domingo, 26 de agosto de 2012

24 de agosto – Día del Lector y nacimiento de Jorge Luis Borges


El 24 de agosto de 1899, nació en Buenos Aires uno de los escritores más destacados del habla hispana. Intelectual de vanguardia, Borges fue creador de un estilo literario que aún se recrea. Su obra incluye cuentos, ensayos y poesías. En reconocimiento de su trabajo, la fecha de su nacimiento fue declarada Día del Lector. La ley fue sancionada el 27 de junio de 2012 y promueve, además, la realización de actividades de divulgación de la lectura. En esta fecha, además de reconocerse la obra y trayectoria del autor de El Aleph, también se celebra la práctica de la lectura como tal, ya que la ley promulgada tiene como finalidad incentivar la lectura y la democracia a través de la realización de actos de divulgación de las letras y de reconocimiento a la obra y trayectoria de una de las figuras destacadas de la literatura nacional. Por su parte, en los fundamentos de dicha ley se recuerda un poema de Borges titulado ¨Un lector¨, en el que da cuenta de lo siguiente: ¨Que otros se jacten de las páginas que han escrito, a mí me enorgullecen las que he leído¨.

Texto Completo de la Ley 26754 

ARTICULO 1º — Instituir el día 24 de agosto de cada año como “Día del Lector”, en conmemoración y homenaje al día del natalicio del escritor argentino Jorge Luis Borges.

ARTICULO 2º — Encomendar al Poder Ejecutivo Nacional la realización en dicha fecha de actos de divulgación de la lectura y de reconocimiento a la obra y a la trayectoria de Borges, como figura insoslayable de la literatura nacional y universal.

ARTICULO 3º — Invitar a las provincias y a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires a adherir a la presente ley.

ARTICULO 4º — Comuníquese al Poder Ejecutivo Nacional.

DADA EN LA SALA DE SESIONES DEL CONGRESO ARGENTINO, EN BUENOS AIRES, EL DIA VEINTISIETE DE JUNIO DEL AÑO DOS MIL DOCE. — REGISTRADO BAJO EL Nº 26.754

— AMADO BOUDOU. — JULIAN A. DOMINGUEZ. — Juan H. Estrada. — Gervasio Bozzano.
Borges por él mismo - El laberinto
 
 
El pasado mítico en Borges y Cortázar
 


Jorge Luis Borges afirmaba que un día se encontró con Julio Cortázar en París, y que este le recordó que le había dado un cuento: “Él me dijo: ‘Yo le llevé a usted un manuscrito. Usted me dijo que volviera al cabo de una semana, y que usted me diría lo que pensaba del manuscrito’. Yo dirigía entonces una revista, Los Anales de Buenos Aires (una revista ahora indebidamente olvidada), que pertenecía a la señora Sara de Ortiz Basualdo, y él me llevó un cuento, Casa tomada; al cabo de una semana volvió. Me pidió mi opinión, y yo le dije: ‘En lugar de darle mi opinión, voy a decirle dos cosas: una, que el cuento está en la imprenta, y dentro de unos días tendremos las pruebas; y otra, que ya le he encargado las ilustraciones a mi hermana Norah’. Pero, en esa ocasión, en París, Cortázar me dijo: ‘Lo que yo quería recordarle también es que ese fue el primer texto que yo publiqué en mi patria cuando nadie me conocía’. Y yo me sentí muy orgulloso de haber sido el primero que publicó un texto de Julio Cortázar (…) Bueno, como le decía, nos vimos creo que dos o tres veces en la vida, y, desde entonces, él está en París, yo estoy en Buenos Aires; creo que profesamos credos políticos bastante distintos: pero pienso que, al fin y al cabo, las opiniones son lo más superficial que hay en alguien; y además a mí los cuentos fantásticos de Cortázar me gustan”. Con esta exhaustiva descripción, Borges presenta, apoya y prestigia la “entrada” en la literatura argentina de Julio Cortázar. Más adelante, el cuento Casa tomada fue leído como una alegoría antiperonista.

Los anales de Buenos Aires

Más allá de las diferencias ideológicas que a lo largo de los años tuvieron ambos escritores, indudablemente a Borges y a Cortázar los une la dedicación a la escritura de cuentos fantásticos, en la que ambos se destacaron.




Los dos escritores han abordado diferentes géneros y ejes temáticos a lo largo de su recorrido. En la literatura de Borges hay una serie de inquietudes metafísicas que aparecen en sus poemas y en la narrativa: el laberinto, el espejo, el tigre, el doble, los sueños, el infinito y el tiempo cíclico. Cortázar, en cambio, presenta ciertos ejes temáticos que pueden resumirse en el mundo del boxeo, el jazz, la ciudad de París, la infancia, lo fantasmagórico, la defensa de los derechos humanos.  

El “hilo” que los une

La fascinación que ambos tuvieron hacia la mitología griega y romana podemos compararla al enamoramiento de Ariadna, hija de Minos y Pasífae, de Teseo. Este, para permitirle encontrar el camino en el Laberinto, la prisión del Minotauro, le dio un ovillo, cuyo hilo Ariadna fue devanando y sirvió para indicarle el camino de regreso. Tanto Borges como Cortázar se enamoraron del mundo clásico. Las derivas de ese entusiasmo los unen como un hilo, y pueden leerse las huellas de esas lecturas en varios de sus escritos. Como bien se señala en el artículo monográfico de la Revista Sudestada , en el año 1949 los dos escritores argentinos publicaron relatos que reelaboran el mito griego del Minotauro y el Laberinto. Se trata del cuento La casa de Asterión, de Borges, y del poema Los reyes, de Cortázar. Ambos respetaban la historia original y eligieron al monstruo como personaje central, pero a la vez incluyeron variaciones. Julio Cortázar, en su juventud, se acercó a la antigüedad clásica, y tuvo un interés particular por la mitología; siempre fue alentado por el saber de Arturo Marasso. La curiosidad por el mundo helénico puede leerse en el estudio que hizo sobre la obra de John Keats (a quien le dedica varios escritos que luego se reúnen en un volumen póstumo). Luego escribió textos en los que muestra las posibilidades de transformación y adaptación del mundo antiguo a otros espacios y tiempos. Mediante esas reescrituras, Julio Cortázar trató de entender el presente que le tocó vivir.  

Los Reyes

 

La primera incursión fue, como dijimos, con el poema dramático en cinco escenas Los reyes (1949), en el que se recrea el mito del Minotauro. El escritor invierte el mito clásico, lo lee al revés. Para Cortázar, el Minotauro es el poeta, el hombre libre, diferente de la sociedad que el sistema encierra y aísla inmediatamente. Mucho tiempo después, en 1983, reconocerá que en ese poema estaba “el móvil” de todo lo que escribió después, el sentimiento de libertad creadora que caracteriza su escritura. Minotauro En ese texto convergen varios intereses del autor: la materia griega, algo de la inocencia de Rimbaud, y del surrealismo que Cortázar conocía muy bien. También, en los poemas, el escritor vuelve una y otra vez al mundo helénico Grecia 59, Menelao mira hacia las torres, Voz de Dafne, Anacreonte, Los dióscuros, donde retoma el mito de Cástor y Pólux, hijos de Leda, y Las ruinas de Cnossos, escrito hacia 1951, entre otros. Grecia continúa presente en el mito de Acteón en Prosa del observatorio, para representar la condición humana y da lugar a varios de sus cuentos: Circe, Las ménades, El ídolo de las Cícladas, La isla a mediodía y Silvia, personaje inspirado en Cynthia de Endimión, identificado con la Luna. En todos los textos que apelan al mundo griego, Cortázar tiene en cuenta la proximidad a la tierra, a las comunicaciones oscuras, al lado primitivo de las cosas y recuerdos. Esta base sedimenta la producción fantástica posterior.  

