viernes, 2 de septiembre de 2011

Borges, maestro de las máscaras y la ficción verosímil: Gabriel Linares


Jorge Luis Borges es el maestro de las máscaras y de la ficción verosímil. En su literatura fue capaz de crear personajes, imponerles un nombre y luego renombrarlos y controlarlos. Esa idea priva en su poesía y su narrativa, a partir de “monólogos dramáticos” para retomar la tradición de la literatura inglesa. Así lo detalla el libro Un juego con espejos que se desplazan. Jorge Luis Borges y el monólogo dramático, publicado por Gabriel Linares, experto en la obra del autor argentino.

Editado por El Colegio de México (Colmex), este volumen es la primera exploración en la crítica literaria hispanoamericana, donde analiza las formas de representar “del otro”, a partir de cuarenta textos poéticos. En entrevista, Gabriel Linares señala que Borges volcó sobre su literatura las caretas de personajes como Ulises, Lucrecio, Macbeth, Caliban y Joseph Cartaphilus, entre otros, para demostrar que es posible escribir poesía y narrativa sin que el autor esté presente.

Para Linares, el cuento de El inmortal es una metáfora de la relación entre Borges y los monólogos dramáticos. En éste, asegura, el argentino narra la vida indefinida de un personaje que ha vivido todas las experiencias y se convierte en todos los hombres.

“Este cuento no es más que una metáfora del trabajo que hace Borges con los monólogos dramáticos, los cuales le permiten explorar otras identidades, así como la fragilidad y la naturaleza líquida de cualquier identidad”, tal como lo señala José Gorostiza en Muerte sin fin.

DISTANCIAS. Para el investigador y profesor de Literatura Inglesa de la UNAM, Borges decidió distanciarse de sí mismo para explorar su literatura, y aunque parece haber una gran presencia de él en sus cuentos y su poesía, sólo se trata de un juego y una pretensión como se puede revisar en el relato El otro Borges, donde el personaje se bifurca, sin dejar de ser una máscara.

Además, refiere que la relación de Borges con “el Golem” es compleja y enigmática. “Borges constantemente crea varios golem, pero no de tierra, sino de palabras. De algún modo Sherlock Holmes es golem de Arthur Conan Doyle, Alicia lo es de Lewis Carroll, el Quijote lo es de Cervantes. Sin embargo, llega un momento en que éstos cobran vida, se vuelve imposible matarlos.

“Los monólogos dramáticos de Borges son ejercicios de creación de golem, que se centran en su proceso de creación y destrucción porque no sólo le importa crear el personaje, sino mostrar cómo lo ha creado y cómo lo ha desarmado”.

Fuente : La Crónica de Hoy
Juan Carlos Talavera
2 de septiembre de 2011

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