Luis Alejandro Nitrihual
Valdebenito
Resumen: Este trabajo presenta una mirada
intertextual entre los escritores Jorge Luis Borges y Roberto Bolaño. Puede
precisarse que Roberto Bolaño, escritor chileno fallecido el 2003, establece
una relación de complicidad con el escritor Argentino. Esto hace que sea
interesante revisar sus obras para buscar aquellas zonas donde la
intertextualidad se manifiesta; en este sentido, se muestra a modo de ejemplo
el cuento el Sur de Borges y El Gaucho Insufrible de Bolaño.
0.-
Actualidad de la obra de Bolaño
Roberto Bolaño es un nombre que apareció en el mundo
de la literatura chilena, y porqué no universal, para quedarse de manera
permanente. El escritor chileno se ganó un cupo entre los más grandes autores
con una obra sólida, con una escritura propositiva, sugerente y variada, que
recorre la poesía, ensayo, cuento y novela.
No hay
duda que es un poeta, y el mismo se consideraba de este modo, pero al igual que
uno de sus escritores admirados y odiados [1], Jorge Luis Borges, se
hizo conocido por su prosa, que le trajo tantas alegrías que ya no pudo dejar
de continuar en la senda prosística. No hay duda que todo su ideolecto está
nutrido por la poesía, en una simbiosis transtextual que va desde la aparición
de la poesía como motor generador del universo narrado, tal es el caso de Los
Detectives Salvajes, realizando citaciones de autores admirados o creando
poesía dentro de novelas y cuentos. Lo cierto es que su prosa es especialmente
rica en esa heterogeidad de géneros.
Cuando el
2003 Roberto Bolaño dejó de existir hubo un reconocimiento unánime en torno a
su obra, sus detractores y seguidores concordaron en calificar su obra como una
de las más importantes de las últimas décadas, de ahí la vigencia de estudiar
su obra.
Tiende a
reconocerse que la cumbre como escritor de Bolaño se debió a la publicación de
Los Detectives Salvaje (1998) que fue merecedora de la XI versión del
Premio Internacional Rómulo Gallegos de Novela. Se trata de una obra
fantástica, tan imaginaria como la realidad más dura, una escritura fascinante
y que lo lanzó de golpe al lugar de los escritores latinoamericanos de mayor
peso y porvenir.
La
literatura nazi en América (1996) se inscribe, igual como Los Detectives Salvajes, en la tradición
borgeana de Historia de la eternidad, donde la realidad se funde con la
ficción. La obra del mismo Borges es un juego especular y Bolaño, como su hijo
pródigo, la revive de manera fantástica. La especial relación que Bolaño tenía
con Borges [2] se puede intuir desde la obra misma, que revive un estilo
cargado de búsquedas filosóficas. De algún modo el "hombre libro" que
fue Borges y que lo llevaba a plantearse no sólo escritura sobre temas
precisos, sino escritura sobre la literatura misma (autoreflexión) y sobre los
escritores (imaginarios y reales), fue también el norte del escritor chileno.
El humor borgeano, tanto dentro del texto como en la vida cotidiana, es patente
en Bolaño [3], entregando otro elemento para pensar en la vinculación de
estos dos escritores.
Precisamente,
es la evidencia de una intertextualidad manifiesta la motivación de esta
investigación.
El dialogismo textual que destacara Bajtin y Kristeva (entre sus
primeros teóricos) es el pilar fundamental de cualquier estudio literario
actual. Pero más interesante que destacar el carácter intertextual de la
literatura, que anticipara también Borges cuando señalaba que se han contado
unas cuantas historias a lo largo de todos los tiempos [4], es notar
cuáles son los temas que convergen y donde los textos proponen lecturas y
visiones de mundo diversas, en una dialéctica textual que une a estos dos
escritores.
0.1- El
concepto de intertextualidad
Es
importante precisar a qué haremos referencia cuando hablamos de
intertextualidad, pues tal como lo señala Fernández (2001) el concepto es un
poco lábil y tiende a confundirse entre otros con el concepto de fuente o
influencia, que parecieran sinónimos, pero que obedecen a otra manera de
entender el texto y más que al texto, a los procesos dadores de sentido, que no
necesaria y únicamente pertenecen a textos escritos u orales.
