Se inauguró "Casa Borges", la residencia habitada
por el autor junto a su madre Leonor Acevedo, ya viuda, y a su hermana Norah,
que abrirá sus puertas al público. La casa ofrece muestras permanentes, visitas
guiadas, talleres y un centro de estudios literarios. Para su apertura como
museo fue intervenida por destacados artistas plásticos como Jorge Aranda,
Fernanda González Latrecchiana, Lilí Esses, Gloria Cruz, Magdalena Bravo y
Elisa Menéndez.
"Durante los años de mi infancia pasábamos los veranos
en Adrogué, a unos 15 o 20
kilómetros al sur de Buenos Aires. Allí teníamos
residencia propia: una vasta construcción de una planta, con terrenos, dos
cabañas, un molino de viento y un peludo ovejero marrón. Adrogué era entonces
un remoto y apacible laberinto de casas de veraneo rodeadas por verjas de hierro,
con parques y calles que irradiaban de las muchas plazas. Impregnado por el
ubicuo aroma de los eucaliptos".
Esa casa de verano que describía Jorge Luis Borges se acaba
de convertir en un museo y también en la primera residencia habitada por el
escritor que abre sus puertas al público. "Casa Borges", ubicada en
Plaza Brown 301 de la ciudad de Adrogué, hoy ofrece muestras permanentes,
visitas guiadas, talleres y un centro de estudios literarios.
La casa, de estilo austero, fue habitada por Borges, junto a
su madre Leonor Acevedo, ya viuda, y a su hermana Norah. Es una casa de
ladrillos rojos a la vista, rejas verdes y tejas coloradas, de tres dormitorios
y 100 metros
cuadrados de parque. Para su apertura como museo, fue
intervenida por destacados artistas plásticos como Jorge Aranda, Fernanda
González Latrecchiana, Lilí Esses, Gloria Cruz, Magdalena Bravo y Elisa
Menéndez. En uno de los cuartos hay una muestra permanente incluye poemas
inspirados en Burzaco, Glew y Adrogué, y retratos de la infancia y adultez del
autor, muchos tomados en la zona. En otro, hay una sala audiovisual con
entrevistas a Borges en las que se destaca su vínculo con el lugar. Y en el
tercer dormitorio, una biblioteca con la colección de libros borgeanos
comprados por la
Fundación Internacional Jorge Luis Borges, que preside María
Kodama, viuda del escritor. Entre otros tesoros, la casa alberga el poemario
Adrogué, que se publicó en 1977 por suscripción.
Kodama, quien preside la Fundación Internacional
Jorge Luis Borges, y el Gobierno Municipal de Almirante Brown, suscribieron un
convenio de cooperación e intercambio institucional, por el que "Casa
Borges" funcionará como un museo vivo abierto al público. "Borges
siempre me hablaba de Adrogué. Lo recordaba con mucho cariño y mucha alegría.
Para él era una especie de paraíso", expresó Kodama durante la
inauguración de la casa museo.
"Casa Borges nos ofrece la posibilidad de recorrer a
través de una experiencia inédita, los ámbitos de inspiración y creación en los
que Jorge Luis Borges concibió, con soberbia exquisitez, parte de su espléndida
obra", detalló el secretario de Educación, Cultura y DD.HH., Jorge Herrero
Pons.
Borges pasó gran parte de sus vacaciones durante la década
del 40 en Adrogué. Primero en el hotel "Las Delicias" y luego, a
partir de 1944, en la casa que adquirió su madre. La propiedad también fue
habitada por Norah Borges, seudónimo con que se conocía a Leonor Fanny Borges
Acevedo, hermana del escritor y destacada pintora. El resto del año, vivía en
un departamento en el sexto piso de un edificio ubicado en centro porteño, en
la calle Maipú.
La vivienda de Adrogué en el corazón del casco histórico de
la ciudad pasó por varios dueños hasta que en 2011 el municipio de Almirante
Brown la expropió ante una inminente demolición y la restauró con el estilo de
la época.
Durante su primera semana de apertura, en octubre pasado,
más de mil personas pasaron por la Casa Borges, entre vecinos y turistas, académicos
y curiosos. Las autoridades del municipio, además, están buscando que los
comercios y bares de la zona se integren a la propuesta cultural con
referencias a alguno de los libros de Borges.
"En cualquier parte del mundo en que me encuentre
cuando siento el olor de los eucaliptos, estoy en Adrogué. Adrogué era eso: un
largo laberinto tranquilo de calles arboladas, de verjas y de quintas; un
laberinto de vastas noches quietas que mis padres gustaban recorrer. Quintas en
las que uno adivinaba la vida detrás de las quintas", escribió alguna vez
Borges. Ahora, todos sus lectores tendrán la posibilidad de entrar por un rato
en ese mundo.
Fuente : Cronista-com
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