domingo, 15 de mayo de 2022

El primer Doctorado de Borges

 

En este vídeo hablamos sobre la formación académica de Jorge Luis Borges, su primer Doctorado y su actitud ante el regreso de la democracia en Argentina.

 

Fuente:

Centro de Arte Moderno  - Madrid

https://www.youtube.com/user/ActosnuestrosCAM

 

https://www.facebook.com/www.centrodeartemoderno.net

 

You Tube

https://www.youtube.com/watch?v=ckcVxzQ-dTg

Exhiben en Rosario una muestra de manuscritos y primeras ediciones de Jorge Luis Borges


La Fundación Libertad presenta “Borges. Años de esplendor literario”, exposición que reúne obras inéditas, ensayos y manuscritos del autor de “Ficciones”

 

11 de mayo de 2022

Vargas Llosa estuvo en la inauguración de la muestra "Borges. Años de esplendor literario", organizada por la Fundación Libertad en Rosario

 

Vargas Llosa estuvo en la inauguración de la muestra "Borges. Años de esplendor literario", organizada por la Fundación Libertad en Rosario

 

En el marco del lanzamiento de la Cátedra Vargas Llosa, la Fundación Libertad, bajo la presidencia de Gerardo Bongiovanni, organiza en Rosario la muestra “Borges. Años de esplendor literario”, con primeras ediciones y manuscritos de Jorge Luis Borges escritos entre fines de la década de 1930 y principios de los años 50. La inauguración de la exhibición contó anteayer con la presencia del Premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa.

 

Entre los valiosos ejemplares reunidos hay primeras ediciones de libros como El jardín de senderos que se bifurcan, Ficciones y El Aleph. También, una colección de manuscritos de Borges y una serie de ensayos como “El último viaje de Ulises”, “Historia de las letras americanas” y “Antología clásica de la literatura argentina”.

 

Las obras permiten acercarnos a un mismo tiempo al Borges íntimo del trazo manual de la letra y al Borges trascendente de sus textos consagratorios. La muestra, que también cuenta con obras inéditas y manuscritos incunables, fue inaugurada el martes 10 en simultáneo con la reinauguración del Edificio Faro, sede de Fundación Libertad en Rosario.

 

Con varias obras de la Colección Roemmers-Vaccaro, la muestra cuenta con la producción general de la arquitecta Evangelina Nuño, la dirección literaria del doctor Alejandro Vaccaro y la curadoría, y dirección artística de Marisa Galvagni. El material audiovisual incluye fotos de los manuscritos de Fabián Trapanese, audios en formato podcast del doctor Garret Edwards y diseño gráfico de Rodrigo Quiroga.

 

Fuente: La Nación

https://www.lanacion.com.ar/cultura/exhiben-en-rosario-una-muestra-de-manuscritos-y-primeras-ediciones-de-jorge-luis-borges-nid11052022/

Borges, dos veces en Medellín

Elkin Restrepo

 

A propósito del libro Borges Personal, publicado por el Fondo Editorial UNAULA, el poeta Elkin Restrepo recuerda las dos visitas del célebre escritor argentino a la ciudad de Medellín.

 

1.

 

Dos veces visitó Borges a Medellín. La primera, a mediados de los años sesenta, cuando aún no era Borges y su nombre apenas circulaba entre las minorías ilustradas del continente, y la segunda, en l978, cuando –como él mismo lo expresaba– se había convertido en “una alucinación colectiva”. Entre uno y otro viaje, el nombre de Borges había sufrido un proceso completo: de ser un autor sólo para escritores, como lo afirmaban de manera despectiva aquéllos que no lo entendían, pasó a ser luego el escritor de la burguesía (que la izquierda cerril buscaba estigmatizar a como diera lugar), hasta convertirse, por último, en el más grande autor de la modernidad, reconocido incluso por aquellos que antes lo negaban.

 

A Medellín, por una rara suerte, le tocó tenerlo como huésped en los dos extremos de la parábola. En un comienzo, cuando sus libros apenas convocaban a unos pocos y, luego cuando, para escucharlo, había que abrirse campo a los codazos entre esa masa fanática y desesperada, que en la mañana del 78 copaba el auditorio de la Biblioteca Pública Piloto.

 

¿Por qué esta suerte o deferencia con un lugar que no aparece como una coordenada cultural en mapa alguno? Empecemos por la respuesta más sencilla: a Borges, como es sabido, le gustaba viajar; una forma de romper sus rutinas de persona confinada por la ceguera a hábitos de hierro, y Colombia le atraía por sentirse seguramente agradecido con su élite cultural que, como sucedió con la revista Mito y la Universidad de los Andes, había roto lanzas por su obra cuando su reconocimiento internacional era casi ninguno.

