sábado, 29 de mayo de 2010
Elvira de Alvear
¿Quién fue Elvira de Alvear?
Musa de Borges fue Elvira de Alvear. Es la Beatriz Viterbo de “El Aleph” y la Teodelina Villar de “El zahir” (y también Delia Elena San Marco y la Beatriz Frost de “El congreso”). Elvira tenía ocho años menos que Borges. Murió en 1959, a los cincuenta y dos años, precisamente para la época en que Borges estaba escribiendo “El Aleph” (donde Borges dice que “todos los Viterbo eran medio locos”). Era hija de Diego de Alvear, jefe de una de las familias más ricas del patriciado argentino , y de Cotita Cambaceres.
El matrimonio de sus padres fue curioso, se creía que la llegada del cometa Halley, en 1910,era el fin del mundo, pese a las opiniones de los científicos en contrario. Incluso hubo un casamiento, el de Cotita Cambaceres con Diego de Alvear, que la novia, que era viuda, apuró ante la inminencia de la llegada del Cometa, pese a que no se había cumplido totalmente el período de duelo. Quería, dijo, rescatar aunque sólo fuera algunos momentos de felicidad antes del colapso. Lo increíble es que entre el 1º de enero y el 18 de mayo de 1910 hubo 427 suicidios que, según las cartas que dejaron los muertos, eran motivados por el miedo a la catástrofe final.
Borges la visitaba los sábados, cuando ella no le daba plantón, cosa que ocurría a menudo. Caminaban por el barrio de Belgrano, silenciosamente. En 1930 se radicó en París, donde sacó una revista, Imán. Cuyo jefe de redacción es el mismo Carpentier, sufragada por la escritora argentina Elvira de Alvear. Aunque la revista "de la cual apenas se editó un solo número en París", tuvo muy escasa circulación, es curioso constatar que Carpentier, por medio de Rafael Alberti, conoce la poesía de Pablo Neruda, quien le manda el manuscrito de "Residencia en la tierra" desde Java. Se le pagan los derechos de autor a Neruda. Pero como Imán cierra las puertas cuando Elvira de Alvear regresa inesperadamente a la Argentina, Carpentier envía Residencia en la tierra a Madrid donde José Bergamin lo publica en Cruz y Raya en 1934"
Volvió a Buenos Aires en 1937. Borges, cómo no, le prologó un libro de poesías, "Reposo"*. Poco a poco se fue volviendo loca en su mínimo apartamento de San Telmo, donde Borges la iba a ver . Hablaban de la larga novela que ella estaba supuestamente escribiendo (“que al principio estaba hecha de palabras y al fin de vagos rasgos indescifrables”). Obesa, pálida y ausente lo invitaba a sentarse en el comedor y llamaba con su campanilla de plata a una servidumbre inexistente. En “El Aleph” es retratada como alta y frágil, de andar torpe y gracioso, aniñada, de desdenes crueles , de grandes y afiladas manos hermosas. Le dedicó, monográficamente, uno de sus más bellos poemas:
Fuente : Mario Paoletti en "Las novias de Borges",
Revista de Occidente nº 301, Junio 2006
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