Entonces… ¿no existe
el tiempo?
Sergio Pérez Gavilán
por Sergio Pérez
Gavilán
"Antes las
distancias eran mayores porque el espacio se mide por el tiempo" J. L. B.
Antes de que pisaran la tierra titanes del pensamiento como
Newton, Galileo o incluso Aristóteles estuvo un individuo que polemizó la mera
idea del tiempo y el espacio. Ese personaje fue Parménides, un griego que nació
entre el 530 y 515 a.C. Él, en un muy famoso poema, propone una cosa simple… el
movimiento no existe. Me explico, la teoría de dicho pensador giraba entorno a
la idea del ser, la cuestión metafísica por excelencia.
Para ejemplificar esto un poco, imagina que hay una carrera,
en la línea de salida están Aquiles, el más rápido de todos los griegos, y una
tortuga. Aquiles, al ver que aventaja demasiado a su contrincante en
capacidades, decide darle ventaja, digamos la mitad de la distancia a la meta.
Luego, ya puestos ambos velocistas en su posición, un grito da comienzo a la
carrera.
Sin embargo, algo muy extraño pasa pues Aquiles, que corre
más rápido que la tortuga, se va acercando, constantemente, la mitad del
espacio que le dio de ventaja al animal. Así, primero, recorre la mitad de
dicha longitud y la tortuga, por su parte, habrá recorrido la mitad de esa
mitad debido a su lentitud. Consecuentemente, el hombre, si quiere ganar la
carrera, tendrá que recorrer la mitad de lo que la tortuga le aventaja.
¿Cuándo acaba el ciclo de división de mitades? Parece ser
que no acaba, siempre habrá otra mitad que recorrer hasta el infinito. Es un
hecho que no se puede recorrer una distancia infinita (como la que se infiere
en la carrera), sino simplemente no sería infinita, pero ¿cómo es posible que el
problema de la carrera sea lógicamente sostenible? Sinceramente no lo sé, pero
las consecuencias de la paradoja son fuertes: si no se puede recorrer esa
distancia y, por lo tanto ninguna, no hay movimiento y si no hay movimiento no
puede haber tiempo, y si no hay tiempo la carrera nunca empezó realmente.
Hacer una construcción sobre el tiempo no es algo nuevo, la
literatura, consecuencia de esto, es prácticamente infinita, pero la manera en
que Borges se apropia de ella es única. Los referentes son muchos, por nombrar
unos ejemplos, "El Sur", "Las Ruinas Circulares", "La
Biblioteca de Babel", "El Jardín de los Senderos que se
Bifurcan", "Un Sueño", etc. El genial escritor argentino tocó el
tema una y otra vez pero nunca de la misma manera, y su estilo
escheriano/_matemático es inconfundible, tal como se puede ver en su cuento _Un
Sueño:
En un desierto
lugar del Irán hay una no muy alta torre de piedra, sin puerta ni ventana. En
la única habitación (cuyo piso es de tierra y que tiene la forma del círculo)
hay una mesa de madera y un banco. En esa celda circular, un hombre que se
parece a mí escribe en caracteres que no comprendo un largo poema sobre un
hombre que en otra celda circular escribe un poema sobre un hombre que en otra
celda circular... El proceso no tiene fin y nadie podrá leer lo que los
prisioneros escriben. (J. L. Borges)
¿No es similar a la escena de Inception cuando Cobb
(Leonardo di Caprio) y Ariadne (Ellen Page) suben unas escaleras de madera
hasta que la cámara enfoca a la escalera completa? Parecería que muchas obras
de Nolan son en realidad un guiño a la de Borges. Sin embargo, al parecer en
entrevistas y demás Nolan ha hablado muy poco sobre el argentino y, al mismo
tiempo, es digno notar que uno de los libros de la biblioteca de Interstellar
es Laberintos por Borges.
En Inception, Nolan hace un magistral tejido de sueños que
pasa por diferentes capas y momentos clave con la finalidad de sembrar una
idea. Pero, en la última escena se deja el tótem (el artefacto que permitiría a
los "extractores" del sueño saber si siguen soñando o no) girando,
tal vez para molestarnos o tal vez para incrementar el impacto que genera la
película. Es perpetuar esta tradición contra-intuitiva de ver al tiempo como un
concepto débil y maleable, tal como nuestra propia existencia.
Démonos el lujo de ser subjetivos y decir que el tótem no se
iba a caer, explico las razones: de entrada, como se puede ver en el transcurso
de la película, todos los tótems son necesariamente diferentes, además, para que
puedan cumplir su función, tienen que ser activados a través del movimiento;
está el dado cargado de Arthur, la moneda de Eames, la pieza de ajedrez de
Ariadne y el "trompo" de Cobb. El único de todos los tótems que
necesita de una constante motriz es el de Cobb y dudo que sea un elemento al
"azar," y entrecomillo la palabra "azar" porque, al menos
en la película, todo está determinado.
En la película, Arthur le dice a Ariadne que no se puede
tocar el tótem de otra persona pues éste perdería su efecto, sin embargo, Cobb
usa el tótem de su difunta esposa, Mal. Se ve en el transcurso de la película
que el tótem cae, pero ¿es posible decir que ese tótem ya estaba comprometido?
Todos los tótems tienen un elemento que solamente su usuario conoce, el de Cobb
es tan simple que no supieran los otros su función.
La necesidad de una constante de movimiento lo vuelve el
símbolo o leitmotiv de la obra, todo ocurre a partir de su movimiento,
incesante y fluido, eterno. Tiene que recorrer infinitamente la mitad del
tiempo necesario para acabar su carrera, misma que es caerse. El tótem de Cobb
no es otra cosa que la determinación ya presupuesta a partir de que no
funciona, así tendría perfectamente sentido la finalidad existencial e
ideológica de la película y es que Cobb se vuelve indiferente, si cae o no su
tótem no importa, pues él ha hecho sus paces con el destino irrelevantemente de
que sea "real" o no.
Al aceptar la muerte de Mal que, al parecer, catalizó toda
esta serie de eventos, Cobb aceptó el determinismo frente a la libertad
aplastante y desgarradora que buscaba defender. Inception, tiene el esquema y
tesis de la tragedia griega: el destino y la determinación. Aceptó que entre el
sueño y la realidad no hay una disyuntiva temporal que lo pudiera situar como
individuo espacial.
Teorías filosóficas que se planteen un mundo determinado y
circular, hay muchas, con puntos que no dejan de cautivar. Pero al mismo
tiempo, toda nuestra experiencia nos muestra lo contrario. La cosa es que al
final, lejos del análisis de la película o de la obra de Borges ¿no es algo pertinente
preguntarnos si existe el tiempo en realidad?
Fuente: Vice.com
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