 

Quizás también, porque un autor nuestro, Rafael Gutiérrez Girardot, en el año 1959, adelantándose a todos, publicó un libro sobre él: Borges, un ensayo de interpretación. Además, ¿por qué no?, porque también de acá es J.G Cobo Borda, quien fue su amigo y escribe artículos, ensayos y libros casi a diario sobre él y posee una biblioteca especializada de más de 800 volúmenes sobre su obra. Esta gratitud, como si no le bastara, lo llevó luego a atribuirle al personaje del cuento Ulrike el ser profesor de la Universidad de los Andes y a nombrar a Colombia en alguno de sus preciosos poemas, privilegio compartido apenas con unos cuantos lugares de su amorosa cartografía personal.

 

Y es que en esto del agradecimiento, a diferencia de tantos de sus colegas que a nadie parecen deber nada, Borges era como en muchas otras cosas “un delicado”, como lo llamó Ciorán. La prueba está en las dedicatorias que hizo a amigas y amigos de sus cuentos y poemas, inmortalizándolos de paso, o introduciéndolos en sus hermosos relatos y haciéndolos partícipes de sus conjeturas y perplejidades metafísicas, como sucedió con Alfonso Reyes, Marta Mosquera, Néstor Ibarra, Emir Rodríguez Monegal, Macedonio Fernández, el pintor Xul Solar, Cansino Assens o Bioy Casares.

 

La otra razón sería la más obvia: porque simplemente lo invitaron, sólo que Borges, que nunca concurría a congresos de escritores y prefería las jornadas en solitario, no aceptaba ir a todas partes. Cuando fue a Cartagena, por ejemplo, tenía un motivo muy claro: allí, en la ciudad amurallada, imaginó Encuentro, el relato en el que Bolívar y San Martín deciden su papel en la suerte de América; además, porque andaba acompañado de María Kodama, la bella alumna que todavía no era su esposa, en lo que podría considerarse las vísperas de su himeneo.

 

Cualquiera haya sido la razón, bueno es recordar que la última vez,  al agradecerle la entrega que de las llaves de la ciudad le hacía el alcalde Jorge Valencia Jaramillo, Borges contó con aquella voz suya, quebrada por los años, cómo las llaves lo habían acompañado desde la infancia, pareciéndoles siempre un objeto misterioso. Y cómo, conmovido, se interrumpió de repente y cubriéndose el rostro con una mano, se sentó. Pasaron unos minutos en los que, tocados por aquel momento extraordinario, ninguno de los concurrentes se movió o se atrevió a decir algo. Por encima de que se tratara de un acto oficial o protocolario, asombrado como un niño, Borges inesperadamente le daba un sentido y significación única a aquel acto.

 

Y ese fue otro regalo que le dio a Medellín.

 

2.

 

En su segunda visita a la ciudad, a diferencia de la primera, una amplia concurrencia escuchó a Borges en el auditorio de la Biblioteca Pública Piloto. Entre una y otra visita habían transcurrido aproximadamente diez años, y de un autor apenas conocido entonces, ahora se hacía difícil creer que su sólo nombre despertara el delirio colectivo. Sus complejas invenciones, su bella e ingeniosa escritura, hasta su perpleja y a ratos burlona sabiduría, parecían estar al fin al alcance de todos.

 

Corría el año de l978 y Borges, quien llegaba acompañado de María Kodama, una alumna de la cual se había enamorado, como de tantas otras en el pasado, sin desbordar nunca los límites platónicos, era ya casi un anciano, y a la ceguera sumaba ahora dificultades al hablar, pues demoraba en dar con las palabras que necesitaba, dando la impresión de que éstas iban a un ritmo mucho más lento que su pensamiento.

 

A sus setenta y pico de años, Borges era ya una leyenda que pocos discutían, y aquella mañana privilegiada en lugar de una conferencia prefirió contestar a las preguntas de los asistentes, no siempre atinadas, que en su peculiar tono y sus “ehh” dubitativos al final de cada oración, quitaban toda fuerza afirmativa a lo dicho, lo que era ya una enseñanza.

 

Pronto, pues, y sin mayores esfuerzos, su presencia se impuso. Sin eludir la ironía o el giro ingenioso cuando fue necesario. Apoyado en su bastón y con los ojos velados puestos en lo alto, no cambió de posición durante las dos horas en que, sin muestras de cansancio, estuvo en el estrado. “No me llamen maestro, díganme Borges”, reiteraba una y otra vez.

 

A una pregunta de si el universo tenía sentido, respondió que lo ignoraba pero lo que él sí sabía era que su vida lo tenía. A otra, que cuando estamos jóvenes nos creemos genios pero que muy pronto, con los años, recobramos la sensatez. Y así.

 

Al final, como si lo sucedido fuera poco, firmó cientos de autógrafos a decenas de fanáticos aullantes; luego, apoyándose en el brazo del alcalde Jorge Valencia Jaramillo, su anfitrión, fue conducido por el pasillo a la oficina de la dirección. El público abandonó la sala y el lugar quedó a solas.

