viernes, 3 de julio de 2015

Borges y el misticismo alemán




Carlos García

[En lo que sigue, recojo notas de los años 2003-2005 acerca de aspectos desconocidos de la relación de Borges con la obra de algunos autores místicos alemanes. Las versiones originales de estos trabajos aparecieron en una de las páginas web del Centro Cultural Cervantes (Madrid) llamada El Trujamán. La presente versión de todos ellos es de julio de 2006. No conforman un estudio meduloso; se limitan a recoger informaciones importantes para quien desee escribirlo.]

I

Angelus Silesius

El Borges anciano recordará con agradecimiento su comercio con la obra del poeta religioso alemán Angelus Silesius (pseudónimo de Johannes Scheffler, 1624-1677), doctor en filosofía y medicina, adepto del mismo grupo religioso que los místicos Abraham von Franckenberg y Daniel von Czepko (sobre éste, véase aquí cap. II).

La obra por la cual se conoce a Angelus Silesius lleva por título Cherubinischer Wandersmann oder Geist-Reiche Sinn- und Schluß-Reime zur Göttlichen beschauligkeit anleitende, y podría traducirse por El peregrino querubínico o Rimas espirituales, gnómicas y epigramáticas conducentes a la contemplación divina. La primera edición apareció en 1657; la de 1675, que Borges cita, agregó el sexto libro.

Un breve repaso mostrará la asidua presencia de Silesius en la obra y el pensamiento de Borges.

En "Otro poema de los dones" (El otro, el mismo; OC 1974: 936, v. 12) Borges agradece "las místicas monedas de Angel Silesio".

En "Al idioma alemán" (El oro de los tigres; OC 1974: 1116, vv. 14-16) corrige una omisión:

               Mis noches están llenas de Virgilio,

               Dije una vez; también pude haber dicho

               De Hölderlin y de Angelus Silesius.

En Historia de la noche lo mencionará en "G. A. Bürger" (OC III:191) y en "The things I am" (OC III: 196).

En "La flor de Coleridge" (Otras inquisiciones; OC 1974: 641) anota:

        Al promediar el siglo XVII, el epigramatista del panteísmo Angelus Silesius dijo que todo los bienaventurados son uno (Cherubinischer Wandersmann, V, 7) y que todo cristiano debe ser Cristo (op. cit., V, 9).

En efecto, Silesio había escrito (todas las traducciones del antiguo alemán son mías):

                V 7. Alle Heiligen sind ein Heiliger.

                Die Heilgen alle sind ein Heiliger allein:

                Weil sie ein Hertz / Geist / Sinn / in einem Leibe seyn.

        V 7. Todos los santos son un santo.

                Los santos son todos un solo santo.

                Porque son un corazón, espíritu, intención en un cuerpo.

                V 9. Es muß ein jeder Christus seyn.

                Der wahre GOttes Sohn ist Christus nur allein:

                Doch muß ein jeder Christ derselbe Christus seyn.

        V 9. Cada uno debe ser Cristo

                El único verdadero Hijo de Dios es sólo Cristo

                Pero cada cristiano debe ser él mismo Cristo.

Dos motivos procedentes de Silesio recurren, por lo demás, en Borges: el topos de la "rosa sin porqué" y el dístico final del Peregrino querubínico.

En una conferencia titulada "La poesía" (Siete noches; OC III: 266), Borges dirá en 1977:

        Voy a concluir con un alto verso del poeta que en el siglo diecisiete tomó el nombre extrañamente poético, real, de Angelus Silesius. Viene a ser el resumen de todo cuanto he dicho esta noche, salvo que yo lo he dicho por medio de razonamientos o de simulados razonamientos: lo diré primero en español y después en alemán, para que lo oigan ustedes: 'La rosa [es] sin porqué, florece porque florece. / Die Rose ist ohne warum; sie blühet weil sie blühet.'

Ya en "Elementos de preceptiva" (Sur 7, Buenos Aires, abril de 1933, 158-161, reproducido en Borges en Sur 123-124), Borges había escrito (160):

        Die Ros ist ohn Warum, la rosa es sin porqué, leemos en el libro primero del Cherubinischer Wandersmann de Silesius. Yo afirmo lo contrario, yo afirmo que es imprescindible una tenaz conspiración de porqués para que la rosa sea rosa.