Laberinto Borges

Borges, que ya en 1949 era un escritor prestigioso, conoce muy bien el mundo antiguo y lo reelabora en varios de sus textos, con distintos formatos. Poemas, cuentos, prosa son los espacios discursivos en los cuales el escritor despliega su asombrosa biblioteca clásica, que va desde la reelaboración de figuras míticas como Edipo, Jano, Jasón, Prometeo, Ulises, pasando por Heráclito, el Homero de la Odisea y el tema del laberinto. Uno de los textos en los cuales el autor reelabora el laberinto como metáfora de la existencia es Laberinto. Pero también hay otro poema denominado El laberinto donde aparece el tema del “otro” Borges. También es imprescindible leer los famosos versos de Edipo y el enigma, Heráclito, Poema del cuarto elemento, Otro poema de los dones –en El otro, el mismo–; Arte poética –en El hacedor–, El mar, en El oro de los tigres, el cuento “La casa de Asterión” en El Aleph, en el que recrea el mito del Minotauro pero, a diferencia del poema de Cortázar, se narra el monólogo de Asterión, un ser que vive en una casa a la que considera infinita y en la soledad de ese laberinto espera que lo liberen de su condición monstruosa. Sabemos que Penélope, esposa de Ulises, esperó a su marido durante veinte años mientras él se hallaba en la guerra de Troya… La leyenda y la literatura clásica nos exigen que no “esperemos” para leer, buscar, descubrir. Incorporar la lectura de los mitos y leyendas clásicas en el aula, investigar y escribir sobre ellas podría ser un aprendizaje cotidiano.

Fuente : Educar - 23/08/2012
Alejandra Torres
http://www.educ.ar/recursos/ver?rec_id=110742
Minotauro de Borges y Cortázar



Nota escrita y narrada por José Gordon y realizada por Rodrigo Adalberto Sánchez González para el programa Revista de la Universidad de TV UNAM en 2007

Fuente : You Tube
http://www.youtube.com/watch?v=YiF7yF81QxU

viernes, 17 de agosto de 2012


1978 - Borges en Tucumán

El gallo tucumano que persiguió a Borges en sus sueños


Borges junto a la profesora Nilda Flawiá y el escritor Ezequiel de Olaso en San Javier. Su última visita a la provincia fue en 1978, invitado por la UNT, que lo distinguió con el Doctorado Honoris Causa.


 "Tucumán me ha asombrado y me llenó de honores. Me voy el miércoles, pero quizá todo tenga el sabor de una despedida, porque ¿quien podría asegurar que volveré?". De esta manera Jorge Luis Borges se despidió de Tucumán el 9 de mayo de 1978. Y, tal como lo había intuido en aquella oportunidad, nunca más volvió. Había sido invitado por la Universidad Nacional de Tucumán para un homenaje en el que se lo nombró doctor honoris causa.
Durante tres días Borges paseó por el centro, tomó una gaseosa en San Javier y disertó sobre su obra. "Ustedes háganme decir lo que quieran. Puedo decir hasta que me gusta el fútbol si quieren", le dijo socarronamente al periodista de LA GACETA que lo entrevistó.
Durante la charla, el autor de "Ficciones" comentó que visitó en otras dos oportunidades la provincia (una vez lo hizo junto a su madre) y recordó una anécdota insólita. Dijo que de Tucumán recordaba cierto reloj que tenía un gallo en su parte superior y servía de promoción para una vieja relojería de la calle Maipú al 400. "Era monstruoso. Tanto, que esa noche tuve sueños y alucinaciones, como todavía los tengo a menudo. Tucumán es, en cierto sentido, causa de mis pesadillas porque sigo soñando que ese atroz reloj está vivo", le confesó al cronista.

Una calamidad

El escritor había visitado la provincia en plena efervescencia del Mundial de Fútbol de 1978. Y justamente sobre este deporte se refirió en la extensa entrevista. "El mundial me parece una calamidad. En Buenos Aires ya han triplicado el costo de los productos para poder saquear a los turistas. Y claro, después esos precios no van a volver a bajar. La inflación es ingobernable", sentenció.
Cuando se le preguntó si alguna vez había visto un partido de fútbol, contestó con ironía: "una sola vez. Vi medio partido porque me aburrió mucho. Creo que son mucho mejores las riñas de gallo; ideales para un miope como yo. Pero, imagínese, no son negocio porque... ¿cuántos espectadores puede llevar una riña? No más de 100".

El escritor

Por supuesto que, en esa última visita a Tucumán, Borges también reflexionó sobre la función del escritor. "El escritor es necesario. Yo escribo porque necesito expresarme, aunque nunca pensé en los lectores. Fíjese que de mi primer libro, sólo publiqué 300 ejemplares que regalé entre mis amigos. Alfonso Reyes me dijo una vez que uno publica libros para no pasarse la vida corrigiéndolos. Asi que no creo que la publicación sea necesaria para escribir", dijo.
En esa misma charla, también habló de la fama y dijo tajantemente que le molesta. "Hace un rato estuve en eso de firmar libros... No sé... Es tan triste eso de la promoción. El año pasado estuve en París y, en La Sorbona, me molestaban todo el tiempo a preguntas. Después, cuando estuve en Suiza y en Grecia, tuve la buena idea de no acercarme a ninguna embajada argentina, para no hacer saber a nadie que había ido. Y así me salvé del acecho: no salió ningún titular diciendo que ahí estaba Borges, el escritor sudamericano", manifestó.
Durante su última visita a Tucumán (las otras dos fueron en mayo de 1950 y en junio de 1969) paseó por San Javier donde tomó una gaseosa en la hostería y conversó sobre literatura. Con una profesora repasó en griego antiguo algunos versos de "La Ilíada". Fue ese el momento en que comentó algo asombroso: "creo que el boxeo es un lindo deporte. Me hubiera gustado practicarlo en mi juventud". Y lo relacionó con el tema de la valentía en sus historias de compadritos y cuchilleros. Y agregó: "me siento muy bien en Tucumán. En las provincias el castellano que se habla es más suave que en Buenos Aires".

Fuente : La Gaceta – Tucuman
Miércoles, 28 de Marzo de 2012

martes, 14 de agosto de 2012


 “Borges hizo de Adrogué un lugar de meditación”


 El Director de la Biblioteca Nacional, Horacio González, inauguró en la Casa de la Cultura la muestra  “Jorge Luis Borges. Un itinerario en libros”, una investigación con material  inédito que refleja el paso del escritor por Almirante Brown  y su relación con los libros.

La Secretaria de Educación y Cultura del Gobierno Municipal de Almirante Brown, inauguró oficialmente la muestra perteneciente a la Biblioteca Nacional, con la presencia de su director Horacio González y de autoridades nacionales y municipales entre como la senadora provincial Patricia Segovia, el secretario de Educación y Cultura Jorge Herrero Pons y el subsecretario de Cultura Alfredo Mota.

