sábado, 22 de agosto de 2015

Mar del Plata 1984 : Aquella increíble entrevista con Jorge Luis Borges




Marcelo Pasetti

Hoy, 24 de agosto, se cumple el 112º aniversario del nacimiento de Jorge Luis Borges, sin dudas, uno de los más grandes escritores del mundo. Buena ocasión para recuperar aquella entrevista que tuve la enorme fortuna de poder hacerle hace 27 años, cuando Borges vino a Mar del Plata y un audaz pro-secretario de redacción del diario LA CAPITAL me dio la orden de ir a hacerle algunas preguntas.

Sólo recuerdo que temblaba como un papel cuando lo tuve a menos de un metro. Tenía yo 20 años y sabía del cambiante humor del genial escritor. Sin embargo, Borges lo percibió y mágicamente se prestó a una entrevista increíble, donde respondió una y cada una de las preguntas. Hoy, en 2011, me río cuando algunos escritores o periodistas se niegan a dar una entrevista a un diario del interior, buscando excusas que a veces irritan. ¡Borges hablaba con todos! dan ganas de gritarles...

Comparto entonces en este blog aquella entrevista completa.

_ ¿Más o menos cuánto va a durar esto?

_ Diez minutos aproximadamente...

_ ¿Y cuántas preguntas serán?

_ Diez.

_ ¿Diez? Bueno. Está bien.


Eran poco más de las once de la mañana del 7 de setiembre de 1984 y las preguntas, sorpresivamente, comenzó a hacerlas él. Jorge Luis Borges volvía a Mar del Plata para ofrecer esa noche una charla en el Teatro Auditorium y en la casa de Susana López Merino -ex titular de Cultura de la municipalidad- se disponía a conceder un reportaje a LA CAPITAL. El periodista y el reportero gráfico Néstor Alfonso, esperaban ansiosos que se cristalizara lo pactado. En los comienzos de esa primavera democrática que se vivía en la Argentina, mientras se juzgaba a los militares tras el triunfo electoral de Raúl Alfonsín y se hablaba ya del arbitraje por el conflicto con Chile por el canal de Beagle, el escritor argentino se seguía caracterizando por sus polémicas declaraciones y los periodistas podían llegar a vivir momentos difíciles si el autor de "El Aleph" no tenía un buen día a la hora de responder. 

Aquella mañana Borges tuvo "compasión" por el joven periodista y aceptó que aquellos diez minutos pactados para la charla se multiplicaran por cuatro para ir de un tema a otro sin ningún tipo de reparos. Pidió un té en medio de la charla, se rió con ganas en más de una oportunidad y regaló un reportaje que muchos años después, revive tras haber sido encontrado el casete -que soportó estoicamente mudanzas y "limpieza de papeles" a las que se acostumbra a recomendar a los periodistas- en el interior de un viejo bolso, entre recortes de diarios y agendas gastadas.

Al cumplirse hoy un nuevo aniversario del nacimiento del genial escritor, se reproduce el reportaje íntegro ya que en aquella oportunidad -edición de LA CAPITAL del 8 de setiembre de 1984, página 11- sólo se editó un pequeño tramo.

"Cuando era joven yo trataba de ser desdichado. Quería ser el príncipe Hamlet, o Byron o algún personaje de novela rusa del siglo XIX, y en cambio ahora no. Ahora sé que no es necesario buscar la desdicha ya que la desdicha lo encuentra a uno".


_ En primer lugar sería bueno conocer su opinión sobre la situación que está viviendo el país.

_ Creo que estamos convaleciendo de una larga enfermedad, luego de tantos años. Pero quizás logremos la salud. Tenemos que tener esperanzas y no ser impacientes. Es casi una resurrección lo que se necesita y sobre todo desde el punto de vista ético. Éticamente... Hay que enseñar esa ciencia olvidada en este país. Pero creo que cada uno de nosotros le debe algo a la Patria. Ustedes los jóvenes pueden hacer algo. Yo sólo puedo profesar ese acto de fe. No puedo hacer ninguna otra cosa ya que políticamente no cuento, no estoy afiliado a ningún partido, no conozco a los políticos...

_ ¿Este resurgir democrático puede producir algún tiempo de cambio en la literatura argentina?