 

Cuando a mi vez, esperando reunirme con el grupo de invitados que iría a almorzar con él, me interné por el mismo pasillo, me sorprendió encontrármelo en una esquina del balcón que da al primer piso de la biblioteca, sentado, sólo, en actitud meditativa. Quizás quería un momento de reposo y pidió dejarlo a solas, y así, de repente, se me daba la fortuna de encontrármelo en la situación menos esperada, aquélla en que más era él. Pequeño, frágil, mortal, anhelante de estar consigo mismo, cumplido una vez más el papel de minotauro ciego e intimidante.

 

No el Borges que recorría los escenarios del mundo convertido en su propia representación, sino alguien que, cansado, aburrido de asistir a la misma escena, se apartaba, así fuera un momento, de la corriente de las cosas, para vivir aquél otro que le aseguraba un poco de soledad.

 

Fuente: Laterales

https://laterales.com/literatura/borges-dos-veces-medellin/

 

 

miércoles, 11 de mayo de 2022

1968 Jorge Luis Borges en su segunda visita al Chaco


 El destacado literato disertó el 26 de abril de 1968 en el salón de actos del diario "El Territorio".

 

Por: Roly Pérez Beveraggi

 

La conferencia era parte del Ciclo Cultural 1968, con el auspicio de Olivetti Argentina. Decía la crónica: "Una numerosa concurrencia, como pocas veces se ha visto en nuestra casa, siguió las palabras de Borges, que desarrolló el tema "La literatura fantástica" Con anterioridad, el escritor mantuvo un contacto con la prensa, oportunidad en que dirigió un mensaje a la juventud argentina".

 

Transformaciones

"Tenemos nosotros, por un lado, la literatura realista, que trata de asuntos comunes, y del otro, la literatura fantástica, cuyo límite sólo lo encontramos en las posibilidades de la imaginación. Pero los temas de la literatura fantástica no son ilimitados, como podría parecer. Son unos pocos, y yo tomaré algunos para ejemplificarlos.

 

"Uno de los más antiguos es el de la transformación; las metamorfosis del poeta Ovidio, por ejemplo. Nuestro lobizón, el tapiango, el werewrold, etc. Harto conocido es "Die Verwandiung", la metamorfosis, de Kafka. Menos conocido es el cuento "Lady in the Fox" (La dama en la zorra) del inglés David Gardner. Todo es trivial en esta narración, el lugar y los personajes. Ya Wells dijo que para convencer sólo debe haber un hecho excepcional. El señor Fox comprueba que su esposa se ha convertido en zorra, la reconoce por la mirada, todavía humana. Después de algunas alternativas, entre las que se cuenta la fuga de la zorra, su posterior encuentro en el gallinero masacrado, una nueva fuga, el señor Fox la halla en el campo rodeada por su cría, prueba de la convivencia marital con un zorro. El hombre regresa a su casa y organiza una cacería con perros. Estos dan caza a la zorra y la despedazan. Así termina el cuento.

 

"Wells tiene un relato en el cual el tema es también la transformación. Un estudiante —joven, honesto y sano— conoce a Mr. Elveshan, que lo nombrara heredero universal. Van a un bar y el estudiante cree notar —ya no está seguro, porque lo real y la alucinación se confunden— que el hombre vierte un líquido en su copa. Después el joven sufre la metamorfosis, se convierte en Mr. Elveshan y comprende que su alma fue trasladada a un cuerpo decrépito. Escribe su historia y se envenena. La idea de la transformación es una idea verdadera, como que los años nos van transformando a todos".

 

 

Sueño y realidad

"La confusión de lo onírico con lo real, del sueño con la vigilia, es otro de los temas fantásticos. Tomaré un cuento de "Las mil y una noches", la historia de un hombre que sueña una voz que le incita a que vaya a Isfaján, en Persia, pues si lo hace encontrará un tesoro. El hombre va. Una circunstancia lo lleva ante el juez de Isfaján y debe explicar las causas de su viaje. El juez, al oírlas, ríe. Él tuvo un sueño semejante: debía encontrar un tesoro oculto al pie de una higuera, detrás de un aljibe. El viajero comprende. Al regresar halla el tesoro bajo la higuera de su casa.

 

"Un místico chino del siglo V a.C., Chuang Tzu, soñó que era una mariposa y que al despertar no sabía si había soñado ser una mariposa o una mariposa que ahora soñaba ser un hombre. Hasta la mariposa está bien elegida en este cuento, porque concuerda con el carácter onírico de nuestra vida. Wells escribió "El hombre invisible". El protagonista es un estudiante de medicina que logra el líquido mágico, pero luego ve sus limitaciones. Debe salir a la calle desnudo, a pesar del frío, porque sus ropas no son invisibles: la calle lo aterra, deja sus huellas en la nieve, los autos no lo ven. Finalmente, se disfraza para ocultar que es invisible. Va a otro pueblo y cuenta a un amigo su situación. Deciden instaurar una época de terror. Asaltan. El comisario halla la solución al problema: los perros. Al final lo alcanzan y lo matan, y en el proceso de corrupción el cuerpo se hace visible.