En un discurso de 1963 dirá (Textos recobrados 3: 262):

        Imaginemos, por ejemplo, que un poeta dice que la belleza es inexplicable, no habría dicho nada, pero si ese poeta, que sería el gran poeta alemán Angelus Silesius dice Die Rose ist ohne warum, (La rosa es sin porqué), ya está creando poesía.

En otro, de 1964 sobre Enrique Banchs, dirá aún (Textos recobrados 3: 105):

        Die Rose ist ohne warum (la rosa es in porqué) famosamente escribe Angelus Silesius en el libro primero de su Cherubinischer Wandersmann; la sentencia del místico nos advierte la posible profanación que encierra todo análisis de lo bello.

En cuanto al dístico final, Borges lo menciona al concluir "Nueva refutación del tiempo" (Otras inquisiciones; OC 1974: 771):

        Freund, es ist auch genug. Im Fall du mehr willst lesen,

        So geh und werde selbst die Schrift und selbst das Wesen.

        (Angelus Silesius: Cherubinischer Wandersmann, VI, 263. 1675).

        [Amigo, ya es bastante. Si quieres más leer

        Ve y transfórmate en el libro y en el ser.]

(La cita, premeditadamente impresa en página aparte, cierra en la primera edición de Otras inquisiciones, página 221, todo el libro, no sólo este ensayo, como en ediciones posteriores.)

Borges y/o Bioy traducirán: "Ya basta amigo. Si quieres seguir leyendo, transfórmate tú mismo en el libro y en la doctrina." (Libro del cielo y del infierno, 126.)

En una posterior conversación con Juan José Arreola (en 1978, en el castillo de Chapultepec, México), Borges propondrá una versión ligeramente distinta:

        Hay un libro suyo famoso, el Cherubinischer Wandersmann, el Peregrino Querubínico, que concluye con este dístico: "Amigo, ya basta. En caso de que quieras seguir leyendo, sé tú mismo el libro y tú mismo la esencia". "Freund es ist auch genug. Jm fall du mehr wilt lesen, So geh und werde selbst die Schrifft und selbst das Wesen". Qué palabras finales admirables, y en el siglo XVII.

El censo reproducido hasta aquí es seguramente incompleto, pero el corpus reunido alcanza, quiero creer, para mostrar el recurrente interés de Borges en la obra del alemán.

¿Cuándo surgió la relación entre Borges y Angelus Silesius? Algunos indicios permiten reconstruir el momento con suficiente precisión: se lo puede fijar en noviembre de 1923.

Por esas fechas, Borges se encontraba en Ginebra. Allí adquirió un ejemplar de Geistreiche Sinn- und Schlußreime aus seinem 'Cherubinischen Wandersmann'. Auswahl von Manfred Schneider. Stuttgart: Walter Hädecke Verlag, 1922, 63 pp., una selección de los dísticos de Silesius.

El volumen se conserva en Buenos Aires (Pan-Klub; signatura 161/22 [1/4/11]; lo he visto gracias a Patricia Artundo). Allí estampó Borges su firma y fechó en "noviembre del 1923" la adquisición del libro.

Un detalle sugiere que Borges no conocía aún a Silesio poco antes de esa fecha: en diciembre de 1923, apareció en Inicial 3, Buenos Aires, "Acerca del expresionismo" – trabajo que Borges había remitido aproximadamente un mes antes a su amigo Roberto A. Ortelli. Allí figura el siguiente pasaje:

        El propio Goethe casi nunca buscó la intensidad; Hebbel alcánzala en sus dramas y no en sus versos; Heine y Nietzsche fueron excepciones grandiosas.

Recién la versión corregida del artículo, que fue reproducida en Inquisiciones (1925: 147) mencionará a Silesio:

        El propio Goethe casi nunca buscó la intensidad; Hebbel alcánzala en sus dramas y no en sus versos; Angel Silesio y Heine y Nietzsche fueron excepciones grandiosas.

El volumen de Silesio conservado en Buenos Aires contiene una serie de anotaciones manuscritas en el dorso de la tapa y en la primera página.

