Premio para el estudio experimental de sistemas cuánticos
individuales.
El premio Nobel de física de 2012 ha sido concedido, de
forma conjunta, a Serge Haroche y David J. Wineland por el desarrollo de
métodos experimentales para la medición y la manipulación de sistemas cuánticos
individuales.
Haroche y Wineland han inventado y desarrollado, de forma
independiente, métodos que permiten medir y manipular partículas individuales
sin alterar sus propiedades mecanocuánticas. Algo que hace un tiempo parecía
imposible.
Los galardonados han abierto la puerta a una nueva era de
experimentación en física cuántica al lograr la observación directa de
partículas cuánticas individuales. En el caso de partículas de luz o materia,
las leyes de la física clásica dejan de poder aplicarse y ceden el paso a la
física cuántica. Pero las partículas individuales no pueden aislarse fácilmente
de su entorno; pierden sus misteriosas propiedades cuánticas tan pronto como
interactúan con el mundo exterior. Por tanto, muchos de los aparentemente
extraños fenómenos predichos por la física cuántica no podían observarse
directamente y los investigadores solo podían llevar a cabo experimentos que en
principio pudieran manifestar dichos fenómenos.
Mediante sus ingeniosos métodos experimentales, Haroche,
Wineland y sus colaboradores han logrado medir y controlar estados cuánticos de
extrema fragilidad, a los que antes se pensaba que era imposible acceder
mediante la observación directa. Los nuevos métodos les han permitido examinar,
controlar y contar las partículas.
Sendas estrategias poseen rasgos en común. Wineland se sirve
de luz (fotones) para atrapar, controlar y medir átomos dotados de carga
eléctrica (iones). Haroche opta por lo contrario: utiliza átomos para controlar
y medir fotones (partículas de luz) atrapados.
Ambos galardonados trabajan en el campo de la óptica
cuántica (estudian la interacción fundamental entre luz y materia), un campo
que ha experimentado un notable avance desde mediados de los ochenta. Sus
métodos revolucionarios han sentado las bases para la construcción de un veloz
computador basado en las leyes cuánticas. Quizás el ordenador cuántico cambiará
nuestras vidas de un modo tan radical como lo hizo el ordenador clásico en el
siglo pasado. La investigación también ha redundado en la construcción de
relojes de suma precisión (más de cien veces más precisos que los actuales
relojes de cesio), que podrían convertirse en la base futura para un nuevo
patrón para la medida del tiempo.
Fuente : Investigación y Ciencia – 9/10/2012
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