 

El tiempo

"Los juegos con el tiempo son también otro tema de la literatura fantástica. "La máquina del Tiempo" fue escrita, también, por Wells. El personaje dice que hay una cuarta dimensión, que es el tiempo. Procura demostrarlo científicamente. Trae la máquina y hace una demostración a sus amigos. Envía la máquina al pasado y ésta desaparece. Los otros se van y el viajero del tiempo ("The time travaller") dice que viajó al futuro y que llegó a un jardín donde hay seres más pequeños y delicados que los actuales, que se llaman eloi. No trabajan y se alimentan de frutas. De noche baja a un pozo, a un mundo subterráneo, el mundo de los morlocks, que son los descendientes de los descendientes de los proletarios actuales, que de tanto trabajar en la oscuridad se han vuelto ciegos. El viajero del tiempo desaparece y el autor se pregunta si viajó a un remoto pasado o hacia un remoto porvenir.

 

"La máquina del tiempo sirvió de inspiración a Henry James para "El sentido del pasado", la historia de un joven norteamericano que va a Londres, a la casa de sus antepasados, y ve un cuadro inconcluso; el retrato lo sorprende porque es el suyo propio. Lee los volúmenes de la biblioteca y piensa que un esfuerzo mental lograría llevarlo al pasado. De repente se halla en el siglo XVII, con las ropas mismas del cuadro. Un artista hace su retrato y él le advierte que no podrá terminarlo. Lo sabe porque vio el cuadro en el siglo XX. Después entra al escritorio, se apagan los candelabros y se encuentra vestido, a la usanza del siglo XX".

 

 

Otras dimensiones

"Otro tema puede ser la presencia de seres sobrenaturales. Voy a referir una leyenda noruega. Habla de un rey cristiano y de su corte. Al palacio llega un vejo, una noche de invierno. El arpa, según la costumbre nórdica, pasa de mano en mano. Cuando llega al viejo, éste canta la historia del nacimiento del dios Odín. Cuando Odín nació, se presentaron dos hadas y le presagiaron grandes venturas. Llegó una tercera, que no había sido invitada, y sacó una vela. La encendió y dijo: "La vida de este niño durará lo que dure esta vela". Los padres de Odín apagan la vela para que el niño no muera. La gente que escucha se ríe, no cree en lo que dice la canción. El viejo saca una vela y la enciende: "Aquí tienen la prueba", dice, y se marcha. Cuando la vela se apaga, los hombres salen buscarlo y lo hallan muerto, junto a su caballo. El que refirió la historia era el propio Odín.

 

Tendríamos otros temas, el del doble, sugerido acaso por los espejos. "William Wilson", de Edgar Alan Poe, "El retrato de Dorian Gray", de Oscar Wilde: el de las acciones paralelas, el hecho de que algo ocurre en un lugar y está ocurriendo de otro modo, en otro lugar, por ejemplo esta leyenda irlandesa medieval: hay dos reyes cuyos ejércitos están combatiendo, enfrentados. Los reyes juegan al ajedrez. Uno dice al otro, al atardecer. "jaque mate" y en ese momento llega un mensajero y comunica que su ejército fue derrotado. La batalla habla sido librada en el tablero de ajedrez y no en el valle".

 

"¿En qué reside el encanto de los cuentos fantásticos? Creo, residen en el hecho de que no son invenciones arbitrarias, si no símbolos de nuestra vida, de lo inestable y misterioso de nuestra vida. Y pasamos a la filosofía, a sus hipótesis, tanto más extrañas que la literatura fantástica. La Idea platónica, la doctrina de Berkeley, según la cual toda nuestra vida es un sueño... Podemos preguntarnos, y no solo literariamente. ¿El Universo, nuestra vida, pertenece al género real o al género fantástico?

 

 

Mensaje a los chaqueños

"No sé qué puedo decirles. Pero creo haber notado aquí una voluntad de ser chaqueños o ser correntinos, y creo que es un error. Me parece que ocurre lo mismo que querría Marechal que ocurriera. Creo que no debemos esforzarnos en ser de una región país, porque ya lo somos. Creo que si un poeta chaqueño piensa que es chaqueño, eso puede, más bien, invalidar su trabajo, porque tendrá que ceñirse al preconcepto que él tiene de lo que es o debe ser un chaqueño. En cambio sí se olvida que es chaqueño y obra con espontaneidad, podría serlo de un modo más espontáneo y más pleno.