Borges cita allí algunos versos de Silesio, que reproduzco a continuación (agrego tras la cita el número del dístico en la versión alemana y mi traducción al castellano del pasaje reproducido por Borges – más atenta a la literalidad que a la poesía):

        Meinstu O armer Mensch, dass Deines Munds Geschrei

        der rechte Lobgesang der stillen GOttheit sei?

        [I 239: ¿Crees realmente, pobre hombre, que el grito de tu boca

        Sea el himno apropiado para la silenciosa deidad?]

        Die Braut verdient sich mehr mit einem Kuß umb GOtt,

        als alle Mittlinge mit Arbeit bis in den Tod.

        [V 299: La novia hace más méritos ante Dios con un beso,

        que todos los intermediarios con trabajo hasta la muerte.]

El dístico anterior fue traducido por Borges / Bioy en Libro del cielo y del infierno (126): "Con un solo beso, la novia se hace más merecedora del Paraíso, que todos los mercenarios que trabajan hasta la muerte."

(La palabra "Mittling" no figura en ninguno de los diccionarios compulsados. Por su raíz, sugiere a alguien que se ocupa más de los medios que de los fines. Podría referirse también a un "mediador", tanto en el sentido de "comerciante" o "mercenario", como en el religioso, según el cual los santos o María interceden ante dios.)

        Man sagt, GOtt mangelt nichts, er darff nicht unsrer / Gaben:

        Issts wahr – Was will er dann mein armes Hertze haben?

        [III 123: Se dice que a Dios nada le falta, que no precisa nuestros dones.

        Si es verdad, ¿para qué quiere mi pobre corazón?]

        Die Schönheit lieb ich sehr: Doch nenn ich sie / kaum schön,

        im Fall ich sie nicht stets seh untern Dörnen stehen

        [III 89: Amo mucho la belleza. Pero apenas la llamo bella

        si no la veo siempre entre espinas.]

        Ist deine Seele Magd und wie Maria rein,

        so muß sie augenblicks von GOtte schwanger sein.

        [II 104: Si tu alma es virgen y como María pura

        debe estar en este preciso momento de Dios embarazada.]

        Johann Scheffler - 1624-77 / Médico Luterano (Convirtió?)

La pregunta que Borges anota puede ser respondida afirmativamente, ya que, en efecto, Scheffler convirtió en 1653 al catolicismo, fecha en la cual también adoptó su nuevo nombre (Ángel de Silesia). A pesar de su agnosticismo, Borges siempre se sintió atraído por místicos y conversos.

En el dorso de la contratapa del mencionado volumen, Borges anotó:

        "Todo es simultáneo en la eternidad – 49 –

        [Cf. V 148: Jn der Ewigkeit geschieht alles zugleiche

        Dort in der Ewigkeit geschieht alles zugleich.

        Es ist kein vor noch nach / wie hier im Zeitenreich.

        En la eternidad ocurre todo al mismo tiempo

        Allí en la eternidad sucede todo simultáneamente.

        No hay, como aquí en el reino temporal, ni antes ni después.]

        Jorge Luis Borges [rúbrica]

        noviembre del 1923

        Blüh auf gefrorner Christ, der Mai ist für der Thür.

        Du bleibest ewig Todt, blühstu nicht jetzt und hier.

        [III 90: Florece, aterido cristiano, mayo está ante puertas.

        Permanecerás por siempre muerto si no floreces aquí y ahora]

(Recuérdese que en Europa el "mayo amoroso" es el mes primaveral por excelencia.)

        Halt an! Wo lauffstu hin? Der Himmel ist in dir.

        Suchstu Gott anderswo, du fehlst Ihn für und für.

        [I 82: ¡Detente! ¿A dónde vas? El cielo está en tí.

        Si buscas a Dios en otra parte, lo perderás para siempre.]

Extraña que el agnóstico Borges se ocupara tan en detalle de este místico, pero, como se verá más abajo, no fue el único.

Antes de pasar al capítulo siguiente, reproduciré una anécdota.

En 1982 Borges recitó pasajes de Angelus Silesius durante su encuentro con el escritor Ernst Jünger en Alemania. Éste relata la escena en su diario (Siebzig Verweht, III), bajo la fecha 27 de octubre de 1982:

"Die Unterhaltung zwischen uns Fünften, die wir in der Bibliothek sassen, war polyglott; deutsche, spanische, französische und englische Sätze durchkreuzten sich. Borges rezitierte auf deutsch Angelus Silesius, auch altenglische Verse; dabei wurde seine Sprache deutlicher, als ob er auf seine Jugend zurückgriffe. Ich bedauerte, dass ich nicht spanisch gelernt hätte, um Cervantes und Quevedo im Urtext lesen zu koennen - natürlich auch Borges."

