miércoles, 19 de mayo de 2010

Vitor Ramil, lanzó el sorprendente Délibáb



Milongas con la estética de Brasil

Sobre poemas de Borges y el poeta gaúcho João da Cunha Vargas"

Borges falaba que la verdadera música de Buenos Aires era la milonga." Vitor Ramil cabalgó sobre esa metáfora territorial de un horizonte de planicie para encontrar en la guitarra, la ralentada cadencia del género y el clima de llanura el punto de contacto con João da Cunha Vargas, un poeta gaú cho de su región. Buscando esa huella inasible el cantautor encontró en el libro Para las seis cuerdas (1967), de Jorge Luis Borges, la llave para continuar la construcción de ese contrapunto entre el imaginario de Borges y la lírica payadoril de Vargas. Sobre estos poemas, Ramil trazó el mapa de una región ficcional y sonora al sur del continente, en el disco y DVD documental Délibáb, registro fiel de ese proceso de investigación literaria, primero, y creación estética, después. Son doce canciones, en las que Ramil encuentra el camino hacia una milonga de climas subyugantes, a cargo del guitarrista bonaerense Carlos Moscardini. "Borges y Vargas son totalmente diferentes -explica un Ramil apasionado por la milonga-. Vargas es un hombre de veinte poemas, un gaú cho de campo y un hombre que si Borges lo viera sería como contemplar a un payador, con una poesía muy simple, muy musical y que en su unidad podría ser un personaje borgiano. Mientras que por su lado Borges habla del compadrito que es el gaucho de la ciudad, y en ese contexto la milonga surge como esa música urbana que se muda al campo y hace una conexión entre ciudad y campo. Así empecé a pensar en estos dos hombres, en un sur mítico y dos imaginarios", cuenta sobre el proyecto.

Ramil dice que las marcas autorales de Borges y Vargas son tan fuertes que sus músicas cambian de una a otra. "Las milongas con Borges son clásicas, épicas y rítmicas, siempre fieles a la afinación tradicional de la guitarra. Las milongas con Vargas son más próximas a la canción brasileña, más líricas y sentimentales", reconoce el musicalizador de estos versos que presentará en Buenos Aires.

Ramil se enamoró de la literatura de Borges de adolescente. Desde allí el misterio de la milonga lo persigue sin descanso. "Fue natural emocionarme con la milonga y verla como una música matriz para componer -reconoce el cantante, que vive en Pelotas, ciudad del sur de Brasil-. La elegí como una música que puede tomarse como esencia para fusionarla con otros intereses musicales. Es un punto de partida. La fuerza de su minimalismo pone la canción dentro de ti y ya no podés salir inmune de la milonga."

Gabriel Plaza

La Nacion 12/05/2010

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