La intertextualidad
es hoy un campo fértil de investigación y procede de la mirada bajtiniana sobre
polifonía y dialogismo textual. Existe consenso en que la primera en acuñar el
concepto de intertextualidad es Julia Kristeva que propone un modelo tomado de
Bajtin donde “la estructura literaria no existe sino que es generada por
relación a otra estructura” (Rivero, 2003: 4 citando a Kristeva 1966: 35). De
este modo, la definición operativa que podríamos realizar para atender al
concepto de intertextualidad es la de textos que participan de otros textos en
un diálogo ilimitado. Es decir, tal como lo vislumbraba Borges un texto no es
sino reescritura de otros textos y quizás de un primer texto.
La idea
de intertextualidad es la de un texto “que no se legitima en su corporeidad o
singularidad, sino por estar escrito desde, sobre y dentro de otros textos”
(Fernández, 74). Esta idea nos lleva a preguntarnos cómo participa un texto de
otro, pues la idea puede resultar abstracta.
Más allá
de las definiciones necesarias de lo que entenderemos por intertextualidad
realizaremos un esfuerzo para hacer fructífero este estudio. Es decir,
evidentemente estamos en presencia de textos dialogantes, la mirada semiótica
así lo afirma y con ello complejiza la realidad misma, pero qué propone cada
texto, cómo revierten, invierten y hasta pervierten el texto origen, es algo
que veremos con el estudio cruzado de una obra de Borges y Bolaño.
Los
textos que hemos elegido para vislumbrar el concepto de intertextualidad son:
El Sur de Jorge Luis Borges, aparecido en el libro Ficciones [5]. Y como
segundo texto, el cuento El Gaucho Insufrible de Roberto Bolaño, aparecido en
el libro que lleva el mismo nombre y que se presta para nuestros propósitos
pues nos permite conocer la obra de Bolaño en su funcionamiento interno, en su
riqueza de mirada, en su visión del mundo actual.
Al
concebir el texto como un diálogo, Bolaño entra en el juego de Borges, y
rescribe El Sur, pero (lo más importante) con una mirada personal, actual,
vigente, que atiende a todas las hondas problemáticas del pueblo argentino y
latinoamericano.
Creemos
que puede trazarse una línea que va desde Martín Fierro, que es a su vez el
texto origen de muchos cuentos y poesías borgeanas (El Sur, El Fin, El Gaucho,
entre otros) y que recorre un largo trecho hasta llegar a Bolaño. Es decir,
partiendo de los tópicos de Martín Fierro, se prolongan historias que llegan
hasta el autor chileno.
1.-
Roberto Bolaño: la reescritura como actualización discreta
El Gaucho
Insufrible [6] es el cuento que da nombre al libro del 2002 de Roberto
Bolaño, en este se cuenta la historia de Héctor Pereda, abogado argentino
intachable (situación que el narrador indica como poco habitual en la Argentina
de esos años) que tiene dos hijos: el Bebe y la Cuca Pereda, que son criados de
la mejor manera posible y por ello son jóvenes “felices” que luego de unos años
hacen su vida: el Bebe se transforma en escritor de fama latinoamericana y la
Cuca va a vivir a Río de Janeiro.
Lógicamente
hubo una señora Pereda, que de soltera tuvo el apellido Hirschman y que
falleció joven y dejó al joven abogado viudo y siendo de algún modo el soltero
“cotizado” de su época de gloria. La soledad de Pereda se incrementa cuando
también el Bebe, su hijo menor, decide marcharse a EEUU.
En su soledad, y para
matar el tiempo, decide dedicarse a ordenar su biblioteca. Cuando Bebe regresa,
y al verlo tan abandonado, decide llevarlo a sus reuniones y cafés literario,
en donde Pereda se siente un bicho raro, pues: Para él, los mejores escritores
de Argentina eran Borges y su hijo, y todo lo que se añadiera al respecto
sobraba .
Pero si
bien la literatura no era uno de sus temas favoritos, cuando hablaban de
política su cuerpo se estremecía. Sus hábitos cambiaron desde el momento en que
se sintió atraído por las tertulias, se levantaba temprano y en su biblioteca
buscaba algo que no sabía qué era. Se pasaba las mañanas leyendo.
Incluso sus hábitos higiénicos cambiaron. Es más, destaca el narrador, Un
día se fue a leer el periódico a un parque sin ponerse corbata.
