Alejandro Frias
En su nuevo libro,
Federico Finchelstein profundiza en la interpretación que el austríaco y el
argentino hicieron del uso del mito que hizo Mussolini.
El paso previo al Holocausto podría, sin muchos remilgos,
ubicarse en el fascismo, y la puerta que una ideología abre a la otra es la que
el historiador Federico Finchelstein analiza de la mano de los escritos de
Sigmund Freud y Jorge Luis Borgesy la posición que estos adoptaron antes los
actos y los dichos de Il Duce.
En su nuevo libro, El mito del fascismo: de Freud a Borges
(Capital Intelectual), Finchelstein profundiza en la interpretación que el
austríaco y el argentino hicieron del uso de la estructura de lo mitológico de
parte de Mussolini, insistiendo en cómo ambos vieron en esta ideología un
regreso a la barbarie.
“Mientras que para Mussolini el fascismo era un signo del
futuro, para Freud era un símbolo del pasado”, sostiene Finchelstein, en tanto
que sobre la posición de Borges ante esta ideología señala que “la puesta en
acto fascista de la mitología se fundaba en el anhelo de ese ‘pasado remoto’ y,
como tal, ese pasado ‘es infinitamente plástico y agradable”.
La construcción de esa mitología es la que hace fuerte al
fascismo, y Finchelstein pone de manifiesto los ladrillos simbólicos que le
dieron cabida en la primera mitad del siglo XX, a través de Freud, en cuyo
pensamiento “hay una dimensión emancipadora, casi utópica, que incluye su
contexto nacional austríaco, pero también lo supera”, y Borges, quien, “como forma
de cuestionar los fundamentos de la mitología que provoca el fascismo, tomó
como foco las trayectorias recorridas por las víctimas”.
El mito del fascismo: de Freud a Borges no sólo contribuye a
entender las bases mitológicas del fascismo, sino que también puede ser una
herramienta para la comprensión de cualquier dictadura.
Fuente : mdz On Line
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