_ No, no creo que tenga nada que ver una cosa con la otra. La literatura siempre es libre.


"Peronistas torpes y chambones"

"Cada texto mío, por casual que parezca, presupone muchos borradores, ahora borradores mentales ya que he perdido la vista".
  

_ Usted dijo recientemente que tenía la convicción de que el peronismo era un mal perdedor y que si era necesario se iba a aliar con los militares para dar un golpe...

_ Espero haberme equivocado, pero siempre existe ese temor. Sin embargo, los militares han logrado desacreditarse de un modo tan universal y los peronistas felizmente están tan peleados entre ellos... Han hecho una campaña tan torpe y esperemos que sigan siendo torpes. Torpes y chambones.

_ ¿Por qué torpes?

_ Porque hubieran podido ganar las elecciones. Mucha gente estaba lista para votar por ellos, pero cuando volvieron a aturdir a todos con "Perón, Perón, que grande sos / mi general, cuanto valés" se dieron cuenta de que eran unos imbéciles. No pudieron ganar las elecciones por eso, porque aturdieron a la gente con boberías. Y además todo el mundo sabía que eligieron mal a los candidatos, a ese malevaje que todos conocemos.

_ ¿Qué piensa usted de de las Madres de Plaza de Mayo?

_ Creo que algunas son sinceras. No sé si todas los son, pero yo he recibido en mi casa a personas que han llorado sinceramente. Ahora, desde luego, habrá muchas que obedecen a fines políticos. Pero no importa. Con que haya una sola madre sincera, una sola persona que haya perdido a un hijo que no era un terrorista, está bien. Las apruebo desde luego.

_ ¿Y con respecto a la justicia militar que quieren imponer por estas horas?

_ Esa justicia es un simulacro. Si yo fuera militar pediría ser juzgado por civiles, ya que no sé si su honor queda limpio. Los militares no han exigido hasta ahora jueces civiles y deberían haberlo hecho. No hay ninguna razón para que una persona tenga jueces especiales. Un dentista no tiene por qué ser juzgado por otros dentistas, un escritor por otros escritores, un buzo por otros buzos, un militar por otros militares... Es evidentemente absurdo.


"A mí no me gusta lo que escribo"

"Estamos continuamente recordando un pasado brevísimo y un pasado doloroso con las dos dictaduras, la de Rosas y la otra de cuyo nombre no quiero acordarme".


_ ¿Cuál cree que es el camino, la solución como para que Argentina definitivamente salga adelante?

_ Soy el único argentino que no tiene una solución prevista. Es una situación muy difícil. Y creo que sólo podemos ayudar mediante un acto de fe. Pero creo también que si somos hombres éticos o si tratamos de ser éticos terminaremos ayudando a salvar a la Patria y por ende al mundo. Pero no tengo ninguna solución. Si me ofrecieran la suma del poder público como a mi pariente Rosas, yo renunciaría inmediatamente. No entiendo de política. Entiendo, quizás, algo de literatura, no estoy muy seguro tampoco...

_ ¿Así que usted no entiende de literatura...?

_ No. no estoy muy seguro. A mi personalmente no me gusta lo que escribo. Yo me he resignado a lo que yo escribo. Pero eso no quiere decir que yo lo apruebe. Cuando era joven quería ser Lugones, como toda la gente de mi generación, y ahora he renunciado a esa misión y me he resignado a ser Borges, algo menor desde luego, pero soy yo.

_ Otro tema del cual mucho se ha hablado es de la censura en las manifestaciones artísticas. ¿Puede decirse que toda censura es repudiable?

_ Bueno, hay un caso en el cual fue útil. Cuando prohibieron un filme absurdo que se llama "La intrusa". Pero fuera de ese caso particular que me benefició a mi y a Christiansen, me parece absurda. Además, cada uno debe juzgar lo que quiere ver o lo que no quiere ver. Ahora, en este caso particular de "La intrusa", introdujeron elementos del todo ajenos a mí. Por ejemplo la homosexualidad y el incesto. Además, ese filme está lleno de gente nada friolenta, continuamente están desnudos y no se sabe por qué.