(Trad. CG: "La conversación entre los cinco que estábamos en la biblitoeca fue políglota; se entrecruzaron frases en alemán, español, francés e inglés. Borges recitó en alemán Angelus Silesius, también versos en antiguo inglés; al hacerlo, su manera de hablar se tornó más clara, como si recurriera a su juventud. Lamenté no haber aprendido español, para poder leer a Cervantes y a Quevedo en original – y a Borges, naturalmente.")

II

Daniel von Czepko

Como epígrafe de "Nueva refutación del tiempo" (Otras inquisiciones; texto conformado por pasajes de 1944 y 1946), Borges trae una cita de Daniel von Czepko. No se trata, como podría suponerse, de un autor inventado por Borges, sino de uno de los varios místicos alemanes de cuya obra Borges se ocupara en las décadas del 30 y del 40 (entre ellos, los aquí tratados Angelus Silesius y Meister Eckhart).

El epígrafe reza, en el rimado original alemán:

        Vor mir war keine Zeit, nach mir wird keine seyn.

                Mit mir gebiert sie sich, mit mir geht sie auch ein.

Traduzco el texto así, no sin despojarlo de la virtud mnemónica que posee el original gracias a la rima:

        Antes de mí no había tiempo, después de mí no habrá ninguno.

        Conmigo se genera, conmigo sucumbirá también.

Como fuente, Borges aduce un pasaje de "Sexcenta monodisticha sapientum, iii, ii. (1655) " – que es, en realidad, de III, 11.

(Aunque en el título original se lee Sapientum, algunos autores lo corrigen en Sapientium.)

En cuanto al autor, Daniel von Czepko o Daniel Czepko von Reigersfeld (1606-1660), era hijo de un sacerdote protestante. Visitó la escuela latina en Schweidnitz; estudió Medicina y Derecho. Estuvo expuesto al influjo de numerosos autores de tendencia mística: entre ellos el ya mencionado Meister Eckhart, pero también Tauler, Paracelso, Böhme y Tschech.

Las Sexcenta, escritas entre 1640 y 1647-1648, son breves poemas religiosos y filosóficos, a la manera de los de Angelus Silesius, a los cuales servirían de modelo (von Czepko y Silesius pertenecían al mismo grupo religioso de conversos.)

He aquí un ejemplo, entresacado de muchos posibles, que ilustra la inspiración de Silesius en Czepko (en el dístico del aquí comentado epígrafe), pero también cómo el alumno trasciende al maestro. Lo escojo del Cherubinischer Wandersmann I, 189:

        Der Mensch der macht die Zeit.

        Du selber machst die Zeit: das Uhrwerk sind die sinnen:

        Hemstu die Unruh nur / so ist die Zeit von hinnen.

Traduzco, inmelodiosamente:

        El hombre hace el tiempo.

        Tú mismo haces el tiempo: el reloj son los sentidos.

        Apenas atascas el desasosiego / desaparece el tiempo.

El "desasosiego" (en alemán, "Unruh") es aquí una instancia psicológico-metafísica, pero es también, prosaicamente, una parte del reloj (un pequeño resorte así llamado).

Aparte de la cita aludida al comienzo del capítulo, no encuentro otras señas del trato entre Borges y von Czepko.

III

Meister Eckhart

Para cerrar este breve ciclo de trabajos acerca de Borges y sus lecturas de los místicos alemanes, revelaré poco divulgados indicios de su trato con Meister Eckhart (Eckhart von Hochheim), un sacerdote de la orden de los dominicanos, que vivió entre 1260 y 1327. Predicó con gran éxito en toda Alemania; hacia el final de sus días, sin embargo, la iglesia católica le hizo un proceso, incriminando 28 de sus frases.