Hasta que
un día Pereda se levantó y tuvo la certidumbre de qué algo ocurría en la
Argentina. Almorzó con un par de amigos y no paraba de reírse como un loco. Le
preguntaron que le hacía tanta gracia. Pereda sentenció que Buenos Aires se
hundía.
Tal como
dijo sucedió y comenzó el caos en la ciudad. Participó en los cacerolazos y las
protestas contra el corralito, hasta que un día les aviso a sus sirvientas que
se iría a vivir a la estancia del sur. Subió a un tren y en un viaje monótono
fue cruzando la pampa. Luego el tren empezó a rodar por la pampa y el
abogado juntó la frente al cristal frío de la ventana y se quedó dormido.
Cuando despertó, observó por la ventana que la pampa estaba plagada de conejos.
En Capitán Jourdan, se bajó para tomar camino hacia su estancia, llamada “Álamo
Negro”. Mientras estaba sentado en la estación recordó el cuento El Sur de
Borges y sus ojos se llenaron de lágrimas.
Cuando
llegó a su estancia todo estaba en ruinas y tuvo que contratar peones, que
luego se convirtieron en sus amigos, para reconstruirla y hacerla habitable.
Fue a la ferretería de Capitán Jourdan para comprar lo necesario y le preguntó
al indio que atendía dónde podía encontrar caballos, este le contestó que ya no
había en la zona, pero que un tal don Dulce, tenía uno para la venta.
Efectivamente don Dulce le vendió un caballo que no tenía utilidad pues él
viajaba en Jeep.
Desde su
llegada, Pereda comienza un viaje al pasado perdido, busca caballos, animales
para domar, peleas a cuchillo, pero ya todo es distinto. En su lugar hay
conejos que plagan la pampa y sirven de alimento a los gauchos, que ya no están
dispuestos a pelear por honor. Es en definitiva un mundo desencantado.
Una tarde
recibe una carta del Bebe donde le indica que debe ir a Buenos Aires para
firmar los papeles de la venta de su casa. A los dos días parte.
Una vez
en Buenos Aires decide ir a buscar a su hijo al café donde se reúnen los
escritores. Lo encuentra presidiendo una reunión. En la misma mesa, uno de los
tipos se unta las narices con cocaína. Pereda lo mira fijo y éste reacciona con
furia increpándolo. Pereda saca su cuchillo y lo pincha en la ingle ante la
sorpresa de todo el mundo. En el acto, pereda desaparece y decide volver a la
pampa, de la que reconoce no sabe nada, pero donde al menos lo aceptan.
2.- El
regreso a Buenos Aires…
Hay
varios elementos que nos llevan a proponer que este texto de Bolaño es una
reescritura de El Sur borgeano, pero con algunas propuestas radicálmente
distintas. Estructuralmente el Gaucho Insufrible posee una secuencia; el
regreso de Pereda a Buenos Aires y la posterior decisión de volver a ese Sur
desencantado, que el cuento de Borges, El Sur, no posee.
El
universo presentado por el narrador de El Gaucho… es un mundo en crisis. No hay
que olvidar que este texto presenta a la Argentina del 2000, con las
convulsiones sociales que la efectaron brutalmente. Por tanto, es un texto
contextualmente anclado en el presente. ¿Cómo puede entonces un texto como éste
ser reescritura de El Sur?. Bolaño reconstruye la idea de viaje al Sur como
zona de salvación. Observemos como ambos textos presentan una misma fabula: el
viaje al Sur, el reencuentro con la tradición gauchesca.
El Sur
(Borges)
Dahlmann
en Buenos Aires
Dahlmann vivo |
Dahlmann
Enfermo
|
Dahlmann
en el Sur
Dahlmann Muerto |
Secuencia
1
|
Secuencia
2
|
Secuencia
3
|
El Gaucho
Insufrible (Bolaño)
Pereda
en Buenos Aires
|
Crisis
Social
|
Pereda
en el Sur
|
Pereda
de Regreso a Buenos Aires
|
Secuencia
1
|
Secuencia
2
|
Secuencia
3
|
Secuencia
4
|
Precisemos
que al final de la tercera secuencia, El Sur establece un estado especial de
disyunción con la muerte del protagonista. De este modo, el texto de Borges se
mueve en los opuestos vida/muerte, pasando por gradaciones precarias. De este
modo, se presenta como un texto clásico en torno a ir de un estado conjunto a
uno disyunto. Eso, independiente de las posibles interpretaciones en torno al
papel ya advertido de los sueños (Alazraki, 1986) que contribuyen a otorgarle
al relato un juego especular.