_ ¿Cuáles fueron las personas que forjaron el Borges de hoy? ¿De dónde toma ese ímpetu, esa fuerza para escribir?

_ Yo no sé si tengo fuerza para escribir. Yo corrijo mucho. Cada texto mío, por casual que parezca, presupone muchos borradores, ahora borradores mentales ya que he perdido la vista. Pero estoy continuamente planeando y revisando y limando borradores mentales.

_ Usted escribió alguna vez que toda obra intelectual es finalmente inútil...

_ Sí, pero no me queda otro destino que mi destino de escritor. Aunque no me gusta lo que escribo. ¿Pero qué otra cosa puedo hacer sino seguir escribiendo? Trato desde luego de olvidar el pasado, de mirar hacia el porvenir, de pensar en mis próximos libros... Por lo pronto me he comprometido a escribir cien prólogos, tarea que me obliga a seguir viviendo algunos años más. Aunque he abusado ya de la longevidad. Hace pocos días cumplí 85 años y me avergoncé, desde luego. Mi madre cumplió 99 años y cuando cumplió 95 me dijo" caramba, se me fue la mano" ¡Estaba tan avergonzada! Sin embargo murió a los 99 años con el temor de llegar a los 100, pero felizmente para ella no llegó, porque murió unos meses antes.

_ ¿Por qué está usted avergonzado?

_ Porque me parece que es abusar del tiempo.


"¿Qué me costaba simular la felicidad?"

"Cuando mi madre murió sentí mucho remordimiento. Remordimiento por no haber sido feliz. No por mí. Uno debe ser feliz, no por uno mismo sino por las personas que lo quieren. ¿Qué me costaba simular la felicidad? No, más bien yo la abrumaba con quejas y malhumores..."


_ En la poesía "Remordimiento" usted dice: "he cometido el peor de los pecados que un hombre puede cometer. No he sido feliz"...

_ Bueno, pero ese poema yo lo escribí a la semana de la muerte de mi madre. Yo pensé que me hubiera sido más fácil ser más bueno con ella. De modo que convendría que pensáramos en interlocutores mortales y que conviene ser buenos con ellos. Pero siempre nos olvidamos de eso. Cuando mi madre murió sentí mucho remordimiento. Remordimiento de no haber sido feliz. No por mí. Uno debe ser feliz no por uno mismo sino por las personas que lo quieren. ¿Qué me costaba simular la felicidad? No, más bien yo la abrumaba con quejas y malhumores...

_ Y en cuanto a la felicidad ¿qué balance puede hacer de su vida?

_ Increíblemente me siento más feliz ahora que cuando era joven. Cuando era joven yo trataba de ser desdichado. Quería ser el príncipe Hamlet o Byron o algún personaje de novela rusa del siglo XIX y en cambio ahora no. Ahora sé que no es necesario buscar la desdicha ya que la desdicha lo encuentra a uno. Pero uno puede lograr la serenidad que es quizás más importante que la felicidad. He cumplido 85 años, soy ciego, pero me siento fácilmente sereno. Cuando era joven no, me sentía muy inquieto. Pero es natural porque un joven no sabe quién es, no conoce sus límites, cree que puede elegir su destino y ahora el destino ya me ha elegido. Mi destino es ser un hombre de letras. Un hombre de letras mediocre, pero un hombre de letras ¿y por qué no aceptar ese destino que no es menos rico que otros? Yo sigo proyectando y escribiendo y eventualmente publicando.

Entre el Martín Fierro y Facundo

"Creo que si hubiéramos elegido el Facundo como nuestro libro y no el Martín Fierro, quizás nuestra historia hubiese sido otra. Otra y sin dudas mejor".


_ Abusando de su amabilidad y a propósito de las críticas que ha usted realizado al Martín Fierro en varios artículos me gustaría saber...

_ No, yo no he criticado al Martín Fierro, he criticado el hecho que se lo lea como una epopeya, que se crea que el Martín Fierro es un ejemplo. Hernández quiso mostrar cómo la leva, el Ejército, convertían a los paisanos y en el caso de Martín Fierro en desertores que se pasan al enemigo, en asesinos, en borrachos... Lugones en el año 1915 dijo que el Martín Fierro era una epopeya, que el personaje era ejemplar y quizás muchos males de nuestra historia procedan de esa curiosa interpretación de Lugones. Creo que si hubiéramos elegido el Facundo como nuestro libro, quizás nuestra historia hubiese dio otra. Otra y sin dudas mejor.

