miércoles, 26 de mayo de 2010

Librería de la Ciudad



Esta "segunda casa" de Borges (no tenía más que cruzar la calle Maipú y recorrer unos pocos metros por la Galería del Este), se inauguró en 1969. Borges y su amigo Manuel Mujica Lainez la conocieron, juntos, durante la presentación de un libro. Desde esa vez, Borges la visitó a diario. En el primer piso acostumbraba a dar sus conferencias gratuitas, en un espacio que siempre colmaban unas cien personas. La primera de aquellas conferencias estuvo dedicada a otro amigo suyo: Xul Solar. También allí presentó los distintos libros de la colección La Biblioteca de Babel. Fueron treinta y tres títulos que seleccionó para Franco María Ricci, de Milán. Seis de esos títulos tuvieron su coedición argentina por parte de La Ciudad.



Betty, la esposa de Alfonso,fundador de la libreria, de familia alemana, recuerda lo bien que Borges conocía este idioma y los poemas que, con su prodigiosa memoria, solía citar de Heine, Angelus Silesius y su preferido, Hoelderlin. Además, Borges poseía la Enciclopedia alemana Brockhaus, cuyos veinte tomos fueron legados testamentariamente a Anneliese von der Lippen, empleada de la librería, quien a su vez, la dejó en herencia a Sandra, una de las hijas de los libreros de La Ciudad.



Durante muchos años, Borges adoptó el pequeño comercio de libros como escenario de sus encuentros con periodistas, artistas y lectores. La librería se encuentra en los locales 16 y 18 de la Galería del Este.

Orlando Barone (Dialogo Borges Sabato) recuerda aquella primera cita con Borges en la librería La Ciudad de la galería del Este, frente a la antigua casa de la calle Maipú (aquel departamente del sexto piso fue vendido a su muerte) para interesarlo en la idea del libro.

"Recuerdo mi temor inicial: la discordia entre ambos plagada de rumores y malicias de trastienda libresca.Era un sábado del incipiente verano de 1974/1975; el final de una época en la que había sido posible el juego intelectual, el intercambio de ideas y boutades por el mero goce estético.

Borges, ese mediodía, lucía un impecable traje gris claro; su inseparable bastón de caoba; su semblante altivo de ciego que quiere mirar de frente aunque sabe que no puede. Sábato, la tarde anterior en el bar El Dandy ya había aprobado mi propuesta con contradictorio interés y distancia. "Vea, me advirtió quitándose los anteojos en aquel gesto nervioso de los instantes de duda. Aunque los otros días volvimos a encontrarnos con Borges, no sé si ese abrazo espontáneo y emocionado que nos dimos podrá cambiar el curso de las cosas". Se refería a un casual y todavía fresco encuentro que los había unido a ellos en la librería La Ciudad el 7 de octubre: el primero después de aquel largo desencuentro, ya que en su juventud se frecuentaban en la casa de Bioy Casares y en las de otros amigos.



La respuesta de Borges a mi propuesta literaria fue sencillamente "borgeana". Me dijo, aprobándola: "Creo ciegamente en usted".
Estaban allí, Anneliessen Von der Lippen, devota traductora de ambos y lectora de la obra de Goethe, en alemán, los sábados en la casa de Borges, y el librero Luis Alfonso, que había convertido su local en cita de la cultura de los años setenta."

Homenaje de Jorge Luis Borges a Luis Alfonso





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1 comentario:

  1. Hermosa página llena de recuerdos de artistas incomparables en ese lugar mágico.
    Gracias desde rosario.

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