Julián Bedel -
Creador de perfumes personalizados, sus productos son deseados desde Oriente
hasta Occidente.
Muchos de los perfumes están
inspirados en Jorge Luis Borges, como La Biblioteca de Babel o Sur
Por Mariangeles Lopez Salon
Cuando se perfuman, las rusas reflejan toda su exuberancia
con notas especiadas, maderas pesadas y mucha sensualidad. Buscan impacto y
duración. En cambio, las japonesas evitan invadir espacios ajenos y, más
recatadas, eligen notas verdes o acuáticas. Lo sabe Julián Bedel, que con las
fragancias de Fueguia 1886 llega a más de 20 países, de Oriente a Occidente. La
empresa que creó con su amiga Amalia Amoedo sumó a las notas más exultantes del
mundo los olores propios de nuestra Patagonia.
Huele bien en su laboratorio, y no podría ser de otra
manera. Conviven más de 800 ingredientes, que parecen competir entre sí hasta
que el hacedor de aromas, la nariz que los reconoce y combina a la perfección,
les da forma, una etiqueta y un lugar en el mundo. Es elegido tanto por la Casa Real de Suecia y el
príncipe Akishino de Japón como por Elton John y la familia de Steve Jobs.
A través del programa Vivencias Extraordinarias, el Four
Seasons de Buenos Aires propone la creación de una fragancia personalizada de
Bedel. sólo por 10.000 dólares. Así escuchó uno de los pedidos más insólitos,
como aquel que le requería una fragancia de "sudor de caballo". Pero
valió la acertada interpretación para recrear, a fuerza de muestras, un buen
aire de campo.
Como todo perfumista, no escapa de los recuerdos olfativos.
Prefiere los aromas de los campos entrerrianos de su infancia; de la madera
cuando, en su época de luthier, armaba sus instrumentos musicales. Aunque
reconoce que el recuerdo más devastador es el de una ex novia, el olor de su
piel. "Es lo que tiene de involuntario el recuerdo. Te monopoliza el
cerebro."
Recién llegado de Rusia y de Taipei, donde abrió las últimas
tiendas de la firma, proyecta mudarse a Italia. Lo esperan además de nuevos
proyectos viajes eternos entre Buenos Aires y Milán. Hijo del arquitecto
Jacques Bedel, creció en una familia de artistas. "Me interesaban la
escultura y la pintura, y estudié luthería. De alguna manera reemplacé los
pigmentos y la música por moléculas, pero la composición o el approach de crear
algo, bueno a malo, es el mismo", dice
"El sentido del olfato es muy especial. Los perfumes
despiertan misterios porque son intangibles. Generan mucha curiosidad",
dice Bedel, que además de sus puntos de venta en todo el mundo es convocado por
grandes marcas y hoteles para desarrollar sus propias fragancias. Ya lo hizo
para el Yacht Club de Mónaco, County de Milán y Chamber NY. También preparó la
línea de amenities para el Park Hyatt de Moscú, Mandarin Oriental de Taipei,
Rosewood de Londres, y muchos más.
Aunque considera que la sustentabilidad es muy compleja en la Argentina y en el mundo,
porque las certificaciones son muy difíciles de alcanzar, la filosofía de
Fueguia es lograr la mayor sustentabilidad posible, y lo demuestra eligiendo
envases de vidrio 100% reciclables y cajas hechas a mano en una escuela de
carpintería de la
Patagonia. Dentro de ese packaging, las combinaciones son
infinitas. Muchos de los
perfumes están inspirados en Jorge Luis Borges, como La Biblioteca de Babel o
Sur, o en destinos, como Beagle, Misiones y Pampa Húmeda.
Fuente : La Nacion Revista
Las fragancias despiertan
misterios - Fragmento
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