Por Estela Jiménez.
Revista Factor 7 de enero de 1977
En el penúltimo mes del año que acaba de dejarnos, tuvimos,
gracias al Jockey Club de Córdoba, la presencia del reciente candidato al
Premio Nobel de Literatura, don Jorge Luis Borges.
Dos conferencias pronunciadas en nuestra ciudad, testimonian
la adhesión del público ávido por escuchar a uno de los más celebrados
escritores de nuestro tiempo. La primera trató sobre: "La Pesadilla",
Refiriéndose a ella dijo que es uno de los rasgos más singulares del hombre y,
sin embargo, uno de los menos estudiados. Estableció la diferencia entre sueño
y pesadilla:
-Los sueños nos dan lo que nos da la realidad; pero la
pesadilla nos da algo diferente, un sabor que no corresponde a la realidad.
Está ajena a las experiencias humanas, es distinta. Veo en la pesadilla, algo
más allá que meras imágenes.
Y agregó:
-Yo la frecuento tanto, que creo disfrutar hablando de ella.
Quizá uno de mis temores sea la pesadilla. Cuándo era chico, le pedía a Dios no
soñar con máscaras, no soñar con espejos, no soñar con laberintos (¡!). Y acaso
hoy, al dar esta conferencia, esté repitiendo aquel acto infantil.
Explicó que él había creído tener muchas pesadillas y ahora,
a los 77 años, ha comprendido que en realidad, son pocas con formas distintas.
Relató algunas, matizadas con análisis explicativos. Comenzó con la del
laberinto:
-Sueño que estoy perdido en alguna esquina posible de Buenos
Aires, digamos Arenales y Ecuador o Chacabuco y Chile. Tengo que llegar a mi
casa; yo sé que es una de esas esquinas, pero el lugar no se parece absolutamente
a ellas. Hay andamios, ciénagas, escaleras que no conducen a ninguna parte; yo
voy removiendo aquello. Sé que no llegaré a destino y me siento profundamente
desdichado.
Nosotros, asiduos lectores del autor de
"Ficciones", recordamos haber encontrado en muchas de ellas,
alusiones al tema: "Un laberinto de símbolos, un invisible laberinto de
tiempo". (El Jardín de Senderos que se Bifurcan). "De esos laberintos
circulares lo salva una curiosa comprobación, que luego lo abisma en otros laberintos
mas inextricables y heterogéneos". (Tema del Traidor y del Héroe).
"Del otro lado de la puerta, Hladik había previsto un laberinto de
galerías, escaleras y pabellones" (El Milagro Secreto).
Continuó luego con la pesadilla de "Las Máscaras"
y la de "Los Espejos", muy interesantes ambas. Fuimos, de esta
manera, internados en una doble vivencia y nos asaltó esta duda: ¿la obra
literaria nace de sus pesadillas o las fantasías poéticas que construye surgen
de su constante pensar en la condición del hombre atrapado por el tiempo y se
prolongan en sueños?
La segunda conferencia se tituló: "La Ceguera" y fue tratada desde un punto de vista personal:
-Dolorosa, incómoda, pero no trágica, porque fue gradual. La
gente piensa que el ciego está en una negrura y no es así: vive en medio de
neblina; precisamente, uno de los colores que he dejado de ver, es el negro; en
cambio percibo el amarillo.
Describió, a continuación, el fluir del tiempo:
-Yo creo que para un escritor, la ceguera no es una desdicha
total y además tiene una virtud que, desde luego, se siente dolorosamente: nos
impone la soledad. Un ciego tiene amigos, pero los amigos no pueden siempre
acompañarlo, a pesar de, su buena voluntad. Entonces, como debe estar mucho
solo, ¿qué otra cosa puede hacer, si es escritor, qué imaginar, soñar,
concebir?
A continuación, sus persistentes antinomias:
-Ustedes pueden creer que digo esto para convencerlos y para
convencerme; tal vez sea así. Pero no quiero que vean en esta conferencia una
queja. Es claro que hay muchos rostros queridos que yo quisiera ver. Y los
libros. ...Bueno, pero el saber que están ahí me ayuda.