“Después de un viaje por la Av. Pavón, Hipólito Yrigoyen, Eva Perón, cuando se viaja por el sur, uno se encuentra con los nombres de la historia política argentina,  y acá en Adrogué especialmente, con el nombre de Borges. El escritor hizo de esta localidad un lugar de meditación, un nombre encantado; él pensaba en un nombre e inmediatamente imaginaba como se desdoblaba en un destino y Adrogué forma parte de anotaciones dispersas en su obra y esta exposición empieza por aquí, de este modo no se ha hecho nunca una muestra sobre Borges, que hay muchas, como hay muchas  discusiones sobre Borges. La herencia viva de un autor son las discusiones que sigue provocando,  y Borges las sigue provocando por una razón muy sencilla, porque es el más profundo autor literario de la argentina, la literatura de Borges piensa la circunstancia argentina con absoluta profundidad”, expresó el Director de la Biblioteca Nacional, Horacio González.

La muestra, que se expone por primera vez, podrá visitarse en la Sala Raúl Soldi de la Casa Municipal de la Cultura, hasta el 9 de septiembre de 9 a 21 y está compuesta por 40 banners con imágenes de fotos, libros y notas inéditas que transitan distintos aspectos de la vida de Borges, centrada en los libros que el escritor donara a la misma, con textos de su juventud, su experiencia por Europa, su paso por la Biblioteca, de la que fuera director entre 1955 y 1973 y también por la localidad de Adrogué.

Fuente : diario Brown.com
12 de agosto de 2012


lunes, 13 de agosto de 2012


Cuando Borges vino a Avellaneda



 No cruzaba el puente Pueyrredón con frecuencia. Fueron escasas las oportunidades que tuvo Avellaneda de contar con la visita del escritor y poeta Jorge Luis Borges. Algunas de ellas, tal vez la primera en su historia, se registra en las reuniones literario-gastronómica que se realizaron durante muchos años en los fondos de la imprenta Chiesino que entonces funcionaba en la calle Ameghino al 800.

Había una razón especial para que así sea. En esa imprenta, y por acción directa de su propietario, Bartolomé U. Chiesino -“Don Bartolo” como le decían sus amigos- se imprimieron durante las décadas del ’40 al ’60 los más importantes títulos de editoriales nacionales, como era el caso de Losada, El Ateneo, Santiago Rueda, y otras de esa importancia.

Ese hecho no era un simple compromiso comercial, porque Chiesino se confesaba un apasionado del libro y sus autores. “…ha sido parte inalienable de mi vida” afirmaba Don Bartolo. Y esta pasión lo comprometía a confeccionarlos con un aditivo especial que lo llevó a conocer en forma personal y afectiva a quienes habían escrito aquellos trabajos. Esta razón era el motor fundamental que hacía de aquellas reuniones en los fondos de su taller, al calor y olor del asado a degustar, un encuentro con escritores argentinos y, en especial, los españoles que estaban exiliados en nuestro país a partir de los años ’30. Uno que participó en alguna ocasión fue el poeta argentino Jorge Luis Borges, como una de sus primeras presencias en nuestra ciudad.

Mucho tiempo después, en octubre de 1975, se produce la participación de Borges en un acto literario en Avellaneda. Seguramente Don Bartolo ofreció alguna ayuda para que el ya afamado escritor accediera a dar una charla literaria en la Sociedad Popular de Educación. Singular éxito de concurrenc1a de público produjo este acto.”La loable iniciativa que constituyó, sin duda alguna, el más notable acontecimiento cultural en AvelIaneda… fue obra de la Sociedad Popular de Educación, que preside el señor Carlos J. Garobbio. La reunión tuvo lugar en los salones de la institución, calle Beruti 216, y en la oportunidad el maestro disertó sobre e1 tema "Cervantes y el Quijote", se expresa en una nota de “La Ciudad”.

“El insigne orador fue presentado por el señor Bartolomé U. Chiesino, quien al término de la disertación de Borges obsequió al poeta con una antiquisima edición de los talleres Artes Gráficos Bartolomé U. Chiesino”. “Borges disertó sobre la obra de Cervantes y destacó, con lenguaje directo y llano, los valores de "El Quijote", su importancia dentro de la literatura española y su trascendente mensaje humano basado en la exaltación de la amistad en sus memorables protagonistas: el Quijote y su criado Sancho Panza”, señalaba el diario.

Y hasta aquí llegan los testimonios de sus experiencias en Avellaneda. Una página invalorable a la hora de rescatar la acción cultural de las instituciones locales en el acercamiento de los grandes creadores –en todas sus disciplinas- para conocimiento de los ciudadanos de Avellaneda.

Fuente : La Ciudad – El Diario de Avellaneda
Antonio J. González.
14, Agosto de 2012

domingo, 12 de agosto de 2012


La invención de Morel

 

Omar González


“Una isla habitada por fantasmas artificiales” 
 
 
La invención de Morel (Losada, noviembre 14 de 1940), sobrecubierta de Norah Borges

