Por Gabriel Levinas
Reportaje realizado
para la revista El Porteño en 1983. Luego del atentado ocurrido en el edificio de la
revista, Gabriel Levinas visitó a Borges para pedir su apoyo. Esto decía.
GABRIEL LEVINAS: Van llegando las elecciones y la cosa se
pone más crítica en torno a los derechos humanos.
JORGE LUIS BORGES: ¿Usted está seguro que están llegando las
elecciones?
GL: Yo creo que van a Ilegar.
JLB: Sí, creo que son tan impopulares que no pueden animarse
a demorarlas más. Donde está sentado usted estuvo sentada la Sra. Fallaci.
Después la atacaron de muy bajo, yo lo ví por televisión. Decían “la fea esa”.
No importa que una mujer sea fea o linda; puede importar … para otras cosas,
pero es tan bajo eso de acusar a una mujer de fealdad …
GL: Nosotros hemos publicado el famoso reportaje que le hizo
a Galtieri.
JLB: Galtieri se mostró como un imbécil, desde luego.
GL: El reportaje muestra en manos de quién estuvimos.
JLB: Bueno, yo no diría estuvimos; de hecho estamos. Estamos
con fascímiles, con variantes … Están arrepentidos de que haya salido mal, pero
no de que hayan ocurrido estas cosas; están arrepentidos de las consecuencias,
pero no de los actos.
GL: Pero esta Ley de Amnistía …
JLB: Bueno, pero es para salvarse ellos.
GL: De alguna manera es un reconocimiento de que hubo
delito.
JLB:Cuando una amnistía está propuesta por la delincuencia
es muy sospechosa… ; si temo que me arresten, soy partidario de la amnistía …
Eso empobrece nuestra imagen.
GL: La cuestión es que nosotros le hemos dado espacio al
tema de los derechos humanos.
JLB: ¡Con toda razón!
Ellos hablan tanto de la imagen argentina; la imagen que de Argentina se tiene
en todo el mundo es la de un país donde es frecuente la violación de los
derechos.
GL: Su respuesta no se hizo esperar, la otra noche pusieron
una bomba en la redacción.
JLB: La verdad que uno siente nostalgia del tiempo de Rosas
… la edad de oro. Ahora disponen de un instrumental más adelantado. Antes, los
puñales de parra, de troncoso …
GL: La bomba logró abrir la caja fuerte, retirar carpetas,
sacar papeles, rollos… Una bomba muy sofisticada.
JLB: (Risas) Es casi un robo …
GL: Hemos tenido bastante apoyo; por supuesto la gente del
gobierno no mandó su repudio.
JLB: Claro que no.
GL: Aunque sea para guardar las apariencias. Me imagino que
un gobierno tiene la obligación de proteger a sus ciudadanos y la libertad de
prensa.
JLB: La libertad de prensa no existe. La autocensura ha
agravado las cosas, claro. Si todo el país está acobardado … ¿Qué puedo hacer
yo por ustedes?
GL: Darnos su apoyo …
JLB: Sí, pero ¿cómo puedo manifestarlo? Por ejemplo, pasado
mañana van a presentar un libro mío en El Ateneo … ¿Usted conoce a un señor
Montenegro? Bueno, hemos hecho unos diálogos que ahora van a salir en forma de
libro y van a ser presentados pasado mañana en El Ateneo. Y yo hablo
oficialmente de eso. No sé qué puede suceder, pero … en mi caso yo creo que soy
más o menos conocido … Al mismo tiempo creo que mi deber es aprovechar esa
impunidad o esa relativa impunidad para decir lo que pienso en la época más terrible
de la Nación
Argentina, que debe ser ésta.
GL: El motivo por el cual nos interesó hablar de los
derechos humanos …
JLB: ¡Es que es una cosa terrible! ¿Cuánta gente ha sido
secuestrada y luego asesinada? Creo que 27.000 ¿no?
GL: Dicen que alrededor de 30.000.
JLB: Aunque fueran tres, estaría mal.
GL: Estaria mal uno.
JLB: Estaría mal uno, claro. Hay otra cosa que sería peor
aún: que fueran menos y ellos se jactaran de que son más. Quizás no son 27.000
sino 27, pero a ellos les gusta mostrarse así, como terribles. La imagen que
ellos tienen clara es ésa.
GL: Si ellos hubieran sido certeros en lo que buscaban,
mucha gente no hubiera tenido miedo, pero como no eran certeros, daban miedo.