 

"Yo escribí "Fervor de Buenos Aíres". Allí yo quise hacer poesía de Buenos Aires. De ese libro dijeron que había fracasado y luego escribí un cuento: "La muerte y la brújula", en el cual yo usaba a Buenos Aires como un punto de partida para una especie de pesadilla y me dijeron que ahí estaba Buenos Aires mejor que en otros textos míos en que se mencionaban lugares, en que se acumulaba el color local, y pienso que debe suceder lo mismo con una región".

 

Fuente: Diario Norte – Chaco

https://www.diarionorte.com/217654-jorge-luis-borges-en-su-segunda-visita-al-chaco

 

Elsa Astete. La novia nuevejuliense de Borges


28 febrero 202 

 * Nacida en 9 de Julio, pertenecía a una familia de buena posición, en la sociedad nuevejulienses de principios del siglo XX.

* Su nombre se hizo conocido cuando, en 1967, contrajo matrimonio con el escritor Jorge Luis Borges.

* En 9 de Julio aún se conserva la casa donde vivió, hace casi un siglo, junto a sus padres.

 

El filósofo Spinoza acuñó una tesis muy conocida y difundida en occidente: “Omnis determinatio est negatio” (toda determinación es negación). Precisamente cada vez que, en un acto vital, se determina un camino, se elige entre una u otra opción, se están negando la posibilidad de otra. En otras palabras, si en la vida se elige tomar uno de dos caminos, la opción por uno quita la posibilidad del otro.

Es también cierto que, como lo afirmaba Franz von Baader, “toda determinación es posición” (“Omnis determinatio est positio”). Cada vez que alguien determina algo, se posiciona en su decisión.

 

 

Jorge Luis Borges y Elsa Astete Millán, su esposa nuevejuliense, su amor de juventud, supieron acerca de opciones, determinaciones y negaciones. Dos espíritus completamente distintos, pertenecientes a dos mundos diametralmente opuestos, fueron unidos cierta vez por el destino y, también el destino se ocupó de separarlos.

Esta no es una semblanza estrictamente biográfica. Más bien se refiere a la vida que unió a Elsa Astete Millán –nacida en esta ciudad- a la del más grandiosos de los escritores argentinos y quizá, el más notable de América Latina.

 

ELSA Y 9 DE JULIO

Elsa Helena Astete Millán, la primera esposa de Jorge Luis Borges, había nacido en 9 de Julio en 1910.

Pertenecía a una familia de influencia social en la vida, todavía pueblerina, de aquel 9 de Julio de principios del siglo XX. Su padre, el notario Pablo Emilio Astete (nacido en 1869), se habría establecido en este pueblo en el último decenio del siglo XIX. El 19 de febrero de 1898 se lo había nombrado adscrito al Registro de Contratos Públicos Nº 1 de 9 de Julio y, poco después, a comienzos de abril del mismo año, se le había designado escribano titular del mismo.

Vinculado al partido gobernante, en mayo de 1899, se le había otorgado el nombramiento de jefe del Registro Civil de 9 de Julio. En distintas ocasiones había integrado el Consejo Escolar local (1900-1901; 1902-1907; 1912-1917), como consejero y como presidente del cuerpo (1902; 1906-1907), hasta que una intervención federal en la Provincia había echado por tierra las aspiraciones políticas del partido gobernante.

Su madre, María Millán (nacida en 1882), pertenecía a una familia de raigambre social. Hija de Antonio Manuel Millán, uno de los primeros cronistas de 9 de Julio, redactor del periódico “La Reforma” y de “El Municipio” (fundado en 1889, para sostener la candidatura a Gobernador de la Provincia de Julio A. Costa).

El abuelo de Elsa se había destacado no solamente como periodista, también había integrado la comisión de varias instituciones de su tiempo, entre las que se destaca la Sociedad Española y había sido miembro del Consejo Escolar en diferentes ocasiones.

La familia Millán había vivido en la casa solariega de la calle Santa Fe entre Salta y Buenos Aires (hoy avenida San Martín), que aún sobrevive con algunas modificaciones.

Los padres de Elsa se casaron en la Parroquia de Santo Domingo de 9 de Julio el 31 de enero de 1903. Ella guardaba bellos recuerdos de su infancia en 9 de Julio, de hecho, ya casada con Borges, cuando se la entrevista, mencionaba con orgullo su lugar de nacimiento.

 

EN LA PLATA. EL NOVIAZGO CON BORGES

No se conoce con certeza el motivo que llevó a la madre de Elsa a fijar su domicilio en la ciudad de La Plata. A mediados de 1918, el escribano Astete había fallecido tempranamente, dejando a su esposa, todavía joven, al frente de una familia numerosa. Según el escritor Manuel Mujica Láinez, “eran siete las Astete”.

En La Plata, Elsa vivió en la esquina de Diagonal 8 esquina 4.