En noviembre de 2002, en Caracas, Venezuela, con el número 221 de la serie Biblioteca Ayacucho, se terminó de imprimir un tomo que reúne tres libros del narrador argentino Adolfo Bioy Casares (1914-1999): La invención de Morel (1940), Plan de evasión (1945) y La trama celeste (1948), cuya “Selección, prólogo, notas, cronología y bibliografía” se deben a Daniel Martino, autor del libro ABC de Adolfo Bioy Casares (Emecé, 1989) y editor del par de póstumos volúmenes expurgados de los  Diarios íntimos de Adolfo Bioy Casares: Descanso de caminantes (Sudamericana, 2001) y el voluminoso Borges (Destino, 2006).
Según reporta Daniel Martino en su “Prólogo”, “La segunda edición [de La invención de Morel] (1948) corrige vocablos y atenúa expresiones: su cotejo con la primera [1940] muestra que casi no hay línea que no haya sido modificada. Las dos ediciones siguientes, de 1953 y 1991, en cambio introducen un número considerablemente menor de variantes.” En sentido, anuncia en su nota “Criterio de esta edición”: “La presente edición sigue la cuarta y definitiva, cuyo texto fue fijado por Daniel Martino en 1991. Únicamente se ha corregido la divisa que cita el náufrago [“Hostinato rigore”] para ajustarla a la grafía original leonardiana tal como la invoca Valéry y tal como aparecía en la primera edición de la novela. En las notas se incluyen sólo aquellas variantes que alteran contenidos.”
En contraste con el rigor del “Prólogo” de Daniel Martino (un ensayo repleto de citas donde repasa la obra de Adolfo Bioy Casares), lo primero que extraña en la presente edición de La invención de Morel es la ausencia de la dedicatoria: “A Jorge Luis Borges”; es probable que se trate de una simple errata, de un craso descuido, pues se sabe que la amistad y la mutua estima entre ambos autores perduró hasta el fin de sus días; hipótesis que es reforzada por el hecho de que Plan de evasión sí incluye su dedicatoria: “A Silvina Ocampo”. Afortunadamente el célebre “Prólogo” de Borges, fechado en “Buenos Aires, 2 de noviembre de 1940”, sí fue incluido, memorable por que celebra la “imaginación razonada” de Bioy en términos deificantes: “He discutido con su autor los pormenores de su trama, la he releído: no me parece una imprecisión o una hipérbole calificarla de perfecta.”
En sus Memorias (Tusquets, 1994), Bioy recuerda que fue un mal administrador de Rincón Viejo, la estancia en Pardo, propiedad de su familia paterna, ubicada a 35 km de Las Flores (donde se casó con Silvina el 15 de enero de 1940) y a 214 km de Buenos Aires. En Rincón Viejo montaba a caballo y tenía sus perros; un gran danés, su favorito, se llamaba Áyax (1931-1942); en algún momento fueron nueve canes y Silvina los tributó en “Nueve perros”, cuento dedicado a Bioy, reunido en su libro Los días de la noche (Sudamericana, 1970). En Rincón Viejo, Bioy leía mucho y allí escribió La invención de Morel. Según dice en la página 92 de sus Memorias: “Hacia 1937, cuando yo administraba el campo del Rincón Viejo, sentado en las sillas de paja, en el corredor de la casa del casco, entreví la idea de La invención de Morel. Yo creo que esa idea provino del deslumbramiento que me producía la visión del cuarto de vestir de mi madre, infinitamente repetido en las hondísimas perspectivas de las tres fases de su espejo veneciano.”
Por la notas de un supuesto editor y por lo que el protagonista anónimo narra en primera persona, el lector pronto descubre que los fragmentos de La invención de Morel son el póstumo testamento de un náufrago, el diario de un perseguido por la justicia (desde Caracas, Venezuela), que al huir de la sentencia a cadena perpetua llegó en bote, casi al azar (no sabía leer la brújula), a una isla desierta cercana a Rabaul, en Sicilia, que supura una terrorífica leyenda negra que en Calcuta le recita Dalmacio Ombrellieri, un italiano vendedor de alfombras (alguna vez fue con él a un burdel de hetairas ciegas), quien le brinda la subrepticia ayuda para que llegue allí como un objeto de contrabando: nadie la habita, de no ser un museo, una capilla y una alberca, conjunto abandonado más o menos en 1924. Le dice, además, que esa isla solitaria, de malignos arrecifes y corales, de súbitas mareas y mórbida vegetación y fauna, es el foco de una extraña enfermedad que propicia la caída de las uñas, del pelo, de la piel y de las córneas de los ojos. “Los tripulantes de un vapor que había fondeado en la isla estaban despellejados, calvos, sin uñas —todos muertos—, cuando los encontró el crucero japonés Namura. El vapor fue hundido a cañonazos.”
La vida del condenado y perseguido en esa “corte de los vicios llamada civilización” era un oscuro y pestilente laberinto. Su tabla de salvación parecía ser la isla; pero también la ínsula, tan sólo por su salvaje y agreste naturaleza, es otro laberinto plagado de infortunios y pestes que agudizan sus carencias, padecimientos, fobias, delirios, sugestiones, fantaseos, pesadillas, sueños, deseos inasibles, inutilidad práctica e ignorancia, pese a su cultura, salpimentada por algún latinajo y por su ampulosa y risible pretensión de “escribir la Defensa ante sobrevivientes y un Elogio de Malthus”, y, más aún, por sus falaces reflexiones metafísicas en torno a la inmortalidad, pues al recorrer por primera vez los libreros del hall del museo, dice: “Recorrí los estantes buscando ayuda para ciertas investigaciones que el proceso interrumpió y que en la soledad de la isla traté de continuar. Creo que perdemos la inmortalidad porque la resistencia a la muerte no ha evolucionado; sus perfeccionamientos insisten en la primera idea, rudimentaria: retener vivo todo el cuerpo. Sólo habría que buscar la conservación de lo que interesa a la conciencia.”


 La invención de Morel (Losada, noviembre 14 de 1940), portada de Norah Borges

La arquitectura del museo y sus detalles decorativos (el biombo de espejos de más de veinte hojas, por ejemplo) revelan que su asombrosa construcción es un enigma y otro laberinto. A esto se agrega la aparición de unos seres vestidos a la moda de los años veinte, que se divierten y matan el tiempo como vacacioncitas en un gran hotel. Hay entre ellos una fémina: Faustine, que ciertos crepúsculos posa en las rocas como si lo hiciera ante un fotógrafo invisible. El fugitivo, a escondidas y hecho un voyeur, se enamora de la fémina, y con claros y grotescos indicios de psicosis, en ella deposita sus quimeras e inciertas esperanzas. Cayendo en cursilerías y en humillaciones, el prófugo hace lo posible por conmover y conquistar a Faustine; pero ella y los demás (inquilinos y servidumbre) actúan como si él no existiera. Llega a suponer que todo es una teatral conjura contra él, urdida por esos “héroes del snobismo” o “pensionistas de un manicomio abandonado”, que tal vez lo entreguen a la policía, si es que la policía no es la responsable de todo…
Oculto, una sombra furtiva, el astroso condenado espía y observa una misteriosa reunión nocturna convocada por Morel, el propietario de la isla y del museo. En las palabras que oye empieza a entrever el meollo del fantasmal asunto: esos seres que deambulan en la solitaria ínsula son reproducciones de una especie de máquina cinematográfica inventada por Morel. Repiten una y otra vez lo sucedido durante siete días, la semana que grabaron los receptores de actividad simultánea.
El artilugio de Morel es activado con la energía que generan las mareas. Siempre y de un modo idéntico se repite ese tiempo circular: una semana. Infinitesimal y perniciosa inmortalidad y pesadillesco eterno retorno. Es el triunfo de Morel, su dicha y condena de científico loco. Lo cual, ineluctablemente, denota que pertenece a la estirpe de los científicos locos que habitan las obras no sólo de ciencia ficción (literarias y cinematográficas) habidas y por haber.
La proyección de los siete días, ubicua, se posesiona de la isla y pese a la superposición coexisten dos espacios y dos tiempos distintos. Las imágenes proyectadas, más que especulares, como de cuarta dimensión, son terriblemente verosímiles: tienen la exacta apariencia de lo real. El fugitivo percibe sonidos, aromas, hedores, volúmenes, epidermis, e incluso pasa por un episodio en el que vive la horrorosa certidumbre de que en la bóveda celeste han surgido dos soles y dos lunas. No obstante, su mayor tribulación es la fría indiferencia de Faustine y el modo de seducirla y conquistarla. Las imágenes del artificio no pueden atravesarse y son indestructibles en las horas de su proyección. Esto lo descubre en uno de sus momentos más angustiosos: cuando al buscar la manera de interrumpir el mecanismo, queda encerrado entre las paredes de porcelana celeste de la secreta habitación de las máquinas, que él por causalidad otrora descubrió (buscaba alimentos).
Además de los lúdicos pies de página del supuesto editor, el diario del fugitivo incluye la transcripción comentada de ciertas notas que dejó Morel; pero también esto implica la inextricable suma de sus deducciones. Esa enfermedad que mató a los tripulantes del vapor citado al inicio de la nota, no es otra cosa que los efectos causados por los receptores a la hora de grabar (los muertos eran Morel y su grupo). Luego de ser grabados, los árboles y las plantas quedan secos y los humanos pierden la vida, casi como supone el arcaico atavismo de ciertos pueblos primitivos: que al formarse la imagen fotográfica de un individuo, “el alma pasa a la imagen y la persona muere”.
La Faustine de carne y hueso desdeñaba a Morel, observa el fugitivo (“Bella como la noche y fría como la Muerte”, decía Luis Buñuel ante la bellísima e inasible Catherine Deneuve). El único Paraíso y la única inmortalidad a la que logró acceder con Faustine son esos siete días, esos efímeros intentos de seducción destinados a repetirse una y otra vez, esos fugaces diálogos en los que desde el fondo de su conciencia (si es que vive en la imagen) la oye y contempla por siempre jamás.
Para poseer a Faustine, para hacerla suya a perpetuidad, Morel inventó y construyó el artefacto; es decir, ante la índole inasible y evanescente de la fémina y frente a la frustración de sus deseos y sueños más íntimos: la mató, se mató y mató al grupo de amigos. “La hermosura de Faustine merece estas locuras, estos homenajes, estos crímenes”, se dice el fugitivo, muy identificado con la megalomanía y cruel apoteosis de Morel. De modo que proclama: “Yo soy el enamorado de Faustine; el capaz de matar y de matarse; yo soy el monstruo.”
Así, el prófugo de la justicia, un hombre sin esperanza, que se dice escritor y con el erosionado anhelo de haber querido vivir en una isla desierta, perdido en el insular laberinto, enfermo y loco de amor y desahuciado ante la imagen de esa mujer que sabe imposible, decide morir y entregarse, también, a “la eterna contemplación de Faustine”. Durante quince días, siguiendo las imágenes de los siete días que grabó Morel, ensaya el libreto de su autoría: lo que serán sus actos y parlamentos con que matiza su papel de eterno voyeur. Luego, regraba las escenas de Morel con él incluido en el elenco y cambia los discos. Así, “las máquinas proyectarán la nueva semana, eternamente”.
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Adolfo Bioy Casares, La invención de Morel, Plan de evasión, La trama celeste. Selección, prólogo, notas, cronología y bibliografía de Daniel Martino. Biblioteca Ayacucho (221). Caracas, 2002. 396 pp.