JLB: No, porque eso se hace indiscriminadamente. A mí me
dijeron esto, no sé si es cierto: que cuando arrestaban a alguien, en poder de
ese alguien había en general una libreta con direcciones, con números de
teléfono, y entonces esas personas eran secuestradas también. Me dijeron que en
Rosario había una especie de rivalidad entre el Ejército y la Policía, a quién se
llevaban primero, a quién secuestraban, quién se llevaba la radio, el saqueo de
la casa… Y eso ocurrió en Rosario, habrá ocurrido aquí también, en todo el
país.
GL: Lo que motivó este atentado aparentemente -yo no puedo
meterme en el cerebro de esta gente-, fue …
JLB: Hablar de cerebro… es una metáfora muy arriesgada.
GL: … fue una nota sobre niños desaparecidos. Narramos
historias en que habían torturado a niños para que los padres hablaran.
JLB: La verdad que realmente es persuasivo eso. Es horrible.
Y pensar, señor, que su destino personal y el mío, está en manos de esos
insensatos, ¿no? Nosotros y tantos millones de argentinos … y no se arrepienten
de nada; han pasado 6 años, 7 y no se han arrepentido de nada de lo que han
hecho, no han confesado un solo error. Y además como hay complicidad entre
ellos … lo que hace un aviador será acordado por todos los marinos y militares,
aunque sin duda es un mundo de rivalidades.
GL: ¿Y qué tengo que hacer yo?
JLB: Yo soy un hombre viejo, un hombre que no pertenece a
ningún partido político … Ni siquiera sé por quién voy a votar -si es que voy a
votar-, o sea en contra de quién voy a votar y no a favor de quién … No, la
verdad que … a buen puerto va por agua, yo no sé qué aconsejarle a usted.
¿Ustedes van a seguir con la revista?
GL: La idea es seguir.
JLB: Lo que puede hacer es juntar algunas firmas como
protesta, para condenar este atentado. Si se publicara eso, convendría que
hubiera pocas firmas, pero que esas firmas fueran publicables inmediatamente. Y
que se publicaran por orden alfabético para no hacer jerarquías, ¿no? No porque
mi apellido empiece con “B”. Si hay listas de nombres, los únicos que se ven
son los del principio y los del fin; si uno no se llama Zuñiga o Arias, es
hombre perdido.
GL: Lo más extraño del atentado es que yo estoy a 20 metros del Comando de
Inteligencia del Ejército. Que un cobarde tenga la valentía de poner una bomba
a 20 metros
del Comando, con tres comisarias cerca, es una contradicción rara.
JLB: Bueno, cuenta con la complicidad general. Es lo más
terrible de todo, si se cuenta con que hay comisarías y comandos de
inteligencia, y todo eso … Bueno, el hecho de colocar una bomba es inverosímil.
GL: Lo que me parece terrible es que una cosa que sale
escrita sea contestada con una bomba, en lugar de ser constestada con tinta.
JLB: Si usted afirma la realidad de esos actos violentos, el
hecho de arrojar una bomba es más una confirmación que una refutación, una
lógica muy rara. Es como darle la razón de un modo terrible. ¡Qué horror! ¿Qué
reacciones hubo, señor?
GL: En Estados Unidos esto salió en el Washington Post, en
el New York Times, en la CBS,
en toda la cadena de radio de allá. Salió también en la televísión para la United Press para
Europa… en México también se le dio amplia difusión. Acá salió en todos los
diarios. Clarín inclusive editorializó netamente a favor de la libertad de
prensa …
JLB: La
Nación ha sido como siempre bastante floja ¿no?
GL: También publicó una carta editorial. ¿Usted viaja ahora?
JLB: Me han hablado de la posibilidad o probabilidad de ser
nombrado ciudadano romano, honorario, desde luego. Podemos decir que los
romanos somos muchos, porque de algún modo todos somos ciudadanos romanos, pero
fuera de eso… es el mayor honor que un pais pueda darle a uno, ¿no? Es más eso
que ser comendador de tal orden o doctor en la Universidad, es
aceptarme a mí mismo como uno de ellos. Si eso ocurre se va a dar una
casualidad bastante rara: yo soy ciudadano honorario de Texas -una vez estuve
cuatro meses en Texas-, después viene otro que es distinto: vecino honorario de
Adrogué, y ahora ciudadano romano, ¿qué le parece? Cuando fui ciudadano
honorario de Adrogué, fue el intendente el que lo hizo; yo le agradecí; y dije
-un poco en broma, todos se rieron- : “yo creía ser vecino viejo y ahora soy
vecino, es casi como si me echaran ustedes”. No, pero la intención no era ésa,
era una intención amistosa. Pero ciudadano de Roma … Roma sigue siendo … como
decía Kipling “the very Rome”.