_ ¿Por qué le gustan tanto las novelas policiales?

_ Me parece que la idea de un enigma que se resuelve intelectualmente es una idea interesante. Además, creo que un género que fue inventado por Poe y que fue cultivado por Dickens, por Chesterton y por tantos otros no tiene por qué ser censurado.

_ ¿Y dónde nace ese amor por el mundo violento de este tipo de obras?

_ Y--- quizás por el hecho de que mi vida sea todo lo contrario. Sin embargo no sé: he sido contemporáneo de dos guerras atroces y actualmente la violencia se multiplica. Antes había un asesinato por año o cada dos años. Ahora todos los días hay crímenes atroces, de modo que la violencia está creciendo. Desde luego me desagrada.

_ ¿Se puede contar en qué está trabajando en estos momentos?

_ Muchos trabajos. En primer término un libro Atlas que publicará Editorial Sudamericana. Ese libro será de collage, de fotografías tomadas por María Kodama y textos míos escritos en diversas partes del mundo. Habrá textos del Japón, de Egipto, de Inglaterra, de Colombia, de Texas, de Francia, de Sevilla... Y ese libro será un Atlas deliberadamente heterogéneo. Y además de esoi, tengo en preparación un libro de cuentos fantásticos titulado "La memoria de Shakespeare" y el tema me fue dado por un sueño, que soñé hace muchos años en Michigan, Estados Unidos. Un sueño muy intrincado del cual saqué, pude salvar una frase. La frase era" te vendo la memoria de Shakespeare" y luego resolví que aquello de vender no estaba bien ya que no soy comerciante, así que puse "te otorgo" no porque era demasiado pomposo, "te daré la memoria de Shakespeare" y es la historia de un profesor alemán devoto de Shakespeare, como tantos alemanes y a quien mediante una operación mágica le dan la memoria personal de Shakespeare, la memoria que él tuvo pocos días antes de su muerte en el año 1616. Y ese fue el punto de partida del cuento.

_ ¿Ya lo terminó?

_ Ya está escrito. No voy a contárselo porque espero que usted compre un ejemplar del libro. Además sería muy aburrido contar el cuento. Quizás lo defraude. Bueno y luego hay un libro de poemas también. Creo que serán publicados por Escalenas Editorial, en Madrid.


"De algún modo, todos somos europeos"


_ Sus libros tienen un éxito espectacular en Europa. ¿Por qué cree que se produce este fenómeno?
_ Es lo que yo no sé. Estoy asombrado, atónito. Y sin embargo esos libros han sido traducidos a muchos idiomas. Por ejemplo, fui invitado por la Japan Foundation a Japón. Cuando llegué me revelaron que seis libros míos habían sido traducidos al japonés, incluso uno que escribí con Alicia Jurado sobre el budismo, tema que ellos conocen mucho mejor que nosotros. El emperador tiene que ser budista y sintoísta y además si quiere puede ser anglicano, luterano, mormón, en fin, católico o lo que quiera.

_ Debe haber sido especial ese recibimiento en Japón...

_ Desde luego. ¡Tengo un recuerdo tan grato del Japón! Y eso que me he educado en Suiza. Por primera vez en mi vida estuve en un país del todo civilizado. Usted puede dormir con la puerta abierta porque ladrones no hay. Discusiones tampoco. Se entiende que el interlocutor tiene razón, siempre. Al mismo tiempo, eso los hace un poco secretos y uno sabe qué piensan o qué sienten realmente. Esa corrección viene a ser como una máscara.

_ Algunos lo acusan de extranjerizante. ¿Cuál es su reflexión al respecto?