Fuente  :  Punto y Aparte – México - 09 Febrero 2012
Omar González

viernes, 3 de agosto de 2012


Borges, el eterno

por Julio César Calistro


 Entrevista realizada en Buenos Aires, en 1983.

Diez años. Como si tratara de uno más de los mágicos laberintos por él trazados, este es el tiempo que la entrevista ha permanecido sin publicar. He decidido respetar su texto tal como un día lo escribí, y evitar correcciones que, seguramente, distorsionarían el sentimiento que me causó entonces.
Aún hoy, al releer sus palabras, escucho su voz gastada y descreo que ya no esté.
Como él a Buenos Aires, lo juzgo tan eterno, como el viento, como el aire.

Sábado al mediodía. En un amplio living en penumbras, acomodado en un amplio sillón, la mirada perdida en un cielorraso invisible, se encuentra Jorge Luis Borges.

Desde hace un tiempo a esta parte, rehuye a las entrevistas. Fanny, su ama de llaves, responde por teléfono que no hay reportajes para nadie. En este caso, la perseverancia finalmente da sus frutos. La excepción obedece a que el propio escritor atendió el llamado telefónico y un bueno, venga para acá, hará posible que una hora después iniciemos este diálogo.

Entre ambos existe una relación surgida a raíz de una entrevista tres años atrás, a la que siguieron otros encuentros en los que, a pedido suyo, le he servido de algo así como una especie de libro oral a través de la lectura en voz alta, de fragmentos de obras diversas.

Una relación que dista de ser amistad, pero que él rápidamente ha puesto por encima del simple vínculo personaje-periodista, quizás gracias a las muchas caminatas compartidas por la Plaza San Martín, paseos en los que hemos abordado temas muy variados, desde Aristóteles y Platón hasta el lugar de nacimiento del segundo fundador de Buenos Aires, Juan de Garay (¿vizcaíno o burgalés?).

Debo confesar que además de admirarlo como escritor, no he podido evitar quedar fascinado con su habilidad para involucrarme en el laberinto de sus charlas. He llegado a pensar que cuando se le da la posibilidad oral, escribe en el aire y se divierte. Habla y la respiración de su palabra tiene el ritmo de la escritura. Sin duda, Borges es siempre Borges...

- Borges, ¿cómo escapar de lo obvio?

-Yo no sé si lo obvio es siempre un error..., lo obvio es algo cierto, el perogrullo es algo cierto.

- De acuerdo. Vayamos a lo obvio, de momento. ¿Qué espera de Borges?

- No sé. Mi destino sigue siendo un misterio. Estoy ciego, la mayoría de mis contemporáneos han muerto; soy un hombre tímido y desde el año 55 ya no puedo leer, tengo que recitar cosas que se me ocurren... ¡Yo no sé cómo no aprendí el sistema braille! Eso habría cambiado toda mi vida. Si yo pudiera lee, pudiera escribir..., pero ahora es demasiado tarde, ni siquiera tengo la sensibilidad suficiente en los dedos. ¡Si, hubiera cambiado toda mi vida...!

- Hoy es siempre todavía, al decir de Machado.

- Tal vez... Yo he pensado que cuando era chico, un día duraba una semana y ahora una semana dura un día. A medida que uno envejece pasa con más rapidez el tiempo.

- Toda su vida ha sido un rebelde, ¿por qué?

- Bueno, cuando era joven, sí. Me gustaba estar en desacuerdo. Ahora, no. Trato de estas de acuerdo. Chesterton dijo que se había pasado la vida comprobando que los otros tenían razón. A mí me ha pasado lo mismo.

- ¿Y de qué se arrepiente?

- Bueno, de muchas cosas...O no, para qué...Pero me hubiera gustado hacer otras cosas...

- ¿Como haberse enamorado de muchas mujeres...?

- No, no. Sólo de aquellas con quienes he soñado.

- ¿Un artista es siempre pasional?

- Con su obra, sí. Con todo lo demás, no siempre.

- ¿Qué representa para usted la Literatura?

- Tantas cosas... Cuando estoy solo, continuamente estoy tramando poemas, cuentos, fábulas, porque tengo que poblar mi soledad. Y a mi edad es fácil estar solo. Por ejemplo, yo nunca busco temas, dejo que los temas me busquen y yo los eludo, pero si el tema insiste, yo me resigno y escribo. Hay que dejar a los temas que elijan, pues cada tema sabe si quiere ser escrito en verso libre, en una forma clásica o en prosa. No pienso en la comunicación, yo escribo corrijo los borradores mentalmente, desde que no tengo vista, y finalmente los publico.

- ¿Qué haría si pudiera volver a ver?

- Bueno, yo volvería a leer algunos de los pocos libros que hay aquí; quizás saldría a la calle a reencontrarme con algún recuerdo de Buenos Aires. Miraría al espejo para ver que cara tengo. Aunque no, pienso que es una suerte para mí imaginarme con la cara que tuve a los 55 años.

- En su obra la cuestión acerca de la inmortalidad es una constante. ¿Por qué?

- Porque yo creo que la inmortalidad personal no es menos creíble que la muerte: «las dos cosas son increíbles! El hecho de que alguien perdure más allá de la terminación de su cuerpo parece rara, pero también lo es el hecho de que alguien desaparezca finalmente.

- Aquello de que el hombre es la unión entre cuerpo y alma...

- Si, claro... Salvo que podamos imaginarnos sin cuerpo pero no sin alma: si yo pienso que lo soy, lo hago en mi conciencia pues yo en mi cuerpo no podrían pensarme sin cuerpo.
Cuando uno recita un poema, uno ya no es su cuerpo, siempre es su conciencia. Hay unos versos muy lindos de Machado, que dice así: ¿Y ha de morir contigo el mundo mago/ donde guarda el recuerdo?/... Los yunques y crisoles de tu alma/ trabajan para el polvo y para el viento. Es decir, cuando una persona muere, mueren muchísimas cosas por lo que parece raro que todo eso cese de golpe. Pero a su vez también la idea de que uno dure indefinidamente es rara. Ambas, me parece, son igualmente increíbles. A mí no me importaría durar más allá, pero a condición de no olvidar esta vida. Por eso, me pregunto si la identidad personal consiste precisamente en la posesión de ciertos recuerdos que nunca se olvidan.