Según el historiador Alejandro Vaccaro, “Borges conoció a Elsa en la década de 1920, en realidad conoció a las hermanas Astete; una de ellas se casó con Néstor Ibarra, traductor de Borges al francés”.

“Borges iba a la ciudad de La Plata donde vivían las hermanas Astete y la madre de ellas tenía una pensión donde se alojaban algunos escritores: Pedro Henríquez Ureña entre otros. Ahí Borges trató con Francisco López Merino y también la conoció a Elsa y se enamoró”, comenta el biógrafo borgereano.

En una reportaje realizado a Elsa por Sara Tamayo de Gibelli, para la revista “Femirama”, que conoció a Borges a distancia de Henríquez Ureña, quien la había invitado junto a su hermana a tomar el té, en razón de que había llegado desde Buenos Aires un grupo de jóvenes escritores.

“Uno de esos escritores –recordaba Elsa- era Georgie (Borges), y digo predestina-damente porque yo no quería aceptar esa invitación. Sin duda tenía otro compromiso que no deseaba dejar, compromiso que podría tener cualquier nombre de varón, pero que me interesaba más que ese o esos muchachos cuyas caras y nombres desconocía”

“Recuerdo –proseguía- que llegué de mal humor, casi empujada, y tardé mucho en entrar al escritorio. Yo tenía desde chica (y desgraciadamente creo que la conservo) la mala costumbre de no hablar, de enmudecer totalmente, cuando algo o alguien me disgustaba. En ese momento no eran ellos, a quienes desconocía profundamente, sino el trastocamiento de esa tarde, de esas horas, así que pasé mucho tiempo sin hablar. Casi era un dibujo más en ese sillón en el que me había tirado. Georgie me miraba callado. Luego me confesó que estaba aterrorizado”.

“Yo era una jovencita vistosa en aquella época; él, un buen mozo lleno de bondad y talento. Y pasó esa, y llegaron otras muchas tardes encantadoras. No sé si realmente fuimos novios, pero sin decirnos nada, nosotros lo sentíamos así”, decía.

Elsa, en esa entrevista a “Femirama”, de finales de la década de 1960, cuando aún era esposa de Borges, reconoció que, esa primera relación de noviazgo, «tuvo muchos altibajos, muchas etapas, una de ellas, la última, fue larga”.

En esa época, Borges la visitaba los sábados en La Plata. A veces, ambos viajaban a Buenos Aires y frecuentaban las conocidas confiterías porteñas que existían en la década del ’30: “El Gas”, “La Ideal” y “París”.

Esa relación inicial entre Borges y Elsa no prosperó. Ella conoció a un militar, Ricardo Albarracín, de quien se enamoró y con quien contrajo matrimonio hacia 1937.

En cierta ocasión, la propia Elsa contó cómo Borges se enteró de su casamiento con Albarracín: “A los 15 días de haberme casado, Borges, que no sabía nada, seguía llamando a mi casa. Mamá no sabía que decirle y yo me desentendí del tema. Eso es problema suyo, le dije a mi madre.

Finalmente ella que era correctísima, le dijo: “Mire Borges, discúlpeme, pero me veo en la obligación de decirle algo: no llame más porque Elsita se casó”. La madre contó que en el otro lado de la línea se produjo un silencio y Borges dijo luego, antes de cortar: “Ah, caramba”.

Con su esposo, Elsa vivió en una casona de Tigre y en La Plata, tenían una casa quinta. De esa unión nació un hijo, Ricardo Cesar, con el tiempo miembro del Departamento Cultural de la Embajada en Madrid, fallecido a edad temprana.

 

LA UNION DE BORGES CON ELSA

Al parecer Borges sentía un amor muy fuerte hacia Elsa. Tanto así que, según unas cartas que recoge María Esther Vázquez en una aplastante biografía del escritor, en 1943 él intentó acercarse a ella nuevamente.

Habían tenido ocasión de verse y Borges le había enviado dos cartas breves pero muy apasionadas. Elsa seguía casada y, por consiguiente, la relación volvió a apagarse.

En 1963 Elsa Astete Millán enviudó. El destino quiso volver a acercarla a Borges y esta vez para convertirse en su esposa.

A través de Alicia Astete Millán, la hermana de Elsa, Borges consiguió reanudar el contacto.

En el año 1966 Borges comenzó a visitar a Elsa en su casa, de arquitectura muy particular, ubicada en la calle 7 entre 516 y 517, en  Ringuelet  (localidad ubicada a 2 kilómetros al noroeste del centro de la ciudad de La Plata). Ella había vuelto a La Plata, donde había decidido quedarse después de la muerte de su esposo. Borges la visitaba los jueves, para almorzar con ella.

En la casa de Ringuelet se conserva el banco de piedra color manteca donde solía sentarse Jorge Luis Borges con Elsa Astete a recordar viejos tiempos.

