domingo, 8 de julio de 2018

El pensamiento de Borges sobre las discusiones, la clase media y el éxito





 Paula Urien

"Cada vez que muere alguien, uno piensa: no me hubiera costado nada ser mas bueno. Sin embargo, no lo he sido. He insistido en tener razón, lo cual es una mezquindad. Discutir... Uno debe tratar de no tener razón en las discusiones; es una descortesía y una crueldad, además, tener razón".

¿Quién puede expresar con tanta claridad este pensamiento, que lleva a la persona humana a una condición superior, si no es Jorge Luis Borges?

En una entrevista que el español Joaquín Soler Serrano le hizo para la televisión española en el programa A fondo, en 1980, uno de los argentinos más conocidos y reconocidos en el mundo deja ver algunas líneas de su pensamiento brillante, que se aplican perfectamente a la Argentina actual. El rey de España le había entregado el Premio Cervantes. Tenía 80 años y calificó la distinción como una "generosa equivocación".

¿Cuánta "descortesía" se puede ver en este momento? Tantas personas que hablan sobre la Argentina con la idea de probar que tienen razón y, sin embargo, es el conjunto de razones las que pueden llevar a acuerdos que logren finalmente proyectar a largo plazo, algo que piden sin cesar los inversores. Es cierto que quienes tienen capitales ven con buenos ojos a la Argentina. Sin embargo, como todos y cada uno de los sectores que la integran quieren tener razón, es decir, "son descorteses" en la forma de pensar de Borges, no hay un camino trazado que perdure en el tiempo y las políticas dependen de quienes estén en el Gobierno o tengan la mayoría en el Congreso.

Valerse por sí mismo
En la entrevista, que se pudo ver esta semana en el canal Encuentro, Borges se define como "un modesto anarquista, que cree en el individuo y no en el Estado". Quizá lo contrario de un país que impulsa desde hace tantos años a un Estado proveedor, tanto desde el empleo público, que cuenta con un poco menos de cuatro millones de trabajadores, como por parte de quienes siguen exigiendo políticas relacionadas con lo "libre y gratuito". Por ejemplo, y solo para consignar uno, ¿cuánta gente que va a la universidad pública podría pagar una cuota y lo haría de buena gana para que se pueda mantener mejor, con un salario justo para tantos profesores ilustres dispuestos a compartir sus conocimientos? Por supuesto que un país que tiene como fin último (aunque desde hace décadas que no se cumpla) brindar igualdad de oportunidades, nadie debería quedarse sin poder realizar estudios superiores por no poder pagar una cuota, pero para esto podría haber exenciones especiales, becas, etc.

De mejor a peor, y viceversa
"La fama pertenece a lo ilusorio de la vida. [Recuerdo] lo que decía Kipling [escritor y poeta británico, 1865-1936]: el fracaso y el éxito son dos impostores. Nadie fracasa tanto y nadie tiene tanto éxito", comenta Borges. No hace falta agregar demasiado. Solo que en este país los éxitos y los fracasos son rotundos y se suceden sin etapas intermedias, o así lo interpretamos.

Por último, un elogio a la clase media, a la que dice haber pertenecido por "ganar un modesto sueldo, quedarme sin dinero antes de fin de mes...". La Argentina siempre se definió como un país de clase media, pero el escritor dijo: "Nadie quiere pertenecer a la clase media, que es la mejor. Le falta el prestigio y sin embargo es la mejor clase, yo diría que es la única". Citó también la Epístola moral a Fabio, del sevillano Andrés Fernández de Andrada (1575-1648), que hace un elogio a una vida sencilla, sin estridencias: "Una mediana vida yo posea, un estilo común y moderado, que no lo note nadie que le vea".

"Eso es perfecto, me parece", dijo, entre tantos pensamientos lúcidos. Hora de leer, o releer a un pensador atemporal y universal.

Fuente: La Nación


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