Marcelo Pasetti
Hoy, 24 de agosto, se cumple el 112º aniversario del
nacimiento de Jorge Luis Borges, sin dudas, uno de los más grandes escritores
del mundo. Buena ocasión para recuperar aquella entrevista que tuve la enorme
fortuna de poder hacerle hace 27 años, cuando Borges vino a Mar del Plata y un
audaz pro-secretario de redacción del diario LA CAPITAL me dio la orden de ir a
hacerle algunas preguntas.
Sólo recuerdo que temblaba como un papel cuando lo tuve a
menos de un metro. Tenía yo 20 años y sabía del cambiante humor del genial
escritor. Sin embargo, Borges lo percibió y mágicamente se prestó a una
entrevista increíble, donde respondió una y cada una de las preguntas. Hoy, en
2011, me río cuando algunos escritores o periodistas se niegan a dar una
entrevista a un diario del interior, buscando excusas que a veces irritan.
¡Borges hablaba con todos! dan ganas de gritarles...
Comparto entonces en este blog aquella entrevista completa.
_ ¿Más o menos cuánto va a durar esto?
_ Diez minutos aproximadamente...
_ ¿Y cuántas preguntas serán?
_ Diez.
_ ¿Diez? Bueno. Está bien.
Eran poco más de las once de la mañana del 7 de setiembre de
1984 y las preguntas, sorpresivamente, comenzó a hacerlas él. Jorge Luis Borges
volvía a Mar del Plata para ofrecer esa noche una charla en el Teatro
Auditorium y en la casa de Susana López Merino -ex titular de Cultura de la
municipalidad- se disponía a conceder un reportaje a LA CAPITAL. El periodista
y el reportero gráfico Néstor Alfonso, esperaban ansiosos que se cristalizara
lo pactado. En los comienzos de esa primavera democrática que se vivía en la
Argentina, mientras se juzgaba a los militares tras el triunfo electoral de
Raúl Alfonsín y se hablaba ya del arbitraje por el conflicto con Chile por el
canal de Beagle, el escritor argentino se seguía caracterizando por sus
polémicas declaraciones y los periodistas podían llegar a vivir momentos
difíciles si el autor de "El Aleph" no tenía un buen día a la hora de
responder.
Aquella mañana Borges tuvo "compasión" por el joven
periodista y aceptó que aquellos diez minutos pactados para la charla se
multiplicaran por cuatro para ir de un tema a otro sin ningún tipo de reparos.
Pidió un té en medio de la charla, se rió con ganas en más de una oportunidad y
regaló un reportaje que muchos años después, revive tras haber sido encontrado
el casete -que soportó estoicamente mudanzas y "limpieza de papeles"
a las que se acostumbra a recomendar a los periodistas- en el interior de un
viejo bolso, entre recortes de diarios y agendas gastadas.
Al cumplirse hoy un nuevo aniversario del nacimiento del
genial escritor, se reproduce el reportaje íntegro ya que en aquella
oportunidad -edición de LA CAPITAL del 8 de setiembre de 1984, página 11- sólo
se editó un pequeño tramo.
"Cuando era joven yo trataba de ser desdichado. Quería
ser el príncipe Hamlet, o Byron o algún personaje de novela rusa del siglo XIX,
y en cambio ahora no. Ahora sé que no es necesario buscar la desdicha ya que la
desdicha lo encuentra a uno".
_ En primer lugar sería bueno conocer su opinión sobre la
situación que está viviendo el país.
_ Creo que estamos convaleciendo de una larga enfermedad,
luego de tantos años. Pero quizás logremos la salud. Tenemos que tener
esperanzas y no ser impacientes. Es casi una resurrección lo que se necesita y
sobre todo desde el punto de vista ético. Éticamente... Hay que enseñar esa
ciencia olvidada en este país. Pero creo que cada uno de nosotros le debe algo
a la Patria. Ustedes los jóvenes pueden hacer algo. Yo sólo puedo profesar ese
acto de fe. No puedo hacer ninguna otra cosa ya que políticamente no cuento, no
estoy afiliado a ningún partido, no conozco a los políticos...
_ ¿Este resurgir democrático puede producir algún tiempo de
cambio en la literatura argentina?
_ No, no creo que tenga nada que ver una cosa con la otra.