- ¿Por ejemplo...?

- Los paseos por Ginebra...

- ¿Cuál es su mejor poesía?

- La que suelo preferir es El Golem, aunque también me gusta Límites.

- ¿Y de sus cuentos?

- Uno que se llama Urrica. Bueno, en realidad es una pieza de teatro.

- ¿Quién ha sido el máximo escritor argentino?

- Almafuerte y también Sarmiento. Almafuerte nació en San Justo y me dicen que este pueblo ha cambiado mucho, que ahora es una zona industrial. Cuando yo lo conocí no era así, era un pueblo que parecía estar perdido en la llanura, tenía casas bajas, salas de ladrillo, calles de barro... ¡Qué lucha la de Almafuerte! Como no tenía título habilitante, cuando se daban cuenta que pese a ello daba clases, le cerraban la escuela y entonces tenía que mudarse a otro pueblo y abrir una nueva. Lo primero que hacía era abrir la sala de la casa pues cualquier chico pobre podía mudarse allí.

- ¿Le hubiera gustado tener hijos?

- Hace mucho tiempo que dejé de preguntármelo... Pero volviendo a Almafuerte, recuerdo que en una oportunidad había abierto una escuela al lado de un prostíbulo. Antes, cuando una persona llegaba a un barrio, los vecinos le mandaban golosinas. Luego, uno le devolvía otras golosinas y, ¡bueno!, se hacía amigo de la gente. Entonces, las prostitutas le regalaron una fuente de empanadas. A los dos días se presenta Almafuerte y dice: Les agradezco las empanadas, señoras putas. Eso no era para ofenderlas, claro está, sino por ser el oficio de ellas.

-Es indudable que era directo en su lenguaje, algo, me parece, no común en los poetas. ¿Qué es lo más importante en la poesía?

- Yo creo que en el verso, la cadencia y la imagen son más importantes que el sentido. Hasta puede no tener sentido y sin embargo, ser bueno. No creo que la idea sea el verso, pues uno puede concebir Y muera como un tigre el sol eterno, pero no creo que sea una idea comparar la agonía del tigre con la claridad del sol.
La función literal no hace al verso, por eso es imposible traducir un poema. Por ejemplo, un título lindísimo de Lugones es Los crepúsculos del jardín. Ahora, si Lugones hubiera puesto Las penumbras de la quinta o Las tardes de la granja, la idea hubiera sido la misma, pero no la imagen poética.

- La larga noche de la dictadura llega a su fin ¿De qué manera nos habrá marcado la falta de libertad?

- Bueno, yo no sé. En la Argentina casi todo es censurado... En los Estados Unidos, en cambio, no hay censura, tanto que usted paga la suma de una taquilla y puede ver en el escenario un coito. Claro que son hermosas muchachas y lindos muchachos, pero ¡es un espectáculo público! En España, con quien tenemos mayor similitud, ahora ocurre otro tanto aunque todo lo referido al sexo se hace y se dice de forma agresiva.

- Quizás se deba a un cambio muy abrupto...

- Sí, posiblemente sea así como usted dice, luego de la muerte del dictador Franco. Actualmente usted tiene en el diario ABC, una página entera dedicada a avisos de prostíbulos. Por ejemplo, hay uno que recuerdo: Enano cariñoso busca señor alto y moreno. Discreción, confianza, afecto. Diríjase a tal teléfono y pregunte por Paquito ¿Qué le parece? Entonces, hay hombres que se ofrecen a hombres, hombres que se ofrecen a mujeres; mujeres que se ofrecen a hombres, y mujeres que se ofrecen a mujeres. Lo único que tenemos que hacer es llamar a uno de los muchos teléfonos y preguntar por Lola, Clide o cualquier otra. Y ahora, en nuestro país, pasará algo de eso.

- ¿Cree que los argentinos hemos cambiado?

- Sí, por supuesto. Fíjese, por el año 1910, le estoy hablando de poca cosa, había una esperanza en la gente. Cuando Darío escribió su Oda argentina y Lugones su Odas seculares, todo ello correspondía a una gran esperanza. En cambio, actualmente están muy descorazonados todos. A pesar de todo, pienso que ahora tenemos derecho a la esperanza, mejor dicho, tenemos el deber de la esperanza. Basta con recordar los últimos años: hambre, persecución, torturas y desaparecidos, falta de trabajo, endeudamiento del Estado, opresión y hasta una guerra: ¡Esto es lo que han hecho los militares! Claro, si alguien se ha pasado la vida en los cuarteles, no hay ninguna razón para que sepa gobernar.

- Res publica y res militia.

- Justamente. Qué triste pensar que la única fuerza del gobierno, es la silenciosa desesperación de la gente. ¡Es una calamidad! ¡Ineptos! Quizás yo sea el único argentino que, en caso de que me nombraran dictador, estoy seguro que renuncio inmediatamente y vuelvo a mi casa a soñar en voz alta. Pero aquí parece que hemos perdido el sentido de lo ético y lo único que realmente interesa es especular con el dinero. Una vez me invitaron un grupo de libreros de la ciudad de Rosario a dictar una conferencia, entonces fui a dar una larga charla sobre el libro. Después comimos juntos y uno de estos señores me dijo: ¡Qué lástima que eligiera ese tema, Borges!. Pero, cómo, ¿No son libreros ustedes?, pregunté, a lo que respondió: Bueno, sí, somos libreros, pero lo que realmente nos interesa es la venta de cuadernos y lápices. Eso genera desesperanza y frustración en una sociedad.

-¿Anarquista o liberal?

- Anarquista, pues yo creo que lo mejor sería un país que no precisara de un gobierno. Quizás con el tiempo lleguemos a eso, por el momento, no. Por el momento, el gobierno es un mal necesario, pero lamentablemente en todas partes el Estado cada vez se torna más molesto. Cuando fuimos a Europa en el año 1914, viajamos sin pasaporte y uno pasaba de un país a otro como de una estación a otra. Claro, después de la Primera Guerra Mundial comenzó a desconfiarse... ¡Pero, ahora ! ¡Usted no puede salir a la calle sin la cédula o el pasaporte porque el Estado se mete en todo y hasta lo lleva detenido! ¡Es una barbaridad!.

- ¿A quién admira?

- Quizás admire a Aristóteles. A Platón, tal vez. Hay personas que admiran a los políticos. Yo, no; hay gente que admira a Napoleón, yo no. Si uno admira a Napoleón, también puede admirar a Hitler, y eso sería terrible.

- Nada más inhumano que la guerra de los conquistadores, ¿verdad?

- Así es. Alberdi dijo que la guerra es un crimen, y ahora creo que tenía razón: ¡Todas las guerras son un crimen! Pienso que si un gobierno decide una guerra, no le faltarán razones para justificarla, además, todos aquellos que se oponen son considerados traidores. Claro. Hay un supuesto axioma de derecho internacional que dice my country right or wrong, es decir, que tenga o no razón, es mi país. Pero, admitido esto, ¡ambos bandos tendrían razón en cualquier guerra!.
¡Julio César! Usted tiene un nombre de emperador, ¿se imagina haber sido Julio César?

- No, no. Sólo en brazos de Cleopatra...