_ ¿Pero qué otra cosa podemos ser sino extranjerizantes en América? Y al decir América pienso en Norteamérica y en Sudamérica también. Una prueba de ello es que estamos conversando en castellano que es un ilustre dialecto del latín y ciertamente no fue inventado por los pampas o los quichuas. Y en EE.UU. el idioma es el inglés y tampoco son ingleses los americanos. Creo que de algún modo todos somos europeos, pero europeos en el destierro. Pero ese destierro puede ser feliz ya que a un europeo le es difícil sentirse europeo porque le han enseñado que debe sentirse alemán o inglés o noruego o irlandés o lo que sea. En cambio nosotros podemos recibir sin ningún perjuicio toda la cultura occidental y lo que podamos de la cultura oriental también.

_ ¿Usted cree que se podrá llegar a lograr alguna vez la integración latinoamericana?

_ Y no solamente la integración latinoamericana sino del planeta entero. Usted es cosmopolita, es ciudadano del mundo. Sintámonos como querían los estoicos ingleses. Sintámonos ciudadanos del mundo. Yo me siento ciudadano del mundo.


"Estoy listo para recibir la muerte"

"A veces me siento un poco desdichado y pienso ¿pero por qué me siento desdichado? No puede estar muy lejos la máxima aventura de la vida: la muerte".

: ¿Le teme a la muerte?

_ No. A veces me siento un poco desdichado y pienso "¿Pero por qué me siento desdichado"? No puede estar muy lejos la máxima aventura de la vida: la muerte. Y eso espero, que la muerte me borre totalmente, pero si me equivoco y no me borra, bueno, emprenderé otra vida que no tiene porque ser menos interesante que ésta, menos grata que ésta. Yo estoy listo para recibir la muerte, la anulación de la muerte, pero también una plenitud de la muerte, una continuación de esa aventura que en suma, es una aventura feliz.

_ ¿Cómo es un día en su vida?

_ Por la mañana suele venir gente a verme. Luego suelo almorzar en casa y a la tarde trabajo, generalmente con María Kodama. Me acuesto temprano. Espero estar a las diez y media durmiendo y como no puedo leer, por razones obvias, y no puedo escribir tampoco ya que se me enciman las letras, por lo que no puedo leer lo que escribo, estoy todo el día planeando cuentos, sonetos, poemas en verso libre, ensayos, lo que fuere. De modo que pueblo mi soledad con proyectos literarios. A mi edad, la muerte puede esperarme en cada esquina. Pero me he comprometido a escribir increíblemente cien prólogos, por lo que tengo que seguir viviendo algún tiempo para cumplir con ese compromiso. Por ejemplo, hoy tengo que vivir hasta esta noche en que voy a hablar ante ustedes, de modo que este día de vida me está asegurado.

_ Pero qué mejor que tener esos compromisos...

_ ¿Qué otra cosa? Pensar en el pasado es enfermizo y entonces prefiero pensar en el porvenir, aunque en mi caso el porvenir, bah, en el caso de todos, el porvenir es dudoso. Es mejor vivir hacia adelante. Uno de los defectos de este país es que tenemos una de las más breves historias del mundo. Nuestra historia cuenta apenas dos siglos y sin embargo cada día es un aniversario, uno no puede caminar porque hay tantas estatuas (risas). Está lleno de estatuas ecuestres, cada día es un aniversario y estamos continuamente recordando un pasado brevísimo y un pasado doloroso con las dos dictaduras, la de Rosas y la otra de cuyo nombre no quiero acordarme, y lo que ocurrió después y quizás lo que esté ocurriendo ahora todavía. Pero en fin, tenemos que tratar de convalecer de nuestro pasado.

_ Es un pasado oscuro ¿no?

_ Creo que si. Recuerdo una frase que dice que "la historia es una serie de crónicas policiales". Y es verdad.

_ Cuando entré a esta casa para la entrevista alguien me sugirió que no le preguntara nada sobre la juventud ¡Por qué?

_ Porque es demasiado abstracto. Soy incapaz del pensamiento abstracto. Me ha gustado mucho leer libros de filosofía pero no sé si he pensado algo por cuenta propia. Creo que no. He imaginado, he soñado, pero pensar, razonar, es algo muy difícil para mí.

_ Muchas gracias por su tiempo y su amabilidad.

_ Muchas gracias a usted.

 Fuente : Marcelo Pasetti.blogspot


1 comentario:

  1. El blog-fuente sólo admite lectores invitados.
    No conocía esta entrevista.
    Se agradece

    ResponderEliminar