El Gaucho
Insufrible en cambio no presenta una resolución final entorno a los opuestos
vida/muerte. Se pasa de un primer estado de desencanto con la vida, manifiesto
en el trabajo rutinario de Pereda o en su vida sentimental truncada con la
muerte de la esposa, a un estado final también de desencanto, con la vuelta al
Sur, que ya no es el sitio borgeano anhelado sino un lugar fantasmagórico.
Mientras
la muerte es en El Sur un modo de conjunción buscada por Dahlmann, como
experiencia de lo que para él es un “verdadero hombre”, y en este caso se
transforma en una liberación. En El Gaucho Insufrible la muerte no llega nunca.
Pereda no tiene escapatoria y está obligado a vivir en lo aparente.
3.-
Algunos elementos del mundo desencantado de Bolaño.
Patéticamente,
Bolaño nos describe el mismo mundo que Borges: EL SUR, que muestra la dicotomía
entre la cultura propia y la ajena, lo europeo y lo argentino (léase también
como lo latinoamericano), ¿En esa pugna quién triunfará?. La conclusión es que
hemos sido criados por una madre postiza, y por eso no hemos resuelto nuestros
conflictos de hijos huérfanos. No triunfa una solución como en Borges sino el
eterno conflicto, los Cien Años de Soledad de García Márquez.
El mismo
argumento es expuesto por Bolaño, pero aprovechando la coyuntura social de
Argentina.
En una parte de El Gaucho Insufrible, el narrador nos recuerda: Argentina
es una novela, les decía, por lo tanto es falsa o por lo menos mentirosa. Buenos
Aires es tierra de ladrones, es similar al infierno, dice más adelante.
Pongamos
atención en que es lo mismo que piensa Dahlmann de El Sur cuando está postrado
en su habitación: Dahlmann los oía con una especie débil estupor y le
maravillaba que no supieran que estaba en el infierno. Tenemos como
conclusión que ambos autores nos presentan a Buenos Aires como lo pasajero y
efímero, lo doloroso para Dahlmann, lo insoportable para Pereda.
4.- El
Sur de los cuentos: tres elementos claves para terminar
La
dualidad, Pampa-Buenos Aires, nos recuerda que si Buenos Aires es lo aparente,
entonces la pampa es lo eterno. Así lo explicita el narrador en El Gaucho: La
pampa, en cambio, era lo eterno. Un camposanto sin límites es lo más parecido
que uno puede hallar. Bolaño, al contrario de lo que hace Borges, nos
presenta en todo momento un mundo pervertido. Mientras en Borges, el Sur es un
modo de liberación y de llegada a un pasado glorioso, Bolaño hace llegar a
Pereda a un mundo que ha perdido esa magia.
El primer
elemento que resalta en este sur bolañiano es el de los conejos. Mientras
Pereda va viajando, nota que el tren es perseguido por conejos que parecen
brotar como malezas. No será su único encuentro con este verdadero mundo
conejil. El viejo Sur ganadero, en donde los gauchos arriaban rebaños a caballo
por la pampa, ha sido reemplazado por los conejos, que se reproducen como la
mala hierba. Ahora los gauchos dedican su vida a cazar conejos. El narrador se
pregunta en este punto: ¿A qué gaucho de verdad se le puede ocurrir vivir de
cazar conejos?.
El
segundo elemento que nos gustaría resaltar es el del viejo almacén. Encontramos
que en Borges el almacén es el sitio donde se fragua la lucha, donde Dahlmann
sella su muerte. En El Gaucho… en cambio, tenemos que el viejo almacén ha sido
pervertido, por ejemplo, por un juego como el Monopoly. Los gauchos que se
reúnen en la pulpería que visita Pereda se divierten jugando Monopoly y esto le
parece bastardo y ofensivo, pues Pereda tiene en mente que una: pulpería es
un sitio donde la gente conversa o escucha en silencio las conversaciones
ajenas.