Yo no sé realmente qué puedo decirle; sólo tiene que buscar
cuatro o cinco firmas, cuente desde luego con la mía, de personas que puedan
ser inmediatamente identificadas por el lector, que el lector no diga “¿Y éste
quién es?”
GL: ¿Y cómo opina usted que debería ser el texto?
JLB: … En un episodio penoso como éste. Pero eso puede
redactarlo otro, yo no sé escribir ese tipo de textos. ¿A quién podrían ver
ustedes? Yo estoy pensando, la gente es muy timorata en nuestro pais; es un
pais singularmente manso éste.
GL: En Roma, cuando mataron a Aldo Moro, la gente estaba
toda en diez minutos en la calle sin que nadie hubiera organizado nada.
JLB: Yo no me imagino eso en Buenos Aires; cuando pasa algo
así la gente se queda en sus casas por las dudas.
GL: … Permitiendo que estas cosas ocurran.
JLB: Yo pienso en gente que yo conozco. Beatriz Jurado está
en Holanda.
GL: Bioy Casares, él está acá.
JLB: Pero es más bien tímido ese hombre ¿no? Tienen que ser
hombres que se identifican: por ejemplo un excelente escritor como José Bianco
… pero no sé hasta qué punto José Bianco es conocido. O… Roy Bartolomew, no,
pero Roy no porque es de La
Nación y tengo la impresión de que en La Nación todos reciben
órdenes de cómo deben pensar, o se comunican de uno a otro. Yo estuve en La Nación hace poco y me di
cuenta de que todos eran partidarios de Alfonsín, por ejemplo, no se admitía
que alguien disintiera. A alguien que hizo una observación le dijeron que no
había que decir eso, porque decir que Alfonsín no iba a ganar era obrar para
que no ganara, como una especie de magia, si uno repite una cosa, eso va a ser
profético … “wishfull thinking”. La Academia Argentina
de Letras es una institución bastante mediocre ¿no?
GL: Las academias son -casi siempre- instituciones
mediocres, están Iigadas al poder no al talento.
JLB: Son académicos los que se toman el trabajo de serlo
¿no? Mujica Láinez y yo somos académicos, pero somos por una trampa de la Academia. La Academia
Argentina de Letras había recibido a Eva Perón. Entonces cuando fue la
revolución del ’55 pensaron que eso podía recordarse y podían ser disueltos.
Entonces rápidamente nos nombraron académicos, sin consultarnos a Mujica Láinez
y a mí, y nosotros aceptamos porque había una gran ola de esperanza. Por eso lo
hicieron, porque habían sido complacientes con el peronismo antes; para
desinfectarse eligieron a dos personas notoriamente antiperonistas como Mujica
Láinez y yo. Son personas básicamente secretas, no recuerdo los nombres de
ellos … Abruzzes … , Battistessa.
GL: Battistessa es el que dice que sabe mucho de Dante ¿no?
JLB: A juzgar por la traducción de él, no sabe nada.
GL: Una posibilidad interesante sería tomar una foto de
cuatro o cinco personas que mencionamos en el lugar del hecho, tendría otra
carga.
JLB: Pero yo no sé quiénes pueden ser los otros. Porque hay
personas al lado de quienes no quiero estar, por ejemplo, Neustadt.
GL: Pero usted se imagina que yo no lo lIamaría. La idea es
elegir de cada rama de las artes una de las personas más significativas.
JLB: Es usted el que elige, no yo, simpre que no haya
personas como Neustadt. Para cualquier cosa que usted necesite yo estoy a sus
órdenes. A mí me parece que, ya que yo gozo de cierta impunidad, mi deber es
decir las cosas que otros no pueden decir por razones tan obvias como esa
bomba. Es horrible, estamos en manos de estas personas. Estas personas hablando
continuamente de derecho, nuestro derecho … ¿y quién los ha elegido? El
presidente, o uno de los presidentes de turno, jura sobre los Evangelios
respetar la Constitución,
que está violando en el momento mismo de jurarla.
Fuente : Plaza de Mayo.com
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