ISRAEL MARTÍNEZ LÓPEZ
A casi todos los argentinos les gusta el fútbol. Es un
deporte que practican desde chicos y se ha convertido casi en un dogma por cada
artista del balón que ha nacido en esa tierra.
Pero no sólo Argentina ha sido cuna de grandes futbolistas,
pues en el terreno de las letras se ha destacado desde principios de la
independencia pampera. Desde Esteban Echeverría, pasando por Ricardo Güiraldes,
llegando hasta Julio Cortázar o Ricardo Piglia. Pero en las letras argentinas
siempre va a sobresalir Jorge Luis Borges (1899-1986), quien no sólo es uno de
los iconos de las letras iberoamericanas, sino universales. Cada línea y verso
escrito por Borges es tema de conversación y de análisis.
Borges ha sido una de las mayores influencias en la
Literatura del Siglo XX y lo que se lleva del presente. Su ceguera es símbolo
poético como el de escritores como Homero o John Milton, quienes a pesar de no
tener vista consiguieron grandes obras. Además, cada una de sus declaraciones
son tomadas en cuenta y documentadas en libros. Sobre todo hay una que destaca
y que algunos intelectuales e “intelectuales” usan como bandera de odio hacia
el fútbol.
Se dice que en una conferencia de prensa dada en el debut de
la Selección de Argentina en el Mundial de 1978, Borges mencionó que “el fútbol
es popular porque la estupidez es popular”. Rodolfo Alfiano es quien conversa
con el poeta sobre el fútbol, en una entrevista publicada en La razón, mientras
se desarrollaba el Mundial Argentino. Ahí es donde Borges confiesa haber ido
sólo una vez a un partido de fútbol y con eso le bastaba. Fue un encuentro
entre Argentina y Uruguay que nunca supo el marcador final, pues junto a
Enrique Amorim se salió al finalizar la primera mitad. Para Borges se le hacía
inverosímil que el balompié tuviera tanta popularidad. Además, sentenciaba que
era un deporte agresivo, convencional, desagradable y comercial, estúpido y
ridículo. La frase de Borges es gracias a esa enajenación que crea en los
aficionados y el desborde de las pasiones. ¿Pero acaso la poesía no hace
desfallecer las pasiones del alma? Pero también habla sobre aquél sufrir por
algo en lo que los “hinchas” no participan directamente, como el espectador de
la tragedia griega que sufre con el Héroe.
Por otra parte, en el Mundial de 1978, Argentina por primera
vez alzó el título de Campeón del Mundo, de la mano del “Matador” Kempes y del
“Flaco” Menotti. Los medios locales ya hablaban de un jugador pequeño, llamado
el “Pelusa” que militaba en el Argentinos Juniors. El 20 de Octubre de 1976, a
la edad de 15 años, Diego Armando Maradona debutaba en la primera división de
Argentina. Para el 78 ya era una realidad el “Pibe de Oro” y se le exigía a
Menotti que lo convocara para el Mundial celebrado en Argentina. Sin embargo,
el “Flaco” no lo llevó por la edad y para cuidar al propio jugador. Diego jugó
con la juvenil albiceleste hasta 1979, en el Mundial Juvenil de Japón de ese
año, saliendo campeón del Mundo.
Diego Maradona es una de Leyendas más grandes que ha dado el
Fútbol Mundial. Se habla de todo lo que hizo fuera y dentro del terreno de
juego. Cada jugada que salía de sus pies y cada escándalo por sus excesos con
la cocaína ha sido documentado con muchísima pasión.
Maradona ha sido, por mucho, el mejor futbolista argentino
de todos los tiempos. Hasta tiene su propia iglesia en donde se profesa un
culto al “10”. Además, se recuerda por sus claroscuros en los Mundiales, desde
el primero, en España 82, cuando fue expulsado por una entrada brutal. Hasta
los insultos a los italianos en el Mundial del 90 y el dopaje que se le detectó
en 1994. Pero, sin duda, su más grande actuación fue cuando llevó a Argentina a
levantar el segundo título Mundial, en México 1986.
Víctima de cáncer hepático y enfisema pulmonar, el 14 de
junio de 1986, en Ginebra, Suiza, Jorge Luis Borges falleció después de una
terrible agonía. 8 días después, en la Ciudad de México, Diego Armando Maradona
convertía el Gol del Siglo en los cuartos de final del Mundial ante Inglaterra.
Después de una de las trampas más grandes de la Historia Mundialista, Maradona
hizo una autentica obra de arte. La cancha del Azteca fue el lienzo que utilizó
Diego para hacer la “gran corrida de todos los tiempos”. Un gol que se gestó en
los pies de “Diegol” desde atrás de media cancha. Se fue toda la orilla
izquierda del campo, hasta llegar al área quitándose al arquero creando un
grito de gol que hasta ahora se escucha. El cronista uruguayo, Víctor Hugo
Morales, tuvo la dicha de narrar e improvisar una prosa poética sobre aquel
gesto maradoniano. El gol lo hizo llorar y lo gritar: “¿Barrilete Cósmico, de
qué planeta viniste para dejar en el camino a tanto inglés? ¿Para que el país
sea un puño apretado gritando por Argentina?”.
Ver ese gol y escuchar el relato, debe ser lo mismo que
sentía el anciano Borges cuando, en la penumbra de sus ojos, sólo podía tocar
el lomo de los libros de la Biblioteca de Buenos Aires.
Probablemente en estas épocas, con todo el marketing que se
hace en torno al fútbol, le podríamos dar la razón a Borges. Pero él ya no vio
aquella obra magistral de Diego Armando Maradona, ese delirio poético que quizá
hubiera enmarcado en sus primeros versos a favor del fútbol. Aquella fantasía
que la zurda de Maradona hacía un laberinto que se bifurcaba para los ingleses.
Porque un estadio lleno es un Aleph, en donde Borges y Maradona se pueden ver.
Fuente : Enealarechica
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