Un tercer
elemento a consignar es el cambio en la imagen esterotipeada de los “gauchos”,
si se los puede seguir llamando así en Bolaño. Si ellos se prestan para cazar
conejos y jugar Monopoly, lógicamente han cambiado. Ya no están dispuestos a
pelear. De hecho, cuando Pereda en una discusión reta a unos lugareños a salir
a la calle para enfrentarse y pelear, todos lo miran preguntándose si estará
loco.
En este
sentido, Pereda es un personaje que invierte el papel de Dahlmann en El Sur.
Mientras este último se presenta como disonante en un mundo de gauchos recios,
hábiles con los chuchillos, Pereda irrumpe en un mundo que ya no es como lo ha
imaginado, y aunque sólo en lo aparente (pues él reconoce que no sabe nada de
la pampa) se presenta como un verdadero gaucho. A Pereda no se le permite la
muerte, ¿quién podría matarlo en un mundo de cobardes como ése?
Pereda es
él Gaucho Insufrible pues busca revivir una cultura perdida en los anaqueles de
la literatura gauchesca, una cultura de valientes que ahora ha deribado en su
opuesto, la cobardía. Pero también es insufrible porque el mismo es un cobarde.
De allí la clara alusión textual que realiza el narrador al cuento de Borges: Oyó
voces, alguien rasgaba una guitarra, que la afinaba sin decidirse jamás a tocar
una canción determinada, tal como había leído en Borges. Por un instante pensó
que su destino, su jodido destino americano, sería semejante al de Dahlmann y
no le pareció justo.
Pereda es
lo aparente. Se conoce lo suficiente, sabe que su mundo no tiene escapatoria,
pues ni él está dispuesto a llegar a la muerte. ¿Y si la muerte no se encuentra
entonces qué?.
Entonces
a Pereda, una vez que comprueba que en Buenos Aires no hay escapatoria y ve que
su hijo se reúne con artistas drogadictos y que por tanto su hijo quizás es
igual, acepta al menos vivir en lo aparente. Acepta implícitamente cazar
conejos para subsistir. Al menos no estará en el infierno, se encontrará en una
pampa eterna y pervertida.
5.-Conclusiones
Podemos
destacar dos conclusiones principales que pueden servir para trabajos futuros,
al menos en el campo de la intertextualidad entre Borges y Bolaño. La segunda
conclusión la presentamos a su vez en otras, que clarifican la relación entre
El Sur y El Gaucho Insufrible.
1.- Es
evidente que existe una intertextualidad: esta se manifiesta en Bolaño, desde
las alusiones explícitas que hace el narrador y donde destaca a Borges como
escritor admirado, o citando algunas de sus obras, como en el caso de El Sur.
También tomando, a partir de una interpretación del propio Bolaño, un tema
particular como es el “regreso al Sur”.
2.- Más
interesante que dar cuenta de esta intertextualidad, que es manifiesta y
evidente, es mostrar cuáles son las características que hace a cada texto sui
generis. En este sentido, pensamos que la intertextualidad se teje no sólo
en convergencia sino también en la divergencia.
A razón de esto, pueden precisarse las siguientes conclusiones de
nuestro análisis de los cuentos de Borges y Bolaño:
(A) El
Sur de Borges presenta una estructura que recuerda intertextualmente los
trabajos precedentes de Hernández y Lugones y se ve marcadamente la presencia
de Martín Fierro, como propuesta de un mundo romántico que se ubica en el SUR
como lugar arquetípico.
B) El
Sur presenta un duelo final y la muerte del personaje como una liberación. Si
bien la muerte es privativa, y en este sentido el texto es una estructura
bastante clásica que va desde un estado de conjunción a uno de disyunción, la
gradación en estados intermedios precarios de no-vida/no-muerte produce un
juego especular, que hace que el texto pueda leerse también como el sueño de
una muerte anhelada (lectura de Alazraki, 1986)).
C)
Bolaño por su parte, propone una estructura similar a la de Borges. Se observa
que ambas obras presentan 3 secuencias fundamentales que pueden resumirse en:
Buenos Aires-Viaje-Sur. La diferencia la establece Bolaño al proponer una
cuarta secuencia en que Pereda regresa a Buenos Aires y nuevamente,
desencantado, se devuelve al Sur.
(D) El
Sur presentado por Bolaño es un Sur actual, donde los gauchos ya han olvidado
el uso del cuchillo y más triste que eso, no están dispuestos a morir por nada.
Juegan Monopoly y viajan en Jeep, el caballo y el ganado han sido reemplazados
por los conejos, que son el verdadero sustento de los gauchos, o lo que queda
de ellos.
