegó acompañado de un sobrino, José Oscar Suárez. Como escritor atento a lo que se contaba a su alrededor, le pidió a su sobrino que tomara nota de algunas anécdotas que se relataron durante un café.

Ya en el Salón del Colegio, se le solicitó que hiciera una “prueba de micrófono”, para lo que recurrió a unas estrofas del SANTOS VEGA (¿habrá sido el de Obligado? Cuando la tarde se inclina / sollozando al occidente / corre una sombra doliente / sobre la pampa argentina) que asombraron a los presentes por la precisión en recordarlas.  Luego dio inicio la charla, en esta ocasión sobre LA POESÍA GAUCHESCA y EL MARTÍN FIERRO.

La última visita fue en el marco de los actos que se realizaron para el Centenario de nuestro partido, el 11 de septiembre de 1982. Entonces hubo un encuentro con estudiantes secundarios en la confitería de un hotel local. La iniciativa esta vez fue del Rotary Club, su acompañante la escritora Alicia Jurado, y el lugar el Teatro Español. Allí hubo panelistas que le propusieron diversos temas: la poesía, el ultraísmo, el cuento, la figura de Juan Pascual Pringles, Cervantes, Joyce, Kafka… Al día siguiente, plantó un aromo –que ya no existe- en el Patio de los Árboles Históricos de Casa de Cultura.

Sin duda, por estas razones, Borges –además de por ser la figura relevante de las letras hispanas- merece este recuerdo.

Lo esencial de la vida fenecida

-la trémula esperanza,

el milagro implacable del dolor y el asombro del goce-

siempre perdurará.

Que el homenaje de la calle Borges en Pringles contribuya al recuerdo de las esperanzas, dolores y goces que acompañaron en su paso por nuestra ciudad al autor de esta Inscripción en cualquier sepulcro. 

Fuente : El orden.com

1 comentario:

  1. Muy bueno.. Un día le pregunté a Julio Lozano por la amistad de su padre y Borges...

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