Se remontó a los indicios de su ceguera en 1955, cuando no
quiso tenerse "ruidosamente lástima" y con ayuda de amigos decidió
emprender otra aventura lingüística: estudiar la vieja lengua de los sajones;
últimamente, el islandés. Aludió mas adelante, a ciegos ilustres. Destacó la
coincidencia de que ex directores de la Biblioteca Nacional hubiesen perdido la
visión. El final, debemos confesarlo, resulto desgarrador, debido a la posición
filosófica que implica:
-Ser ciego es triste, pero no es lo más terrible, es una
forma del destino. Quizás toda forma del destino sea terrible, ya que uno no
puede elegir otra. Ser ciego no es la más terrible de las formas del destino, y
uno acaba por aceptarlo, como acaba aceptándolo todo, hasta la vida.
La resonancia universal de Borges no lo exime de críticas
antagónicas. Indudablemente, existe en él una fuerza creadora identificada con
su vida: no se sabe si escribe como si estuviera soñando o sueña como si
escribiera. Es poseedor de gran talento, cultivado a través de toda la vida.
Tuvimos la enorme satisfacción de poder conversar una vez
mas con él. Concretamente, le pedimos nos hablara de sus experiencias recogidas
en los recientes viajes al exterior y sintetizamos su respuesta:
-Fui invitado a dar un seminario sobre Literatura Argentina
en la Universidad de Michigan. Hablé de Sarmiento, en primer término, le
dedique dos clases a Lugones, hable de Almafuerte, Groussac, Hilario Ascasubi y
José Hernández. Luego dicte cinco conferencias sobre temas muy diversos. Allí
pude observar un grado de ignorancia, realmente asombroso: alumnos a los que
sólo les faltaba la tesis para ser doctores o profesores en letras, desconocían
a Bernard Shaw. También me encontré con un profesor de Literatura que no
conocía el libro de "Las Mil y Una Noches". Presencié un examen de la
misma materia, que consistió en respuestas optativas por medio de pequeñas
cruces, en un cuestionario impreso.
-¿Recibió usted, en Nueva York, un premio de la
"Mistery Writers of America"?
-Sí, me entregaron el "Edgar" por unos cuentos
policiales. Allí también quede sorprendido ante un hecho, para mi insólito: los
dos primeros premios consistían en bustos de Edgar Allan Poe (a mi me toco
uno). El resto fue distribuido así: a la mejor novela encuadernada, a la mejor
novela en rústica... Yo he sido presidente de la SADE y actué en muchos
jurados; jamás se nos ocurrió tener en cuenta esas cosas externas sino el
contenido.
-¿Qué otros países visitó?
-Chile, país hermano al que quiero mucho, España, donde
tengo buenos amigos; Islandia, país espléndido; ahí me encontré con una versión
islandesa de "Cuentos Fantásticos".
-¿Por qué fue distinguido con el
Premio"Formentor"?
-Es un premio internacional de editores, en Europa; mis
libros han sido traducidos a muchos idiomas, será por eso, tal vez.
-Háblenos de sus próximos libros.
-Tengo en preparación tres libros: uno de poemas, que se
está escribiendo solo.
-¿Cómo es eso?
-Parece que los editores exigen treinta poemas, y a mí me
faltan algunos. Yo no me siento a escribirlos, ni siquiera busco los temas;
ellos me buscan, me llegan y entonces si los escribo. Luego tengo los
argumentos para un libro de cuentos fantásticos; pero eso me va a llevar mas
tiempo; ya empecé a dictar uno. El tercer libro trata sobre literatura
escandinava medieval, va a ser un trabajo de erudición; creo que recién podrá
aparecer a fines de 1977, posiblemente en España.
Quienes adjudican vanidad a Borges, no lo conocen.
Podemos aseverar que, en el transcurso de nuestra
conversación, extensa por suerte, no hizo mención a los títulos "Honoris
causa" que le confirieron cinco universidades norteamericanas, ni a la
Gran Cruz a la Orden de O'Higgins, con que Chile lo galardonó. Tampoco habló de
los numerosos agasajos que se le brindaran. Si en algún momento, salieron a luz
los premios recibidos, fue accidentalmente, forzado a ello, por nuestra
indagación periodística.
Fuente : Topos y Tropos
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