Una noche en el departamento de Borges, el escritor casi ciego, fue hasta la biblioteca y tomó un libro. Lo llevó delante de Elsa y le mostró una foto que estaba entre las páginas.

“Georgie -le dijo con sorpresa ella- es una foto mía”. Entró justo la madre de Borges y advirtió la situación. Y le dijo a su futura nuera:

-¿Querés que te diga una cosa? Cada noche de su vida, antes de acostarse, “miraba” tu foto.

Elsa se casó con Borges el 21 de septiembre de 1967 en la Iglesia de Nuestra Señora de las Victorias. Los casó monseñor Ernesto Segura, y fue la madre de Borges, Leonor Acevedo, quien actuó de madrina.

Poco antes, el 4 de agosto, Elsa y Borges se habían casado por civil.

 

EL MATRIMONIO DE BORGES CON ELSA, SEGÚN BIOY

En su voluminoso libro “Borges”, Adolfo Bioy Casares (1914-1999), el gran amigo del escritor, se refiere con palabras poco felices al matrimonio de Elsa:

“Pongo mi destino en manos de una desconocida”, dice Borges.

“No se parece a las que él nos tiene acostumbrados –confía doña Leonor Acevedo a Bioy-. Yo me quedo tranquila: creo que lo va a cuidar. Ya no es joven. Fue linda: ahora, ya la verás… Pero él no ve. Para él sigue siendo la de antes” (nota del 26 de abril de 1967).

“Vieja, -anota Bioy- de piel grisácea; en actitud de sierva enamorada, postrada de admiración ante el ídolo potencialmente díscolo […]; resuelta a rodear al hombre de cuidados domésticos y a persuadirlo de los encantos hogareños; proclive a tomar ofensa y a ofuscarse por celos; desconfiada; querendona, cariñosa y optimista; expresiva y dada al mohín”.

 

“PARA ESO SE CASO”

Epifanía Uveda de Robledo (Fanny), ama de llaves de Borges, recordaba la noche de bodas: “Se casaron por la Iglesia el día de la primavera y en realidad el clima estaba espléndido. Pero enseguida empezaron los problemas. Por la noche el señor Borges y la señora Elsa, después que se fueron los amigos que habían venido a saludarlos, tuvieron una pequeña discusión. La señora Leonor( madre de Borges),  a toda costa le insistió al señor Borges para que fuera a dormir al Hotel Dorá, con su mujer, y ella también por supuesto, pero él no quiso saber nada”.

“’Para eso se casó’ repetía doña Leonor. Pero él no quiso ir por nada del mundo, pese a la insistencia de la madre. La señora Leonor se vistió y acompañó a Elsa hasta la parada del autobús para que se fuera a su casa en la calle Talcahuano. Entonces esa noche la acomodé la cama y se acostó a dormir como siempre. A la mañana siguiente cuando lo desperté le pregunté, con un poco de picardía, cómo le había ido la noche de bodas. Me miró, se sonrió y me dijo: ‘Soñé toda la noche que iba colgado a un tranvía. Fíjese el sueño raro que tuve’, narra Fanny.

 

UNA COMPLEJA RELACION

Luego de su casamiento, Borges se mudó a vivir con Elsa en el departamento del octavo piso de la Avenida Belgrano Nº 1377 entre San José y Santiago del Estero.

En su entrevista con “Femirama”, Elsa, recordaba la llegada a ese departamento por primera vez, después de haber regresado de un viaje a los Estados Unidos: «cuando entramos en esa soñada y blanca y despoblada casa de la calle Belgrano, toda falta de muebles y llena de futuro, y nuestro, al fin estable hogar”.

En los años de matrimonio con Elsa Astete, Borges prosiguió su notable derrotero. Invitado por la Fundación Charles Eliot Norton, viaja a Estados Unidos para dictar un curso de poesía en la Universidad de Harvard. Da conferencias en otras universidades y lee sus poemas en varios centros culturales. En colaboración con Ester Zemboraín de Torres publica Introducción a la literatura norteamericana. Aparece, además, Para las seis cuerdas (serie de milongas al estilo popular). La revista hispánica Norte (Universidad de Leyden, Amsterdam) le dedica un número especial.

Asimismo, es designado en Boston Miembro Honorario Extranjero de la Academia de Artes y Ciencias de los Estados Unidos. El Embajador de Italia le entrega las insignias de la Orden del Mérito de la República Italiana y el grado de Gran Oficial. Asiste en Chile al Congreso de Intelectuales Antirracistas. Viaja a Europa y da conferencias en la Universidad de Jerusalén.

 

EL MATRIMONIO DE BORGES CON ELSA, SEGÚN ELSA

En la entrevista que Elsa mantuvo con “Femirama”, cuando aún estaba casada con el autor de “Los conjurados”, afirmaba: “La vida de Georgie, con sus compromisos, satisfacciones y problemas, no repercute en nuestra casa, sólo se vive, pero sin repercusiones”.

