"(...) En Buenos Aires, el estupor que me produjo su
olvido se repitió. Ante los once deleitables volúmenes de las obras de Emerson,
en el sótano de la librería inglesa de Mitchell, encontré, una tarde, a Patricio Gannon. "
Tomado de J. L. Borges,
"La otra muerte",
en El Aleph, (1949).
"(...) En lo que se refiere a libros [Borges] tenía una
naturaleza adquisitiva. Se sentaba en el suelo y empezaba a retirar libros de
los estantes más bajos. Los examinaba y los leía con la página casi tocándole
la nariz. ( Le vi hacer esto en casa de los Bioy, en la biblioteca pública en
donde era un modesto empleado y en Mackern`s y Mitchell`s, las librerías
inglesas, donde era conocido y se le permitía revolver todo lo que quisiera).
"
Tomado de Estela Canto,
Borges a contraluz,
Espasa Calpe,
Madrid, 1989, pág. 31.
La Librería Mitchell´s
Mitchell´s English Bookstore fue fundada en el año 1907 por
Edwuard Bellet Mitchell, nacido en Londres en 1867 y muerto en Buenos Aires el
17 de Julio de 1949. Primitivamente, la librería ocupó un local de la calle Cuyo,
hoy Sarmiento, al 600, de donde se mudó a Cangallo 580, finca lindera con Gath
y Chaves. El dueño de la casa, antes se había desempeñado como empleado en el
ferrocarril del Sur y luego como dependiente en las librerías de John Grant y
en la de Guillermo Bremer.
La buena suerte quiso que un día Mitchell fuera agraciado
con el premio mayor de la lotería y ese hecho feliz varió su destino,
decidiendo trabajar por cuenta propia. Hombre sobrio, disciplinado y de férrea
voluntad, pronto logró acreditarse en la profesión librera. Su casa habría de
conquistar gran reputación como el centro más completo y surtido en obras
clásicas y modernas de literatura en idioma inglés. El establecimiento
consolidó su prestigio con la incorporación al mismo de Miguel, Arturo y Juan
Regan, quienes actuaron, respectivamente, como gerente, empleado y contador de
la empresa. Poco después, formarían parte de la firma, quedando prácticamente
al frente de su giro comercial. Mitchell, a su vez, decide trasladarse a
Londres, en cuya ciudad permanece la mayor parte del año para atender mejor los
intereses de la librería y efectuar directa y personalmente las compras. De
este modo, lograba también la prioridad en el servicio puntual de las novedades
con destino a la casa de Buenos Aires.
Esta se hallaba instalada en un salón de grandes dimensiones
que era, al propio tiempo, un punto estratégico de reunión para la colectividad
británica, pues a lo largo de Cangallo se distribuían numerosos comercios de
esa nacionalidad, entre los que figuraban las librerías de Perkins, John Grant
y Robert Grant, estas últimas independientes entre sí, ya que sus propietarios,
no obstante la identidad de apellido, no tenían vinculación alguna de
parentesco. Mitchell´s English Bookstore, en sus primeros tiempos, explotaba,
además del ramo de la librería propiamente dicha, cuyo fondo estaba constituido
exclusivamente por material impreso en inglés, los renglones de papelería fina,
útiles de escritorio, fantasías y anexos. Bajo este último aspecto, conviene
señalar que fue la primera casa que tuvo la iniciativa de importar a Buenos
Aires las famosas plumas estilográficas de Londres –entonces se las llamaba
lapiceras-fuente-, a cuyos fines creó Mitchell un servicio especial de
reparaciones a cargo del hijo homónimo, el cual se había especializado en la
misma fábrica extranjera. La casa disponía, igualmente, de algunos artículos y
productos que, por entonces, gozaban de gran aceptación en el público. Entre
ellos, la tinta Stephen, las plumas Perry, la goma de pegar marca Gloy y un
sinfín de curiosidades presentadas a títulos de cosas originales, tales, por
ejemplo, el chewing gum o goma masticable, máquinas de afeitar, colonias,
jabones, cosméticos, etcétera.
Mitchell trajo al país los primeros libros de texto para la
enseñanza del idioma inglés y, simultáneamente, difundió en Londres y Buenos
Aires, una nutrida serie de tarjetas postales en colores que reproducían
escenas de costumbres, tipos, edificios y paisajes de la vieja capital del Río
de la Plata, todos ellos extraídos de láminas de los primeros pintores y
litógrafos argentinos.
La librería contó, por otra parte, con una amplia y
distinguida clientela porteña, aparte, naturalmente, de la de origen británico
y estadounidense, que consideró siempre a la casa como la preferida de la
ciudad. La frecuentaron, en distintos períodos, Joaquín V. González, el general
Julio A. Roca, lector asiduo de los clásicos ingleses, al igual que el hijo del
mismo nombre, Enrique Larreta, Mariano de Vedia y Mitre, Rafael Alberto Arrieta,
Fernando Pozzo, el general Agustín P. Justo, Victoria Ocampo, Jorge Luis Borges
y algunos ilustres visitantes extranjeros, de paso por Buenos Aires, como
Rabindranath Tagore, Franklin D. Roosevelt, etcétera.
El alma y el nervio impulsor de la librería era el gerente,
don Miguel Regan, un irlandés culto, afable con el público y comprensivo con el
personal de la casa, el cual veía en él una prenda de estímulo y garantía.
Entre 1916 y 1925 Mitchell’s acrecentó el fondo de su casa, incorporando al
mismo las existencias de las librerías de Guillermo Bremer y John Grant, ésta
muy próxima a su domicilio, en Cangallo 491. A Bremer le compró, inclusive, un
letrero luminoso muy original y llamativo que servía de señuelo y propaganda a
su comercio. Era una especie de farol de cristal que se hallaba suspendido al
frente o entrada de la calle Florida 333 –luego pasó a ocupar el mismo lugar en
la librería de Mitchell- y ostentaba la imagen de la bandera británica con sus
colores.
El recuerdo de Mitchell’s perdura, especialmente, por la
edición que hiciera de dos álbumes históricos de vistas y escenas de la antigua
ciudad de Buenos Aires. En 1910 encargó a Londres una reproducción fotográfica
de Recuerdos del Río de la Plata, de Carlos E. Pellegrini, aparecida por primera
vez en nuestra capital, por la Litografía de las Artes, en 1841. En 1944, por
los talleres gráficos de Sebastián de Amorrortu, de Buenos Aires, estampó una
edición facsimilar de dos mil ejemplares de Picturesque illustrations of Buenos
Ayres and Montevideo, 24 vistas tomadas por el marino inglés E. E. Vidal, sobre
la base del texto original hecho en Londres en 1820 por R. Ackermann.
En 1941 falleció Miguel Regan, el animador de la librería, y
más o menos por la misma fecha se retiró de la misma el fundador, don Eduardo
Mitchell. Estos hechos fueron el principio del fin. Después de una etapa
crítica, se constituyó una sociedad cooperativa con los antiguos empleados de
la casa. No obstante esos esfuerzos, las dificultades se multiplicaron y la
librería se declaró en estado de quiebra a mediados de 1955.
Tomado de Buonocore, Domingo;
Libreros, editores e impresores de Buenos Aires,
Bowker Editores, Buenos Aires, 1974
Fuente : Portal del
Libro
Tengo algunos libros viejos de misticismo que se vendieron en la librería en sus primeros años. Infernales.salta@gmail.com
ResponderEliminarTengo un libro adquirido en esta libreria de Cangallo 580 The Complete Plays of Ben Jonson vol 1 en muy buen estado con firmas y dedicatorias en ingles Poetry & The Drama Tapa dura ..original
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