- Yo en los de Beatriz, pero quién soy para codearme con el Dante. O con Virgilio. Antes se soñaba más, ahora, con tanta televisión... Lo que sucede es que cuando ocurre algo se lo anuncia inmediatamente y no se da tiempo a que se cree una leyenda al respecto. Yo, por ejemplo, alcancé a ver por televisión la llegada del hombre a la Luna. Esa inmediatez ayudó a que se formara parte de la noticia del día y se olvidara después con tantos nuevos Apolo. En cambio, hubiese sido distinto si se anunciara que el hombre había llegado a la Luna y después cada uno soñara cómo había ocurrido. Sin embargo, nos acosan con tantas noticias...

- La diferencia entre información y conocimiento...

- Exacto. Hay un verso de Eliot, que dice: Dónde está la sabiduría que hemos perdido en conocimiento./ Dónde el conocimiento que hemos perdido en conocer.

- Para concluir: ¿qué opinarán de Jorge Luis Borges dentro de cien años?

- ¡Espero que lo hayan olvidado!

- ¿Por qué?

- ¡Pero, claro! ¡Borges no es Cervantes!

- ¡Y usted es Borges!

- Bueno, desgraciadamente tengo ochenta y tantos años. ¿Qué otra cosa puedo hacer que no sea escribir y soñar...?

Punto final. El reportaje ha concluido con este interrogante del propio Borges. Ya en la calle se suceden en mí, ideas, impresiones, asombros... Penetrar el universo borgiano (un mundo pleno de refracciones, sueños, coincidencias, laberintos, cábalas y tigres) supone una experiencia inigualable que cuesta abandonar.

Pero lo que me ha llenado de angustia es no poder dejar de recordar aquel verso último de su poesía Límites, que con voz quebrada recitó al tiempo que me estrechaba la mano: Creo en el alba oír un atareado / rumor de multitudes que se alejan; / son los que me han querido y olvidado; / espacio y tiempo y Borges ya me dejan.

Espéculo agradece al autor de la entrevista su inclusión en la revista.
Esta entrevista fue publicada en Resumen, 1993.
El URL de este documento es http://www.ucm.es/OTROS/especulo/numero6/borges83.htm

Fuente : Solo Literatura





Un laberinto compuesto por 250 mil libros, diseñado por los artistas brasileños Marcos Saboya y Gualter Pupo en el centro de Londres, invita a los visitantes a perderse entre sus muros de hasta 2,5 metros de altura mientras escuchan poesía. El proyecto, titulado aMAZEme, forma parte de la Olimpiada Cultural de Londres. Los artistas se inspiraron por las narraciones sobre laberintos del escritor Jorge Luis Borges y comenzaron a diseñar la instalación hace dos años.

Fuente : You Tube
http://www.youtube.com/watch?v=12KHNqtF3ko


“BORGES EN ADROGUÉ”, por Julie Méndez Ezcurra .

Documentar mi tiempo.
Magia, genialidad, imaginación,
creación, talento, fuerza; en fin,
gente que es la que hace.
Documentar mi tiempo.

Julie Méndez Ezcurra


 La muestra en la sala Bijou narra el encuentro silencioso de dos creadores, en un día de primavera, por las calles y quintas de Adrogué, generado por Grillo della Paolera y la calidez de su familia.
Un Borges - sonriente - es tomado del brazo en un itinerario sin tiempo, por espacios quizás ahora inexistentes, pero inscriptos en sus cuentos y poemas, hoy parte de nuestra herencia.
Es noviembre, es 1980… Jorge Luis Borges y Julie Méndez Ezcurra convergen en un diálogo sensible de imágenes y recuerdos.

La relación de Jorge Luis Borges con Adrogué continúa develando misterios. Esta vez de la mano de la obra de la reconocida fotógrafa Julie Méndez Ezcurra, quien pudo retratar al escritor en la vida cotidiana en su querido Adrogué y con sus amigos de antaño.

Bajo la producción general y curaduría de Patricia Viaña, junto a Inés Tanoira, la muestra narra el encuentro silencioso de dos creadores en un día de primavera por las calles y quintas de la ciudad.

“Julie conoció a Grillo en un taller literario del que participo también el dibujante Sabat, quien la retrato fotografiando. A través de esos vínculos pudo conocer a Borges”, contó Patricia a modo de anécdota, una de las cientos que encierran cada una de las imágenes que se podrán apreciar.

Entre las fotografías se podrá observar un mural de un metro por 1,70 con el que se recrea distintos momentos de aquella jornada. Además, de otros de igual importancia. “Existe una foto en la casa de Nora, la hermana de Borges que se puede apreciar al escritor y por detrás un cuadro de ella. Es una foto internacional, dio vueltas por el mundo”, detalla Patricia que con dulzura y precisión trasmite la importancia del trabajo de Julie.

Lugar: Casa Municipal de la Cultura,  E. Adrogué 1224
Adrogué, Prov. de Buenos Aires, Argentina

Fuentes :
Fotorevista
La Tercera – Diario Digital del Conurbano Sur
3 de agosto de 2012

jueves, 2 de agosto de 2012


Un laberinto hecho con 250.000 libros.Inspirado en las narraciones de Borges, en Londres

Olimpiada Cultural de Londres. Los artistas se inspiraron en las narraciones sobre laberintos del escritor Jorge Luis Borges.Southbank Centre de Londres

Teseo nunca hubiese logrado encontrar la salida del laberinto sin la ayuda de Ariadna. El ovillo de hilo que la joven proporcionó al héroe orientó a Teseo tras su lucha contra el Minotauro. En Las Metamorfosis de Ovidio se cuenta esta historia, y es muy posible que podamos encontrar el libro entre los 250.000 ejemplares que conforman el laberinto creado por los artistas brasileños Marcos Saboya y Gualter Pupo para el Southbank Centre de Londres.

 

 El proyecto se llama aMAZEme y es uno de los 12.000 eventos programados con motivo de la Olimpiada Cultural de Londres. Los artistas empezaron hace casi dos años a diseñar la instalación, según explican la inspiración les llegó gracias a las narraciones sobre laberintos del escritor Jorge Luis Borges. Según Pupo:

Queríamos hacer algo un poco diferente. Es un lugar en el que te puedes perder y encontrar algo valioso para leer o escuchar poesía
El laberinto, con muros que llegan hasta los 2,5 metros de altura, es la visita perfecta para los amantes de los libros. Un visitante puede perderse en los pasillos rebuscando entre los títulos, puede acariciar las cubiertas de los libros y sentarse a leer el ejemplar que más le llame la atención. La emoción de la lectura alcanza a todos aquellos que se adentran en el laberinto; en las paredes y pantallas de la sala que acoge la instalación se proyectan luces de colores y versos de poetas, en especial fragmentos de las obras de William Shakespeare.


El laberinto está compuesto por libros de todo tipo; hay novelas, poesías, ensayos, obras de teatro, podemos encontrar obras de Shakespeare, Oscar Wilde, John Le Carré o Stephen King. Las obras proceden de donaciones privadas y una vez que el laberinto sea desmantelado serán donadas a Oxfam International. La instalación podrá visitarse hasta el día 25 de agosto, así que si estáis en Londres no perdáis la oportunidad de visitar este singular laberinto.

Fuente : Alti040
Rebeca Sanchez (Perfil)
3 de agosto, 2012
http://alt1040.com/2012/08/un-laberinto-hecho-con-250000-libros





Aquí un recorrido por la inauguración de la exposición "Borges en México. Crónica visual y literaria" que se encuentra en el Palacio de Bellas Artes, en la ciudad de México. Les recomendamos ampliamente que asistan a esta muestra que cuenta con imágenes de Rogelio Cuéllar, Paulina Lavista y Héctor García, así como dibujos de Felipe Ehrenberg.