La literatura siempre es libre.
"Peronistas torpes y chambones"
"Cada texto mío, por casual que parezca, presupone
muchos borradores, ahora borradores mentales ya que he perdido la vista".
_ Usted dijo recientemente que tenía la convicción de que el
peronismo era un mal perdedor y que si era necesario se iba a aliar con los
militares para dar un golpe...
_ Espero haberme equivocado, pero siempre existe ese temor.
Sin embargo, los militares han logrado desacreditarse de un modo tan universal
y los peronistas felizmente están tan peleados entre ellos... Han hecho una
campaña tan torpe y esperemos que sigan siendo torpes. Torpes y chambones.
_ ¿Por qué torpes?
_ Porque hubieran podido ganar las elecciones. Mucha gente
estaba lista para votar por ellos, pero cuando volvieron a aturdir a todos con
"Perón, Perón, que grande sos / mi general, cuanto valés" se dieron
cuenta de que eran unos imbéciles. No pudieron ganar las elecciones por eso,
porque aturdieron a la gente con boberías. Y además todo el mundo sabía que
eligieron mal a los candidatos, a ese malevaje que todos conocemos.
_ ¿Qué piensa usted de de las Madres de Plaza de Mayo?
_ Creo que algunas son sinceras. No sé si todas los son,
pero yo he recibido en mi casa a personas que han llorado sinceramente. Ahora,
desde luego, habrá muchas que obedecen a fines políticos. Pero no importa. Con
que haya una sola madre sincera, una sola persona que haya perdido a un hijo
que no era un terrorista, está bien. Las apruebo desde luego.
_ ¿Y con respecto a la justicia militar que quieren imponer
por estas horas?
_ Esa justicia es un simulacro. Si yo fuera militar pediría
ser juzgado por civiles, ya que no sé si su honor queda limpio. Los militares
no han exigido hasta ahora jueces civiles y deberían haberlo hecho. No hay
ninguna razón para que una persona tenga jueces especiales. Un dentista no
tiene por qué ser juzgado por otros dentistas, un escritor por otros
escritores, un buzo por otros buzos, un militar por otros militares... Es
evidentemente absurdo.
"A mí no me gusta lo que escribo"
"Estamos continuamente recordando un pasado brevísimo y
un pasado doloroso con las dos dictaduras, la de Rosas y la otra de cuyo nombre
no quiero acordarme".
_ ¿Cuál cree que es el camino, la solución como para que
Argentina definitivamente salga adelante?
_ Soy el único argentino que no tiene una solución prevista.
Es una situación muy difícil. Y creo que sólo podemos ayudar mediante un acto
de fe. Pero creo también que si somos hombres éticos o si tratamos de ser
éticos terminaremos ayudando a salvar a la Patria y por ende al mundo. Pero no
tengo ninguna solución. Si me ofrecieran la suma del poder público como a mi
pariente Rosas, yo renunciaría inmediatamente. No entiendo de política.
Entiendo, quizás, algo de literatura, no estoy muy seguro tampoco...
_ ¿Así que usted no entiende de literatura...?
_ No. no estoy muy seguro. A mi personalmente no me gusta lo
que escribo. Yo me he resignado a lo que yo escribo. Pero eso no quiere decir
que yo lo apruebe. Cuando era joven quería ser Lugones, como toda la gente de
mi generación, y ahora he renunciado a esa misión y me he resignado a ser
Borges, algo menor desde luego, pero soy yo.
_ Otro tema del cual mucho se ha hablado es de la censura en
las manifestaciones artísticas. ¿Puede decirse que toda censura es repudiable?
_ Bueno, hay un caso en el cual fue útil. Cuando prohibieron
un filme absurdo que se llama "La intrusa". Pero fuera de ese caso
particular que me benefició a mi y a Christiansen, me parece absurda. Además,
cada uno debe juzgar lo que quiere ver o lo que no quiere ver. Ahora, en este
caso particular de "La intrusa", introdujeron elementos del todo
ajenos a mí. Por ejemplo la homosexualidad y el incesto. Además, ese filme está
lleno de gente nada friolenta, continuamente están desnudos y no se sabe por qué.
_ ¿Cuáles fueron las personas que forjaron el Borges de hoy?