“Borges –decía Elsa-, el escritor, el prisionero de su laberinto, queda en la puerta de calle, junto al ascensor, cuando el otro Borges, mi marido, entra en la casa, con hambre y cansado, a veces reservado, a veces contento pero nunca enojado, y yo aguardo y recibo a ese Borges niño, que deja al llegar su bastón y su boina, tantas veces perdida, en una silla cualquiera, en la que luego descansa las calles mil veces recorridas y siempre renovadas. Ese Borges sencillo y género de perplejidades ante lo cotidiano, ante lo complejo de un hecho simple; el regresar siempre a esta mujer desconocida que le designó la vida y que ahora vive junto a él todos sus momentos. A Borges el escritor, búsquelo usted en la biblioteca de la calle México; aquí en nuestra casa, nunca o difícilmente podrá encontrar, salvo cuando trabajamos juntos, traduciendo a Whitman”.

En una entrevista publicada en 1993, Elsa admitió que no fue feliz junto a Borges: «Era introvertido, callado y poco cariñoso. Era etéreo, impredecible. No vivía en un mundo real».

«Yo lo despertaba a las 8 de la mañana. Ya estaba el baño preparado. Se bañaba durante una hora; después salía con olor a jabón, ¡qué rico! Se vestía. Tomaba su café con leche con pan y manteca, y se iba a la Biblioteca. Volvía a la 1. Almorzábamos. Se iba a dormir hasta las 4 y media. Tomaba un café con leche, no le gustaba el té, y se iba a la Biblioteca otra vez. Llegaba a las 8 de la noche. A esa hora, casi todos los días, íbamos a lo de Bioy Casares a cenar. Cuando volvíamos, Georgie se ponía su pijamita, y nos íbamos al living a leer hasta las 2 ó 2 y media de la madrugada», rememoraba.

 

“¿Y QUIEN ES ELSA?”

Según Alberto Manguel, para separarse de Elsa, “el 7 de julio de 1970 el traductor norteamericano de Borges, Norman Thomas Di Giovanni, lo recogió en un taxi en la Biblioteca Nacional (donde Borges tenía su despacho) y secretamente lo acompañó hasta el aeropuerto, en donde tomó un avión hasta Córdoba”. Luego, “Di Giovanni, un abogado y tres hombres de una empresa de mudanzas tocaron el timbre del apartamento de Elsa con una orden legal de llevarse los libros de Borges”.

Considera el historiador Jorge Camarasa que “la historia de Jorge Luis Borges y Elsa Astete Millán es todavía uno de los capítulos más desconocidos en la vida del escritor”.

Unos meses más tarde, mientras paseaba por Florida con su sobrino Miguel, Elsa Astete Millán se cruzó con el escritor y lo saludó. «¿Quién es?», preguntó Borges, definitivamente ciego. «Es Elsa, tío», respondió Miguel.

Y Borges volvió a preguntar: «¿Y quién es Elsa?»

 

PALABRAS FINALES

Después de la separación con Borges la vida de Elsa entró en el anonimato. Según Fanny Ubeda de Robledo, que la había visitado, Elsa había alcanzando a pasar los noventa años de edad y habría vivido sus últimos días en un hogar de abuelos.

Elsa falleció el 21 de octubre de 2001.

 

Bibliografía y fuentes de información consultadas:

 

– Crónica Vecinal de Nueve de Julio, por Buenaventura N. Vita.

– Album conmemorativo del 75º aniversario de la fundación de 9 de Julio (“El Orden”, 1938).

– Crónicas Malditas desde un México desolado, por Olga Wornat (editorial Grijalbo, 2005).

– Borges, por Adolfo Bioy Casares (editorial Destino, 2006).

– Borges. Esplendor y derrota, por María Esther Vázquez (Tusquets Editores, 1996).

– En bosque del espejo. Ensayos sobre las palabra y el mundo, por Alberto Manguel (editorial Norma, 2001).

– Fundación Internacional “Jorge Luis Borges”.

– Diario “El Día”, Revista del Domingo, 16 de junio de 2010.

– “Jorge Luis Borges. Sus amores”, publicado por el Grupo Ecuatoriano de Grupo de creación Literaria LA.KBZUHELA (http://lakbzuhela.blogspot.com/2009/01/jorge-luis-borges-sus-amores-estela.html).

– “Esa extraña mujer de Borges”, por Jorge Camarasa, artículo publicado en Diario “La Voz del Interior”, Córdoba, Domingo 30 de diciembre de 2007 (Suplemento “Temas”).

  “Los tres Borges de Elsa Borges”, por Sara Tamallo de Gibelli, publicado en la Revista “Femirama”.

 

Fuente: Diario El 9 de Julio

https://www.diarioel9dejulio.com.ar/noticia/137352