La exposición "Borges en México: Crónica visual y literaria" estará abierta hasta el próximo 2 de septiembre del 2012.

Fuente : You Tube
http://www.youtube.com/watch?v=fJYAAhuaLcg



Mexico City, Mexico (NTN24)- An exhibition about the visits of Argentine Poet, Essayist And Short-Story Writer, Jorge Luis Borges to Mexico in 1973, 1978 and 1981 opens in Mexico City.

Fuente : You Tube
http://www.youtube.com/watch?v=l-L2EBIRUls



A 26 años de la muerte de Jorge Luis Borges (1899-1986), el Palacio de Bellas Artes inaugura la exposición fotográfica "Borges en México: Crónica visual y literaria", integrada por 90 fotografías de Paulina Lavista, Rogelio Cuéllar y Héctor García, entre otros...

Fuente : You Tube
http://www.youtube.com/watch?v=MKj1oJl48BI

Exposición "Borges en México: Crónica visual y literaria"


Los testimonios de las tres estancias de Jorge Luis Borges (1899-1986) en México realizadas en 1973, 1978 y 1981 integran la exposición "Borges en México: Crónica visual y literaria" inaugurada anoche e la Sala Internacional del Palacio de Bellas Artes, en esta ciudad. Cerca de 90 imágenes integran la colectiva.

La muestra, que forma parte de las actividades conmemorativas del 26 aniversario luctuoso del escritor argentino, presenta cerca de 90 fotografías que dan cuenta del paso de Borges por México.

A partir de la obra homónima del editor Miguel Capistrán, "Borges y México", que recoge diversos testimonios literarios de las visitas de Borges a este país, se presenta esta exhibición la cual constituye una crónica visual sobre el literato argentino en México.


 Imágenes de Rogelio Cuellar, Pualina Lavista y Héctor García, así como dibujos de Felipe Ehrenberg y una fotografía propiedad de Jacobo Zabludovsky se presentan en esta muestra organizada por el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA).

Entre las fotografías figuran las series de Lavista y Cuellar, cuando en 1973 se le concedió a Borges el Premio Internacional "Alfonso Reyes" en su primera edición.

De igual manera, destacan imágenes de distintas personalidades de la literatura de México como: Juan Rulfo, Juan José Arreola, Alicia Reyes, José Emilio Pacheco, Carlos Montemayor, Carlos Monsiváis y Tomas Segovia.

Llaman la atención además las placas de Borges al lado del ex presidente Luis Echeverría y Alberto Cortés, este último interpretó algunas canciones durante la ceremonia de entrega de dicho premio.

En ese visita de 1973, se presentan las imágenes de una charla literaria que sostuvo Borges con Juan García Ponce, Salvador Elizondo, Juan José Arreola, Adriano González de León y Germán Bleiberg en el Salón "El Generalito" del Antiguo Colegio de San Ildefonso.

Asimismo se observa una serie de fotografías a color de Cuellar y Lavista, en las que Borges visita la zona arqueológica de Teotihuacán, en el Estado de México.

La charla que se celebró en el hotel Camino Real en 1978 y que fue grabada para un programa de televisión al lado de Octavio Paz y de la que dio cuenta Felipe Ehrenberg y Juan José Arreola, se hace también presente en la colectiva.

Se expone además una serie de placas en blanco y negro de su última visita a México en 1981, cuando Borges asistió a la Capilla del Palacio de Minería, lugar donde Octavio Paz y Salvador Elizondo le realizaron una entrevista.

Igualmente destaca una epistola que María Kodama dirige a Borges, en la que da testimonio de sus viajes en pareja por Frankfurt, Ginebra, Marrakesh, las pirámides de Saquara y México.

Es de mencionar que las fotografías alternan con fragmentos de la obra de Borges, cuentos y poemas, así como instantáneas de sus visitas a México.

Se incluyen también opiniones de escritores mexicanos, que permiten al visitante acercarse desde muy diversas ópticas a la obra de uno de los más imaginativos y rigurosos autores contemporáneos.

La muestra "Borges en México: Crónica visual y literaria" estará abierta hasta el próximo 2 de septiembre.

Fuente : Grupo Fórmula
1 de Agosto, 2012



miércoles, 1 de agosto de 2012


Llega “Borges en México: Crónica visual y literaria”


Los testimonios de las tres estancias de Jorge Luis Borges (1899-1986) en México realizadas en 1973, 1978 y 1981 integran la exposición “Borges en México: Crónica visual y literaria” inaugurada anoche e la Sala Internacional del Palacio de Bellas Artes, en esta ciudad.

La muestra, que forma parte de las actividades conmemorativas del 26 aniversario luctuoso del escritor argentino, presenta cerca de 90 fotografías que dan cuenta del paso de Borges por México.

A partir de la obra homónima del editor Miguel Capistrán, “Borges y México”, que recoge diversos testimonios literarios de las visitas de Borges a este país, se presenta esta exhibición la cual constituye una crónica visual sobre el literato argentino en México.

Imágenes de Rogelio Cuellar, Pualina Lavista y Héctor García, así como dibujos de Felipe Ehrenberg y una fotografía propiedad de Jacobo Zabludovsky se presentan en esta muestra organizada por el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA).

Entre las fotografías figuran las series de Lavista y Cuellar, cuando en 1973 se le concedió a Borges el Premio Internacional “Alfonso Reyes” en su primera edición.

De igual manera, destacan imágenes de distintas personalidades de la literatura de México como: Juan Rulfo, Juan José Arreola, Alicia Reyes, José Emilio Pacheco, Carlos Montemayor, Carlos Monsiváis y Tomas Segovia.

Llaman la atención además las placas de Borges al lado del ex presidente Luis Echeverría y Alberto Cortés, este último interpretó algunas canciones durante la ceremonia de entrega de dicho premio.

En ese visita de 1973, se presentan las imágenes de una charla literaria que sostuvo Borges con Juan García Ponce, Salvador Elizondo, Juan José Arreola, Adriano González de León y Germán Bleiberg en el Salón “El Generalito” del Antiguo Colegio de San Ildefonso.

Asimismo se observa una serie de fotografías a color de Cuellar y Lavista, en las que Borges visita la zona arqueológica de Teotihuacán, en el Estado de México.

La charla que se celebró en el hotel Camino Real en 1978 y que fue grabada para un programa de televisión al lado de Octavio Paz y de la que dio cuenta Felipe Ehrenberg y Juan José Arreola, se hace también presente en la colectiva.

Se expone además una serie de placas en blanco y negro de su última visita a México en 1981, cuando Borges asistió a la Capilla del Palacio de Minería, lugar donde Octavio Paz y Salvador Elizondo le realizaron una entrevista.

Igualmente destaca una epistola que María Kodama dirige a Borges, en la que da testimonio de sus viajes en pareja por Frankfurt, Ginebra, Marrakesh, las pirámides de Saquara y México.

Es de mencionar que las fotografías alternan con fragmentos de la obra de Borges, cuentos y poemas, así como instantáneas de sus visitas a México.

Se incluyen también opiniones de escritores mexicanos, que permiten al visitante acercarse desde muy diversas ópticas a la obra de uno de los más imaginativos y rigurosos autores contemporáneos.

La muestra “Borges en México: Crónica visual y literaria” estará abierta hasta el próximo 2 de septiembre.

Fuente : Cronica.com - México
Notimex | Cultura
http://www.cronica.com.mx/nota.php?id_nota=680187