¿De dónde toma ese ímpetu, esa fuerza para escribir?
_ Yo no sé si tengo fuerza para escribir. Yo corrijo mucho.
Cada texto mío, por casual que parezca, presupone muchos borradores, ahora
borradores mentales ya que he perdido la vista. Pero estoy continuamente
planeando y revisando y limando borradores mentales.
_ Usted escribió alguna vez que toda obra intelectual es
finalmente inútil...
_ Sí, pero no me queda otro destino que mi destino de
escritor. Aunque no me gusta lo que escribo. ¿Pero qué otra cosa puedo hacer
sino seguir escribiendo? Trato desde luego de olvidar el pasado, de mirar hacia
el porvenir, de pensar en mis próximos libros... Por lo pronto me he
comprometido a escribir cien prólogos, tarea que me obliga a seguir viviendo
algunos años más. Aunque he abusado ya de la longevidad. Hace pocos días cumplí
85 años y me avergoncé, desde luego. Mi madre cumplió 99 años y cuando cumplió
95 me dijo" caramba, se me fue la mano" ¡Estaba tan avergonzada! Sin
embargo murió a los 99 años con el temor de llegar a los 100, pero felizmente
para ella no llegó, porque murió unos meses antes.
_ ¿Por qué está usted avergonzado?
_ Porque me parece que es abusar del tiempo.
"¿Qué me costaba simular la felicidad?"
"Cuando mi madre murió sentí mucho remordimiento.
Remordimiento por no haber sido feliz. No por mí. Uno debe ser feliz, no por
uno mismo sino por las personas que lo quieren. ¿Qué me costaba simular la
felicidad? No, más bien yo la abrumaba con quejas y malhumores..."
_ En la poesía "Remordimiento" usted dice:
"he cometido el peor de los pecados que un hombre puede cometer. No he
sido feliz"...
_ Bueno, pero ese poema yo lo escribí a la semana de la
muerte de mi madre. Yo pensé que me hubiera sido más fácil ser más bueno con
ella. De modo que convendría que pensáramos en interlocutores mortales y que
conviene ser buenos con ellos. Pero siempre nos olvidamos de eso. Cuando mi
madre murió sentí mucho remordimiento. Remordimiento de no haber sido feliz. No
por mí. Uno debe ser feliz no por uno mismo sino por las personas que lo
quieren. ¿Qué me costaba simular la felicidad? No, más bien yo la abrumaba con
quejas y malhumores...
_ Y en cuanto a la felicidad ¿qué balance puede hacer de su
vida?
_ Increíblemente me siento más feliz ahora que cuando era
joven. Cuando era joven yo trataba de ser desdichado. Quería ser el príncipe
Hamlet o Byron o algún personaje de novela rusa del siglo XIX y en cambio ahora
no. Ahora sé que no es necesario buscar la desdicha ya que la desdicha lo
encuentra a uno. Pero uno puede lograr la serenidad que es quizás más
importante que la felicidad. He cumplido 85 años, soy ciego, pero me siento
fácilmente sereno. Cuando era joven no, me sentía muy inquieto. Pero es natural
porque un joven no sabe quién es, no conoce sus límites, cree que puede elegir
su destino y ahora el destino ya me ha elegido. Mi destino es ser un hombre de
letras. Un hombre de letras mediocre, pero un hombre de letras ¿y por qué no
aceptar ese destino que no es menos rico que otros? Yo sigo proyectando y
escribiendo y eventualmente publicando.
Entre el Martín Fierro y Facundo
"Creo que si hubiéramos elegido el Facundo como nuestro
libro y no el Martín Fierro, quizás nuestra historia hubiese sido otra. Otra y
sin dudas mejor".
_ Abusando de su amabilidad y a propósito de las críticas
que ha usted realizado al Martín Fierro en varios artículos me gustaría
saber...
_ No, yo no he criticado al Martín Fierro, he criticado el
hecho que se lo lea como una epopeya, que se crea que el Martín Fierro es un
ejemplo. Hernández quiso mostrar cómo la leva, el Ejército, convertían a los
paisanos y en el caso de Martín Fierro en desertores que se pasan al enemigo,
en asesinos, en borrachos... Lugones en el año 1915 dijo que el Martín Fierro
era una epopeya, que el personaje era ejemplar y quizás muchos males de nuestra
historia procedan de esa curiosa interpretación de Lugones. Creo que si
hubiéramos elegido el Facundo como nuestro libro, quizás nuestra historia
hubiese dio otra. Otra y sin dudas mejor.