En una biblioteca de Buenos Aires se conserva el siguiente volumen, que perteneciera a Borges: Meister Eckharts deutsche Predigten und Traktate. Ausgewählt, übertragen und eingeleitet von Friedrich Schulze-Maizier. [Prédicas y tratados alemanes de Meister Eckhart. Seleccionados, traducidos y prologados por Friedrich Schulze-Maizier] Leipzig: Insel Verlag [1927, 1934] 1938 (Pan-Klub, Sig. 107/14).

Se trata de un libro de 449 páginas, que contiene algunas anotaciones de Borges en la última. Las notas comienzan con su firma y la fecha: "Jorge Luis Borges, 1939", y prosiguen:

"Ich lebe, um zu leben 183"

[Vivo para vivir]

Para mejor comprensión, cito el contexto original en el libro de Eckhart:

Wenn einer tausend Jahre lang das Leben fragte: "Warum lebst du?" – gäbe es ihm Antwort, es würde nur das Eine sagen: "Ich lebe, um zu leben." Das kommt daher, weil das Leben aus seinem eigenen Grunde lebt und aus seinem Eigenen quillt: darum lebe ich ohne Warum, eben weil es nur sich selber lebt. Fragte man einen wahrhaften Menschen, einen, der aus seinem eigenen Grunde wirkt: "Warum wirkst du deine Werke?" sollte er recht antworten, er würde nichts anderes sprechen, als: "Ich wirke, um zu wirken."

[Si uno preguntara mil años seguidos a la vida: ¿Porqué vives? – y ella respondiera, diría siempre lo mismo: "Vivo para vivir." Ello proviene de que la vida por sí misma vive y desborda de lo propio; por eso vivo sin porqué, precisamente porque ella se vive a sí misma. Si se le preguntara a una persona sincera, una que trabajara por sí misma: "¿Por qué haces tu trabajo?", y ésta respondiera correctamente, no diría otra cosa que: "Trabajo para trabajar."]

"Gott ist mir näher als ich mir selber bin – 192"

[Dios me está más cerca de lo que me estoy yo mismo]

En esta prédica que trata sobre el conocimiento divino, el contexto es el siguiente:

Ich bin dessen so gewiss, wie ich lebe, dass mir kein Ding so nahe ist wie Gott. Gott ist mir näher als ich mir selber bin, mein Wesen hängt daran, dass Gott mir nahe und gegenwärtig ist. Das ist er ebenso einem Stein und einem Holze, aber sie wissen es nicht.

[Estoy tan seguro como de que vivo de que ninguna cosa me está tan cerca como Dios. Dios me está más cerca de lo que me estoy yo mismo, mi ser depende de que Dios me esté cerca y presente. Él lo está igualmente de la piedra y de la madera, pero ellas no lo saben.]

"Denn Gott tut überhaupt nichts um irgendeiner Kreatur Willen – 295"

[Pues Dios no hace absolutamente nada por criatura alguna]

"In Gott sind alle Dinge Gott selber – 304"

[En Dios son todas las cosas Dios mismo]

"Gottheit und Gott – 334"

[Divinidad y Dios]"



Huelga mencionar que el agnóstico Borges no leyó estos libros como creyente, sino como autor: recibió de ellos inspiración para sus relatos y ensayos. (Lo mismo vale para el presente glosador.)

Apéndice

Gustav Theodor Fechner (o Kurd Lasswitz)

En su vertiginoso ensayo titulado "La biblioteca total", Borges menciona muchas personas, pueblos y hasta figuras de la literatura universal. En esta glosa, sólo me ocuparé de una de ellas.

El texto de Borges comienza con este párrafo:

        El capricho o imaginación o utopía de la Biblioteca Total incluye ciertos rasgos, que no es difícil confundir con virtudes. Maravilla, en primer lugar, el mucho tiempo que tardaron los hombres en pensar esa idea. Ciertos ejemplos que Aristóteles atribuye a Demócrito y a Leucipo la prefiguran con claridad, pero su tardío inventor es Gustav Theodor Fechner y su primer expositor es Kurd Lasswitz.

No me ocuparé aquí del calumniado Kurt o Kurd Laßwitz, Laszwitz o Lasswitz (el nombre aduce diversas grafías) – aunque bien lo merecería, visto que algunos "estudiosos" (por llamarlos de alguna manera no punible por la ley) de la obra de Borges lo consideran invención de éste.

