Lilian Fernández Hall
El sábado 31 de marzo apareció, ocupando un espacio
privilegiado de casi dos páginas, una nota titulada “El oráculo de Buenos
Aires” en la sección “Cultura” del periódico Dagens Nyheter, el matutino más
importante y difundido de Suecia. En este artículo, el crítico Jonas Thente le
da una calurosa bienvenida a la versión sueca —por fin completa— del libro
Ficciones de Jorge Luis Borges. No es, claro, la primera vez que este libro se
publica en Suecia, ni es la única obra del autor argentino traducida al idioma
de Strindberg. Pero justamente Ficciones no había aparecido completo, sino que
varios de sus textos se incluían en una antología llamada Biblioteket i Babel
(“La Biblioteca
de Babel”), aparecida en 1974, en la traducción de Sun Axelsson y Artur
Lundkvist. Ahora se repara esta ausencia con el lanzamiento del título en una
serie de clásicos en formato de bolsillo de la editorial Albert Bonniers, la
más poderosa del mercado sueco.
En el artículo, el joven crítico literario Jonas Thente no
oculta su admiración por el escritor sudamericano, a quien siente no tan lejano
de la esfera del pensamiento nórdico (del cual, sabemos, Borges no fue ajeno).
Thente concluye su nota con el siguiente párrafo: “En el caso de que Borges
fuera el único escritor de nuestro tiempo al cual se leyera dentro de dos mil
años —idea que no considero tan disparatada— se nos valoraría, a nosotros y a
nuestra época, como mucho más interesantes de lo que realmente nos merecemos”.1
La idea produce un cierto vértigo. Todos tenemos nuestros
autores favoritos: por un lado, aquellos escritores de todos los tiempos que
han dejado en nosotros una huella especial, los que han marcado un hito en
nuestro camino de lectores. Por otro lado, apreciamos y recomendamos la lectura
de escritores actuales que, creemos, merecen la difusión y el reconocimiento de
sus contemporáneos. Pero pensarlos en un período de tiempo tan vasto, nos hace
retornar a lo esencial. ¿Cuán válido será este escritor o escritora, dentro de
diez, cien o dos mil años? Imposible decirlo ahora, claro, pero la perspectiva
es inquietante. Que Jorge Luis Borges se nombre en este contexto, es un enorme
reconocimiento para la literatura de nuestro continente.
Estocolmo, abril de 2007
Fuente : Letralia.com
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