_ ¿Por qué le gustan tanto las novelas policiales?
_ Me parece que la idea de un enigma que se resuelve
intelectualmente es una idea interesante. Además, creo que un género que fue
inventado por Poe y que fue cultivado por Dickens, por Chesterton y por tantos
otros no tiene por qué ser censurado.
_ ¿Y dónde nace ese amor por el mundo violento de este tipo
de obras?
_ Y--- quizás por el hecho de que mi vida sea todo lo
contrario. Sin embargo no sé: he sido contemporáneo de dos guerras atroces y
actualmente la violencia se multiplica. Antes había un asesinato por año o cada
dos años. Ahora todos los días hay crímenes atroces, de modo que la violencia
está creciendo. Desde luego me desagrada.
_ ¿Se puede contar en qué está trabajando en estos momentos?
_ Muchos trabajos. En primer término un libro Atlas que
publicará Editorial Sudamericana. Ese libro será de collage, de fotografías
tomadas por María Kodama y textos míos escritos en diversas partes del mundo.
Habrá textos del Japón, de Egipto, de Inglaterra, de Colombia, de Texas, de
Francia, de Sevilla... Y ese libro será un Atlas deliberadamente heterogéneo. Y
además de esoi, tengo en preparación un libro de cuentos fantásticos titulado
"La memoria de Shakespeare" y el tema me fue dado por un sueño, que
soñé hace muchos años en Michigan, Estados Unidos. Un sueño muy intrincado del
cual saqué, pude salvar una frase. La frase era" te vendo la memoria de
Shakespeare" y luego resolví que aquello de vender no estaba bien ya que
no soy comerciante, así que puse "te otorgo" no porque era demasiado
pomposo, "te daré la memoria de Shakespeare" y es la historia de un
profesor alemán devoto de Shakespeare, como tantos alemanes y a quien mediante
una operación mágica le dan la memoria personal de Shakespeare, la memoria que
él tuvo pocos días antes de su muerte en el año 1616. Y ese fue el punto de
partida del cuento.
_ ¿Ya lo terminó?
_ Ya está escrito. No voy a contárselo porque espero que
usted compre un ejemplar del libro. Además sería muy aburrido contar el cuento.
Quizás lo defraude. Bueno y luego hay un libro de poemas también. Creo que
serán publicados por Escalenas Editorial, en Madrid.
"De algún modo, todos somos europeos"
_ Sus libros tienen un éxito espectacular en Europa. ¿Por
qué cree que se produce este fenómeno?
_ Es lo que yo no sé. Estoy asombrado, atónito. Y sin
embargo esos libros han sido traducidos a muchos idiomas. Por ejemplo, fui
invitado por la Japan Foundation a Japón. Cuando llegué me revelaron que seis
libros míos habían sido traducidos al japonés, incluso uno que escribí con Alicia
Jurado sobre el budismo, tema que ellos conocen mucho mejor que nosotros. El
emperador tiene que ser budista y sintoísta y además si quiere puede ser
anglicano, luterano, mormón, en fin, católico o lo que quiera.
_ Debe haber sido especial ese recibimiento en Japón...
_ Desde luego. ¡Tengo un recuerdo tan grato del Japón! Y eso
que me he educado en Suiza. Por primera vez en mi vida estuve en un país del
todo civilizado. Usted puede dormir con la puerta abierta porque ladrones no
hay. Discusiones tampoco. Se entiende que el interlocutor tiene razón, siempre.
Al mismo tiempo, eso los hace un poco secretos y uno sabe qué piensan o qué
sienten realmente. Esa corrección viene a ser como una máscara.
_ Algunos lo acusan de extranjerizante. ¿Cuál es su reflexión
al respecto?