(E) Tanto
Pereda como Dahlmann, aunque inversamente, son hombres que están a contrapelo
en el universo al que les toca enfrentar. Dahlmann no tiene la competencia para
enfrentar un duelo que acepta y Pereda intenta forzar la realidad hasta
convertirse en INSUFRIBLE.
La riqueza
de Bolaño, el escritor chileno de mayor vigencia en la actualidad, se encuentra
en reescribir desde la divergencia temática que Borges y la tradición gauchesca
anterior habían presentado de manera arquetípica.
Notas
[1] Sobre
este punto, ver el trabajo de Julia Elena Rial: Los Detectives Salvajes de
Roberto Bolaño. Un Obituario a la narrativa del Siglo XX. En este texto se
muestra como esta novela de Bolaño presenta a Borges como un escritor odiado,
pero donde este odio se tranforma en amor y admiración. En linea:
[2] Sobre
su admiración a Borges, Bolaño indicaba que “he leído toda la obra de
Borges, al menos dos veces, y casi todo lo que se escribió sobre él (...). A
parte de ser un gran poeta y el más grande cuentista y un gran ensayista. En
fin, probablemente el mejor escritor en lengua española desde Quevedo”
(Swinburn, Daniel. Roberto Bolaño: Catorce preguntas: El Mercurio 2 de Marzo de
2003).
[3] Sobre
el tema del humor literario, el mismo Bolaño destacaba a Borges y Cortazar,
quienes jugaban con la realidad. (Bolaño, Roberto. El humor en el rellano. Las
Ultimas Noticias. Lunes 20 de Enero de 2003).
[4]
Borges señalaba: “Digamos que durante muchos siglos, estas tres historias -la
de Troya, la de Ulises, la de Jesús- le han bastado a la humanidad. La gente
las ha contado y las ha vuelto a contar una y otra vez” (Borges, Jorge Luis
(2001) Arte Poética. Barcelona. Crítica.
[5]
Pensamos que en Ficciones y El Aleph se encuentra la madurez de su obra
cuentística. Por otro lado, El Sur es considerado por el propio Borges como uno
de sus mejores cuentos: “De El Sur, que acaso es mi mejor cuento básteme
prevenir que es posible leerlo como directa narración de hechos novelescos y
también de otro modo” (Ficciones: 112)
[6] En
cursiva se presentan las citas textuales del cuento de Bolaño.
Bibliografía
consultada
Abril, Gonzalo et al. Análisis del
discurso. Hacia una semiótica de la interacción textual. Madrid: Cátedra.
1999.
Alazraki, Jaime. La prosa narrativa de
Jorge Luis Borges. Madrid: Gredos 1986.
Bolaño, Roberto. El Gaucho Insufrible.
España: Anagrama. 2001
Borges, J. L. Ficciones. Buenos
Aires: Emecé1968.
Fernández, José Enrique.
Intertextualidad Literaria. Madrid: Catedra. 2001
Greimas, A. J. Del sentido II. Ensayos
de Semiótica. Madrid: Gredos.1989
Greimas, A. J. La semiótica del texto.
Ejercicios prácticos. Análisis de un cuento de Maupassant. Barcelona:
Paidós. 1983.
Greimas, A. J.; J. Courtés. Semiótica.
Diccionario razonado de la teoría del lenguaje. Vol. 1 Madrid: Gredos.1982.
Grupo de
Entrevernes. Signos
y parábolas. Semiótica y texto evangélico. Madrid. Ediciones Cristiandad.
[s.f. 1989].
Kazmierczak,
Marcín. La
metafísica idealista en los relatos de Jorge Luis Borges. Barcelona: Tesis
doctoral. 2001.
Rivero,
Isabel. Intertextualidad,
Polifonía y Localización en investigación cualitativa. Athenea Digital N°3:
2003.
Fuente : Espéculo.
Revista de estudios literarios. Universidad Complutense de Madrid
Luis
Alejandro Nitrihual Valdebenito
Magister
en Ciencias de la Comunicación
Facultad de Educación y Humanidades
Universidad de La Frontera, Temuco-Chile
luisnitrihual@gmail.com
Facultad de Educación y Humanidades
Universidad de La Frontera, Temuco-Chile
luisnitrihual@gmail.com
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