(Alguno de esos desorientados scholars norteamericanos, que lo trata de "hipotético", ofrece, para irrealizarlo aún más, una falaz y poco imaginativa etimología del apellido; otro, esta vez vernáculo y menos inmisericordioso, lo traslada meramente al siglo XIV. Inolvidable es también la resoluta petulancia de una "investigadora" latinoamericana, que basaba su aserto acerca de la inexistencia de Lasswitz en que ningún libro suyo se hallaba en la biblioteca de su universidad...)

Lasswitz no sólo existió, como todos y cualwuiera de nosotros; fue además autor de numerosos libros, entre los cuales sobresalen Geschichte der Atomistik (Historia de la atomística. Hamburg, 1980); Religion und Naturwissenschaft (Religión y ciencia natural. Leipzig: Elischer, 1904); Seifenblasen. Moderne Märchen (Pompas de jabón. Cuentos [de hadas] modernos. Berlin: Emil Felber, 1928); la novela Auf zwei Planeten (En dos planetas. Berlin: Emil Felber, 1897; reeditada en 1930), y varios volúmenes de relatos, entre los cuales sobresale el titulado Traumkristalle (Cristales oníricos; 1902), que es el libro al cual Borges, menos fraudulento de lo que suponen muchos de sus lectores (o fraudulento en otros sentidos), alude en el pasaje arriba citado.

Pero mi atención de hoy se dirige al calumniable Gustav Theodor Fechner (1801-1887), un místico y farragoso alemán proveedor de fantasías seudocientíficas que inquietara la segunda mitad del impresionable siglo XIX.

De entre sus demasiado numerosas obras registro sólo las siguientes: Vergleichende Anatomie der Engel (Anatomía comparada de los ángeles, 1825, libro que pudo pasar aún por una broma); Das Büchlein vom Leben nach dem Tode (El librito de la vida después de la muerte, Dresden, 1836; Borges poseyó un ejemplar de este título, impreso en Leipzig, sin fecha, por la editorial Insel. El libro, que se conserva en un archivo de Buenos Aires, muestra huellas de lectura, y aduce en su última página la anotación: "Jorge Luis Borges, 1938, Adrogué"); Zend-Avesta, oder Über die Dinge des Himmels und des Jenseits. Vom Standpunkt der Naturbetrachtung (Zend-Avesta, o Sobre las cosas del cielo y del más allá. Desde el punto de vista de la observación de la naturaleza, Leipzig, 1851.

Borges y Bioy citan un pasaje del Zend-Avesta de Fechner en su Libro del cielo y el infierno, 21970, 91-92); Über die Seelenfrage (Sobre la cuestión del alma; Leipzig, 1861).

Una antología de sus escritos sobre la "Allbeseelung" (o sea la improbable compenetración y vivificación del Todo mediante el alma o el espíritu) apareció bajo el título Das unendliche Leben (La vida infinita; München: Mattes & Seitz, 1984), con un esforzado y demasiado comprensivo epílogo de Gert Mattenklott.

Vale la pena acotar que (07/91, 04/97)Macedonio Fernández menciona a Fechner en carta de mayo de 1948 a su hijo Adolfo de Obieta, quien le había remitido un libro innominado de Fechner desde USA (Obras Completas II, 229).

Se trataba, según he comprobado, gracias al entretanto fenecido Adolfo de Obieta, en la biblioteca póstuma de Macedonio, de Religion of a Scientist. Selections from Gustav Th. Fechner. Edited and translated by Walter Lowrie (Pantheon Books, 1948). El ejemplar conservado cobija una dedicatoria de Adolfo de Obieta a su padre: "Macedonio: La 'religión de un hombre de ciencia', mientras esperamos la 'religión de un metafísico' – Adolfo – Nueva York, abril 1948."

(Entre paréntesis, el arriba mencionado Lasswitz fue editor de un libro de Fechner: Nanna oder Über das Seelenleben der Pflanzen [Nanna o Sobre la vida espiritual de las plantas] Leipzig, 1848, reeditado numerosas veces.)

Así como la idea pseudo-científica de Fechner encuentra en Lasswitz su traductor a la literatura, el texto de Lasswitz es, a su vez, traducido por Borges primero en el arriba mencionado ensayo "La biblioteca total", y luego en su relato "La biblioteca de Babel", al cual le sirve de complejo entretelón.

Fuente : Letras Uruguay

           

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