_ ¿Pero qué otra cosa podemos ser sino extranjerizantes en
América? Y al decir América pienso en Norteamérica y en Sudamérica también. Una
prueba de ello es que estamos conversando en castellano que es un ilustre
dialecto del latín y ciertamente no fue inventado por los pampas o los
quichuas. Y en EE.UU. el idioma es el inglés y tampoco son ingleses los
americanos. Creo que de algún modo todos somos europeos, pero europeos en el
destierro. Pero ese destierro puede ser feliz ya que a un europeo le es difícil
sentirse europeo porque le han enseñado que debe sentirse alemán o inglés o
noruego o irlandés o lo que sea. En cambio nosotros podemos recibir sin ningún
perjuicio toda la cultura occidental y lo que podamos de la cultura oriental también.
_ ¿Usted cree que se podrá llegar a lograr alguna vez la
integración latinoamericana?
_ Y no solamente la integración latinoamericana sino del
planeta entero. Usted es cosmopolita, es ciudadano del mundo. Sintámonos como
querían los estoicos ingleses. Sintámonos ciudadanos del mundo. Yo me siento
ciudadano del mundo.
"Estoy listo para recibir la muerte"
"A veces me siento un poco desdichado y pienso ¿pero
por qué me siento desdichado? No puede estar muy lejos la máxima aventura de la
vida: la muerte".
: ¿Le teme a la muerte?
_ No. A veces me siento un poco desdichado y pienso
"¿Pero por qué me siento desdichado"? No puede estar muy lejos la
máxima aventura de la vida: la muerte. Y eso espero, que la muerte me borre
totalmente, pero si me equivoco y no me borra, bueno, emprenderé otra vida que
no tiene porque ser menos interesante que ésta, menos grata que ésta. Yo estoy
listo para recibir la muerte, la anulación de la muerte, pero también una
plenitud de la muerte, una continuación de esa aventura que en suma, es una
aventura feliz.
_ ¿Cómo es un día en su vida?
_ Por la mañana suele venir gente a verme. Luego suelo
almorzar en casa y a la tarde trabajo, generalmente con María Kodama. Me
acuesto temprano. Espero estar a las diez y media durmiendo y como no puedo
leer, por razones obvias, y no puedo escribir tampoco ya que se me enciman las
letras, por lo que no puedo leer lo que escribo, estoy todo el día planeando
cuentos, sonetos, poemas en verso libre, ensayos, lo que fuere. De modo que
pueblo mi soledad con proyectos literarios. A mi edad, la muerte puede
esperarme en cada esquina. Pero me he comprometido a escribir increíblemente
cien prólogos, por lo que tengo que seguir viviendo algún tiempo para cumplir
con ese compromiso. Por ejemplo, hoy tengo que vivir hasta esta noche en que
voy a hablar ante ustedes, de modo que este día de vida me está asegurado.
_ Pero qué mejor que tener esos compromisos...
_ ¿Qué otra cosa? Pensar en el pasado es enfermizo y
entonces prefiero pensar en el porvenir, aunque en mi caso el porvenir, bah, en
el caso de todos, el porvenir es dudoso. Es mejor vivir hacia adelante. Uno de
los defectos de este país es que tenemos una de las más breves historias del
mundo. Nuestra historia cuenta apenas dos siglos y sin embargo cada día es un
aniversario, uno no puede caminar porque hay tantas estatuas (risas). Está
lleno de estatuas ecuestres, cada día es un aniversario y estamos continuamente
recordando un pasado brevísimo y un pasado doloroso con las dos dictaduras, la
de Rosas y la otra de cuyo nombre no quiero acordarme, y lo que ocurrió después
y quizás lo que esté ocurriendo ahora todavía. Pero en fin, tenemos que tratar
de convalecer de nuestro pasado.
_ Es un pasado oscuro ¿no?
_ Creo que si. Recuerdo una frase que dice que "la
historia es una serie de crónicas policiales". Y es verdad.
_ Cuando entré a esta casa para la entrevista alguien me
sugirió que no le preguntara nada sobre la juventud ¡Por qué?
_ Porque es demasiado abstracto. Soy incapaz del pensamiento
abstracto. Me ha gustado mucho leer libros de filosofía pero no sé si he
pensado algo por cuenta propia. Creo que no. He imaginado, he soñado, pero
pensar, razonar, es algo muy difícil para mí.
_ Muchas gracias por su tiempo y su amabilidad.
_ Muchas gracias a usted.
Fuente : Marcelo
Pasetti.blogspot
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ResponderEliminarNo conocía esta entrevista.
Se agradece